Por Sofía Martínez – Alternativa Socialista
En medio de una nueva crisis política y social, el pasado 8 de marzo se conmemoró el Día Internacional de la Mujer con multitudinarias movilizaciones realizadas a nivel nacional. Las voces de miles de mujeres recorrieron calles y plazas, lo gritos denunciaban la crueldad de un gobierno que se impuso a sangre y fuego: el régimen de Dina Boluarte.
El Perú tiene un gobierno ilegítimo que viola derechos fundamentales y derechos humanos, práctica que hemos visto desde el estallido de la crisis por las masacres y matanzas en Ayacucho, Puno y otras regiones peruanas. El gobierno presidido por Boluarte vulnera los derechos de las mujeres, criminaliza la protesta, acosa, persigue y encarcela a cualquier persona que proteste contra el régimen. Las prácticas violentas y racistas por parte de la policía son el pan de cada día.
En Puno, las típicas balsas de totora del lago Titicaca se llenaron de carteles que pedían justicia e igualdad, junto con banderas de Perú con lazos negros de luto.
En Arequipa, una colorida movilización recorrió las principales calles de la ciudad. También hubo banderolazos y marchas que pedían democracia en Ayacucho, Ucayali y Cuzco entre otros lugares.
Violencia contra las Mujeres
Han ocurrido 32 feminicidios en lo que va del 2024; siendo una de las cifras más elevadas de la región, la Asociación de Víctimas de Feminicidios reclama mayor articulación de Policía, Fiscalía, Poder Judicial y Ministerio de la Mujer; instituciones a las cuales les exigen justicia y condenas ejemplares para los agresores.
“Queremos una vida sin discriminación, que niñas y adolescentes vivan sin violencia sexual, que se cobra miles de víctimas cada año. Solo en 2022, (se reportaron) 8.100 violaciones a niñas y adolescentes que luego además son forzadas a seguir con un embarazo fruto de una violación”, fueron las declaraciones de Liz Meléndez, directora del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán.
Sobre embarazo adolescente; cada día hasta 11 niñas de 10 a 14 años quedan embarazadas y 4 se convierten en madres, más de 56,000 niñas y adolescentes comienzan a convivir y casarse con una pareja cada año, el 85% de estas jóvenes madres proviene de los estratos de bajos ingresos.
En el Perú se ha debilitado la educación sexual integral, se obstaculiza el derecho de niñas, adolescentes y mujeres a acceder a un aborto terapéutico, y se niega a las víctimas de violencia sexual el derecho a decidir sobre sus cuerpos.
La extensa agenda en materia de equidad de género sigue postergada y no podemos entender el conseguir la justicia que nos corresponde si no es peleando de manera frontal contra el sistema capitalista y todas las formas de opresión contra nosotras, por eso es importante resaltar la vigencia de la herencia de las mujeres trabajadoras que con organización y movilización avanzaron históricamente en la conquista de nuestros derechos.
El llanto de la madres retumban fuerte desde las profundidades del ande peruano, los ícaros de las huambras se abren paso desde la inmensidad verde de la selva peruana, los cantos de las mujeres de la costa desde la comunidad agraria de Chao en el norte hasta las campesinas del sur en Barrio Chino; todas nos recuerdan que el compromiso es uno solo:
Ni olvido ni perdón, sanción a los culpables