Por Mariano Salas
Morena y su candidata a la Presidencia, Claudia Sheinbaum, arrasaron en las elecciones del pasado dos de junio con el 60 por ciento de los votos frente a la oposición de derecha que obtuvo el 27 por ciento. Además, Morena y sus dos aliados (PT y Verdes) ganaron la mayoría calificada de poco más de dos tercios del Congreso lo que le faculta llevar a cabo reformas a la Constitución, sin necesidad de llegar a acuerdos con otras fuerzas. Esto último es lo que más sorprendió y preocupa a la patronal y a la derecha. Asimismo, estaban en juego nueve gubernaturas, de las cuales siete quedaron en manos de Morena, entre ellas la estratégica Ciudad de México.
La candidata de la oposición de derecha, Xóchitl Gálvez –admiradora confesa y orgullosa de Javier Milei de Argentina—fue apoyada por una coalición (Fuerza y Corazón por México) de los tres partidos más antiguos, otrora rivales irreconciliables (PRI, constituido en 1929; PAN, 1939 y PRD 1989 que perdió su registro legal en estas elecciones al no alcanzar el 3% de votos en estas elecciones), en forma clandestina la organización fascista El Yunque[1] y una gama de organizaciones conservadoras.
El otro candidato de la oposición, Jorge Álvarez Máynez logró el 10.5% de los votos. Su partido el Movimiento Ciudadano (MC), agrupa a todo tipo de tránsfugas del PRI, PAN y PRD y es dirigido por un viejo exmilitante del PRI que se autoproclama socialdemócrata. Actualmente el MC gobierna dos de las cuatro entidades federativas más importantes del país, Jalisco y Nuevo León, donde se concentra una buena parte de la industria.
Las masas populares destruyeron la maniobra
Por la noche, luego que se cerró la votación y se anunciaron los primeros resultados dando el triunfo a Morena, mucha gente se volcó a las calles para festejar. El denso nerviosismo que flotaba entre las huestes morenistas en las semanas previas, se despejó. En total asistieron a las urnas más de 55 millones de personas a pesar que en México el voto no es obligatorio.
El ambiente de nerviosismo previo fue creado por la más intensa y virulenta campaña de la derecha contra el gobierno y su partido; financiada por la oligarquía nacional y el Departamento de Estado de los Estados Unidos.[2] Campaña que incluía acusaciones contra el gobierno de López Obrador y la candidata Claudia Sheinbaum de corrupción; de ser capos del narcotráfico, de su incapacidad para gobernar, “nos llevan al desastre económico”, y hasta que el gobierno de Morena le iba a quitar a la clase media sus casas y coches.[3] Las cadenas de radio y TV y los medios impresos llamaban directa o indirectamente a votar por la derecha. Igualmente, través de las redes sociales se emitían hasta 300 millones de mensajes por semana con el mismo contenido.
La operación fue atizada por la Iglesia Católica (religión que profesa el 78 por ciento de los mexicanos) y las iglesias evangelistas (11.2 por ciento) promoviendo la candidatura de derecha con mensajes catastrofistas y mordaces de todo tipo, violando abiertamente la ley que no les permite inmiscuirse en actividades políticas.
La incertidumbre que generó entre los sectores populares la desesperada avalancha de mensajes contra Morena dio la impresión, por momentos, que la derecha ganaría. El día de la elección hubo muchas maniobras para hacer tropezar a los candidatos morenistas, pero fracasaron. Por ejemplo, en el municipio de Naucalpan, un suburbio muy grande de la ciudad de México, se colocaron casillas de votación lejos de los barrios populares con lo cual esperaban bajar el flujo de votantes simpatizantes de Morena, pero cuando la gente se enteró de la maniobra de inmediato se organizaron y tomaron autobuses para trasladarse[4] e ir a votar, sin importar la lejanía. La campaña negra había fracasado.
Y, como sucede con frecuencia la derrota presagia división, los intelectuales e ideólogos de la oposición –cerebros que alimentaron por meses la campaña negra— se dieron a la tarea de buscar al o a la culpable, que naturalmente resultó ser Xóchitl Gálvez, “la peor candidata que pudimos tener”. No obstante, no pudieron librarse de quedar inscritos en la lista de perdedores y conquistar un merecido desprestigio. Los otros grandes derrotados son los poderes mediáticos, “los intocables”, una de las mejores noticias, un hecho que en México se ha repetido otras veces.[5]
Condiciones que favorecieron a Morena
El sistema político mexicano ha estado siempre al servicio de los grandes burgueses nacionales y extranjeros. En las últimas décadas sus fortunas crecieron a niveles nunca vistos gracias al saqueo de recursos naturales y la sobreexplotación de los trabajadores. Así mientras unos se enriquecían más y más, otros se empobrecían fatalmente y si alguien se atrevía a protestar era acallado con represión que incluía, no pocas veces, el asesinato.
En la medida que los gobernantes salían de los partidos PRI y PAN, el pueblo fue identificándolos y provocando gran descontento, especialmente entre los trabajadores. Por si no fuera suficiente, la corrupción de la clase política resaltaba, cada vez más cínica e insultante, contribuyendo al saqueo y superexplotación y a empeorar las condiciones de la mayoría de la población.
Estos gobiernos llevaron la situación al extremo, especialmente con Peña Nieto (2012-2018), pues encima que privatizó el petróleo y la industria eléctrica –empresas estatales muy apreciadas por la población—; sucedieron eventos como la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, junto a miles de asesinatos y desapariciones más formando parte de la cotidianidad a manos de las bandas y el Ejército, rebasando las líneas rojas de la paciencia del pueblo y elevando su descontento al clímax lo que hizo imposible mantener el viejo régimen, situación que fue aprovechada por López Obrador para ganar la Presidencia por medio de su partido Morena, apenas recién fundado en octubre de 2011.
Cuando López Obrador asumió la Presidencia una de sus primeras medidas fue aplicar la llamada austeridad republicana; lo que representó, bajar salarios y prestaciones a la mitad a los altos funcionarios empezando por él; liquidó el Estado Mayor Presidencial compuesto por ocho mil elementos que se encargaban de la seguridad presidencial, cerró la lujosa mansión presidencial convirtiéndola en un centro cultural, suprimió las onerosas pensiones de los ex presidentes; cobró impuestos a las grandes empresas acostumbradas a no pagar, vendió todos los aviones (entre ellos el presidencial, uno de los más lujosos del mundo), helicópteros yates y vehículos ostentosos que acostumbraban a utilizar los altos funcionarios, suprimió los seguros de gastos médicos mayores que gozaba la burocracia dorada y otras medidas.
Igualmente encontró que los salarios de los trabajadores en general habían llegado al nivel más bajo de los últimos 50 años por lo que una de sus primeras medidas fue impulsar un aumento real al salario mínimo en cien por ciento.[6] En la misma línea generalizó a todo el país la pensión para adultos mayores,[7] discapacitados y madres solteras y becas para todos los estudiantes de escuelas públicas de bachillerato a licenciatura. Igualmente mantuvo en seis años una relativa estabilidad del precio de la canasta básica, de los energéticos y otro tipo de servicios como el agua.
Un año después de asumir el poder, aparecieron vientos de fronda: la pandemia, que provocó un desplome del 8 por ciento del Producto Interno Bruto, caída muy alta, casi del mismo tamaño que provocó la crisis de 2008 (9%). Ante ello, sin hacerse esperar aparecieron las presiones para que el gobierno contrajera más deuda para sortear, lo mejor posible, la situación, pero no lo lograron. En su lugar López Obrador decretó algo que llamó austeridad franciscana, es decir, reducir más el gasto del gobierno que la hizo más severa que la republicana. Es decir, las dependencias tendrían que reducir sus gastos y salarios de altos funcionarios, al máximo, siempre sin despedir trabajadores ni bajar sus salarios.
Al mismo tiempo, el gobierno se dio a la tarea de invertir grandes recursos en obras de infraestructura; destacando el tendido de 1800 km. de vías férreas; renovación de seis refinerías, construcción de otra y compra de una más en Houston, Texas; inversión en infraestructura eléctrica, hidráulica, carreteras y creación de 190 hospitales. De esta manera amortiguaron las consecuencias de la recesión que más afectan a la población, como el desempleo y la inflación. El peso se fortaleció debido, principalmente, a la guerra comercial entre Estados Unidos y China, colocando a México como opción para la inversión extranjera en industrias que pueden dirigir sus ventas a la potencia del norte, el llamado nearshoring.[8]
Problemas sin resolver
Dependiendo de quien haga el balance los problemas por resolver son tantos que no sería posible enlistarlos y solamente quisiéramos mencionar aquellos que más lamenta la gente en general. Uno de ellos, y que más vulnera el prestigio de López Obrador, es la negativa a rebelar la verdad de lo que pasó con los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa desaparecidos en septiembre de 2014 debido a que los altos mandos del Ejército se negaron a proporcionar la información requerida. Ello a pesar de que, según la Constitución, el jefe Máximo de las Fuerzas Armadas es el presidente de la República, pero ni aun así se atrevió a obligarlos, quizá porque varios de ellos estaban implicados con el narco.
Un problema muy grave son los feminicidios que ocurren, según la fuente, de 2 a 10 por día,[9] quedando en su mayoría impunes. En la misma línea de desastres nos topamos con la desaparición de personas a manos de bandas del crimen organizado (no se tienen datos exactos) ya sea para exigir rescate a sus familiares o porque son miembros de bandas rivales, regularmente traficantes de drogas. Aunque estos crímenes bajaron en los dos últimos años, se negó a atender a miles de familiares, principalmente madres, dejándolas abandonadas a su suerte que, sin embargo, rastrean entre las casi 6 mil fosas clandestinas para encontrar a sus familiares desaparecidos. Para esas madres el triunfo de Sheinbaum, mujer que será presidenta, no tiene precisamente sabor a triunfo.
Otra decisión que López Obrador no se atrevió a tomar fue elevar los impuestos a los que más ganan, específicamente una franja superprivilegiada de la clase dominante que paga impuestos muy bajos, proporcionalmente más bajos que un trabajador.
El peso del patriarcado violento, conservador y retrógrado, es muy grande y no sufrió cambios sustanciales en este gobierno. AMLO, por ejemplo, respaldó la candidatura a gobernador del estado de Guerrero de Félix Salgado Macedonio, un hampón, pese a que tenía dos acusaciones de violación y una más por acoso sexual. Afortunadamente no pudo contender, pero fue premiado con una curul de senador. [10] López Obrador ha declarado que no es feminista.[11]
Washington y la nueva presidenta
Pobre México tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos. (Nemesio García Naranjo, intelectual regiomontano 1883-1962).
Creer que Washington, respetó la soberanía nacional y no intervino en el proceso electoral mexicano rebasa el nivel de la ingenuidad. Para empezar EU está metido siempre en todos los asuntos trascendentes de nuestro país o arrogándose el derecho de influir, y no pocas veces determinarlos. Desgraciadamente esta situación seguirá pues, por ahora, seguimos atrapados en su jaula geopolítica.
Aprovechando que México efectúa poco más 85 % de su comercio con EU, éste chantajea para imponer su voluntad o por lo menos lograr cambios a ciertas políticas. Un ejemplo: en 2019 Trump amenazó al gobierno mexicano con elevados aranceles a varios productos –violando el tratado de libre comercio— si se negaba a detener, como fuera, el flujo de migrantes provenientes de otros países en territorio mexicano que buscaban el sueño americano. De esta forma el gobierno de AMLO pasó a formar parte de la Migra yanqui deteniendo a miles de refugiados que huyen de la miseria o la violencia en sus países.
El chantaje incluye maniobras financieras (devaluaciones, fugas de capital, etc.), utilización del accionar de las bandas narcotraficantes utilizando a la DEA (Administración de Control de Drogas) para sembrar en muchas regiones un ambiente de violencia y zozobra, etc.
Un día después del triunfo electoral de Morena se dejó sentir una presión amenazante: la Bolsa Mexicana de Valores y el peso entraron en zona de turbulencias, la bolsa cayó 6.11 %, la más alta en un día en los últimos 30 años, y el peso se devaluó 4 %.[12] Las alarmas se encendieron, los grandes grupos financieros y el imperialismo le dieron un pequeño calambre a López Obrador, a Sheinbaum y a Morena para advertirles que debían moderar su euforia sobre los cambios que ofrecieron durante la campaña electoral. El pueblo votó, pero son otros los que deciden.
La maniobra tuvo resultados de inmediato, Sheinbaum informó que las reformas prometidas por Morena, López Obrador y ella en la campaña serían sometidas a una intensa “consulta” y hasta habló de “reconciliación”.
Además, permanecería en el gobierno de Sheinbaum el actual secretario de Hacienda Rogelio Ramírez de la O, que cuenta con el beneplácito de los grupos financieros y de Washington, quien declaró que se mantendría la estabilidad macroeconómica para que sigan fluyendo los capitales foráneos y la disciplina fiscal… luego de esas declaraciones las aguas se medio calmaron.
¿Cuáles son los temores de EU y los grupos financieros nacionales e internacionales? En efecto, en la medida que Morena logró mayoría calificada puede introducir reformas a la Constitución. Una de ellas sería transformar al poder judicial, desde la Suprema Corte hasta el último juez de distrito, pues es sabido que un simple juez puede hoy congelar un decreto y hasta una ley al declararlas inconstitucionales para evitar “perjudiquen” a las grandes empresas nacionales y extranjeras, tiene facultades para amparar a grandes burgueses que no quieren pagar impuestos, a un explotador de minas a cielo abierto que se niega a guardar las mínimas normas de conservación del ambiente, evitar que caiga a la cárcel algún funcionario corrupto y hasta capos del narcotráfico que son puestos en libertad.
López Obrador propone, entre otros cambios, que los jueces sean electos por el voto popular y que estén sujetos a revocación de mandato. Además, que un simple juez no pueda frenar una ley que aprueba todo un Congreso u otorgar amparo a un criminal.[13]
Todo hubiera sido más fácil para los grandes grupos financieros si en lugar de Sheinbaum hubiera ganado Xóchitl Gálvez, partidaria de entregar los recursos naturales al gran capital (energéticos, litio, minas, tierras, playas, etc.); alinearse a la política exterior de EU (Cuba, Ucrania, Israel, China, etc.), a su política de “combate” a las drogas, migrantes, etc.; pero no ganó.
Dado el apoyo de la población a López Obrador, ni Washington ni la derecha intentaron un fraude electoral, pues hubieran provocado una desestabilización social y política en todo el país. Encima es probable que los mexicanos en EU hubieran tenido algún tipo de intervención dada la popularidad que goza López Obrador entre la población migrante mexicana.
Por esta y otras razones Washington no tuvo otro remedio que aceptar el resultado de la elección en México. No se podían arriesgar a abrir un frente más y peor al sur de su frontera,
Por su parte el gobierno de López Obrador, aprovechando las dificultades que hoy atraviesa la potencia del norte, ha avanzado en algunos rubros importantes, como la nacionalización del litio, la renacionalización de la mayor parte de la industria eléctrica, el petróleo, etc.
No obstante, ha frenado la inversión china anteponiendo obstáculos en el intercambio comercial. Desde el punto de vista geopolítico, ha mantenido una posición “neutral” frente al genocidio en Gaza negándose a romper relaciones diplomáticas con Israel violentando una de las tradiciones diplomáticas más caras de México. Solo últimamente ha acompañado el juicio a Israel por genocidio interpuesto por Sudáfrica. Respecto a Cuba, reconoce la soberanía cubana, pero no incrementa comercio e inversión productiva mexicana en la isla.
“Estados Unidos no quiere un Japón al sur de la frontera”
Zbigniew Brzezinski, consejero de Seguridad Nacional del gobierno de James Carter (1977-1981) y de Ronald Reagan (1981-1989) había declarado en 1970, consciente de las posibilidades de crecimiento que tenía México, del “peligro” que esto representaba para EU, por lo que aconsejó una serie de medidas que lo impidieran.
La década de los 70´s pintaban muy bien para México, sobre todo con el descubrimiento de grandes yacimientos petroleros. El gobierno de López Portillo (1976-1982) buscaba dirigir la actividad económica nacional hacia la industrialización, en primer lugar, consolidar la petroquímica e impulsar la producción de energía nuclear, planeando construir, 20 plantas nucleares para finales del siglo que darían al país un gran empuje económico. Obviamente el imperio no lo permitió y el gobierno mexicano acató, se olvidó de planes y se concretó a vender petróleo sin ingresar a la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP). El petróleo mexicano serviría para presionar a este organismo e impedir un alza o baja según conviniera a EU.
Esto que parece inverosímil le sucedió también a Japón pues cuando llegó a segunda economía del planeta, Washington reaccionó obligando al gobierno japonés a firmar el conocido Acuerdo Plaza (Nueva York, septiembre de 1985) donde le “prohibía” producir semiconductores baratos y de alta tecnología cuando estaba en la capacidad de producir el 50 % del total a nivel mundial, precisamente en el momento en que estalló el boom de las computadoras en los 80 del siglo pasado. Desde entonces Japón inició su descenso en el “ranking” mundial de las economías dejando su lugar a China y luego India.
Lo que ayer fue Japón hoy es China, únicamente que ésta última no perdió una guerra frente a EU, ni está ocupada por decenas de bases militares yanquis, ni tiene prohibido armarse.[14]
La Unión Europea es otro ejemplo de esta política al embarcarla en el conflicto ucraniano, confrontar a Rusia y suspender el flujo de gas y petróleo barato, que le estaba siendo muy útil para impulsar su economía y amenazar la hegemonía norteamericana. A cambio EU le vende petróleo y gas licuado, en algunos casos tres veces más caro que Europa tuvo que aceptar. De pasada los gobiernos europeos están comprando armamento como nunca desde la Segunda Guerra lo que ha permitido a EU reactivar su economía.
En este sentido, el gobierno de Claudia Sheinbaum tiene pocas posibilidades de ir más allá de lo hecho por López Obrador y si lo intenta será muy difícil. Estados Unidos no quiere una potencia al sur de su frontera.
Repercusiones en América Latina
El triunfo de Morena no fue una sorpresa, sobre todo porque su mentor, Andrés Manuel López Obrador, mantiene una aceptación de la población en México de entre 60 y 70 por ciento, según la encuestadora que se trate. Asimismo, esta popularidad ha trascendido a Latinoamérica como lo muestra el hecho de que es el youtuber más visto todos los días en el subcontinente.
El triunfo de Morena parece haber atenuado la ráfaga de triunfos electorales de la derecha en América Latina, Daniel Noboa en Ecuador, Javier Milei en Argentina, José Raúl Moulino en Panamá y recientemente a Nayib Bukele en El Salvador, para citar los últimos casos. Asimismo, logró derrocar a Pedro Castillo en Perú y colocar a una delincuente de derecha en su lugar.
Es posible que el ascenso de López Obrador a la Presidencia de México en 2018, haya animado, de alguna manera, a las masas chilenas para empezar a salir a la calle contra el gobierno de Sebastián Piñera y ayudado para que Pedro Castillo ganara la elección presidencial en 2021.
Posibilidades de la Cuarta Transformación
En el contexto de la severa crisis histórica del capitalismo, ¿qué tantas posibilidades reales existen para evitar su labor predadora contra los pueblos y sus riquezas? No vemos muchas. El sistema demanda, cada vez más y sin freno, aumentar la explotación de la mano de obra hasta llevarla cerca del esclavismo.[15] Por su parte los trabajadores y los pueblos se defienden y luchan heroicamente en todo el planeta. A veces ganan, pero siempre regresan a sufrir las mismas condiciones. La única salida a esta situación es cambiar el sistema donde quede abolida la explotación de las y los trabadores a manos de un puñado (menos del uno por ciento de la población mundial), dueños de la casi totalidad de la riqueza. En sus luchas los pueblos han llevado a encumbrar en el poder a dirigentes que buscan suavizar las condiciones de las masas trabajadoras o humanizar al capitalismo.
Morena y sus dirigentes, conscientes de la necesidad de frenar el empobrecimiento del pueblo asumen el poder y tratan de “corregir” algunos de los aspectos más feroces del capitalismo. Sin embargo, las buenas intenciones son frustradas porque los dueños del capital necesitan seguir acumulando riqueza y no van a parar. Quizá den una tregua a aquellos gobiernos electos por las masas, pero como actúan por instinto volverán…
Estamos expuestos a que si la próxima elección la gana la derecha volverán los mismos personajes cuyo programa es hambre y entrega y todo volverá a ser igual o peor que antes. Ellos para ganar van a emprender desde ahora una intensa campaña de propaganda negra para obligar al nuevo gobierno de no ir más allá de dónde llegó el gobierno de López Obrador. Todos sabemos que la pobreza en seis años solamente se redujo en 5% de 55.7 millones si bien los ingresos de las familias trabajadoras subieron en general. Buscarán volver por las buenas de ser posible o por las malas de ser necesario.
Esta es la razón por la cual el pueblo y los trabajadores necesitamos organizarnos para no estar expuestos a que los hampones de siempre nos hundan más en la miseria para lo cual van a emplear todos los métodos que crean necesarios.
Necesitamos un partido de los trabajadores y el pueblo que corte de tajo los posibles vaivenes a que nos arriesgan los otros partidos. Desde luego que para ello necesitaremos el apoyo de los trabajadores norteamericanos pues sin ellos no será posible. En este sentido, existe el antecedente que durante la Revolución Mexicana de 1910 hubo un gran apoyo, esperamos que ahora también
[1] Organización Nacional El Yunque –no hizo público su apoyo—es una formación secreta paramilitar, ultracatólica y de extrema derecha de alcance internacional, cuyo propósito confeso es «defender la religión católica y luchar contra las fuerzas de Satanás» e instaurar «el reino de Cristo en la tierra». Tiene fuertes lazos con el Partido Acción Nacional y Vox de España. En Chile está vinculado al Partido Republicano de José Antonio Kast. Actualmente viene captando jóvenes en Argentina, Brasil, Colombia y Estados Unidos.
[2] Denunciado reiteradas veces por López Obrador desde el 3 de mayo de 2023. https://www.infobae.com/mexico/2023/05/02/amlo-enviara-protesta-diplomatica-a-eeuu-por-financiamiento-a-organismos-civiles-en-mexico/
[3] Campaña que no floreció pues la mayoría de la clase media votó por Morena.
[4] Son aquellos autobuses que estudiantes, trabajadores o gente de los barrios acostumbran a tomar posesión y los desvían de sus rutas para transportarse a determinados eventos políticos.
[5] La primera fue en 1968 cuando no se cansaban de desprestigiar al movimiento estudiantil de aquel año, pero que la población los repudió y apoyó a los estudiantes de múltiples formas. La otra fue en 1986 a raíz de grandes movilizaciones contra Televisa por el contenido de sus mensajes al calor de las elecciones de ese año.
[6] En los años posteriores el aumento al salario mínimo osciló siempre por encima de la inflación para lograr que pasara de 88 a 249 pesos diarios, 440 dólares al mes.
[7] La pensión actual es de 176 dólares mensuales sin menoscabo de aquellos que reciben pensión de la seguridad social.
[8] Inversiones de capital extranjero para aprovechar la cercanía de México con el todavía mayor mercado del mundo, sobre todo a raíz de la “guerra” comercial entre EU y China.
[9] https://www.eleconomista.com.mx/politica/Carpetas-de-feminicidio-en-Mexico-suman-184-en-el-1T-del-2024-20240425-0051.html
[10] Muchos colectivos de mujeres hicieron una campaña para que AMLO no apoyara su candidatura, pero aun así lo siguió apoyando, aunque finalmente no salió candidato.
[11] https://www.eluniversal.com.mx/nacion/politica/la-mananera-de-amlo-no-soy-feminista-soy-humanista-dice/
[12] Esta devaluación fue la peor caída de los últimos cuatro comicios presidenciales. La BMV perdió 6.11 %. En 2018 cuando ganó AMLO la Bolsa cayó 2.12%. Por el contrario, cuando ganó Vicente Fox el 2 de julio de 2000, hubo un premio de 6.12 por ciento para la Bolsa. En el caso de Felipe Calderón, 2 de julio de 2006, la Bolsa logró una ganancia de 4.77 por ciento. https://www.jornada.com.mx/ serviciosjornada/ microservicios /edicionpdf /LAJORNADAPDF_11793.pdf
[13] Como sucedió con la reforma a la ley energética que devolvía al Estado la rectoría de dichas industrias. Un juez la frenó y congeló.
[14] China cuenta hoy con misiles hipersónicos que EU no tiene y su flota ha superado a la norteamericana en número de buques.
[15] El la República del Congo, niños y adultos trabajan 10 horas o más por un dólar al día.