Por Helen Lundkvist
El genocidio que se está llevando a cabo en Gaza ante la mirada atónita del mundo entero y que también se ha extendido ahora a Líbano, es consecuencia de una política colonialista e imperialista pavimentada por las potencias de Occidente e implementada por el sionismo de extrema derecha incrustado en el gobierno de Israel. Frente a toda crítica contra el genocidio perpetrado por Israel en Gaza el régimen sionista responde permanentemente con el vals del ”antisemitismo”. La lucha del pueblo palestino contra la histórica ocupación por parte de Israel en los territorios palestinos y la solidaridad de los pueblos del mundo por la causa palestina es de una importancia decisiva en la política internacional.
Una de las ciudades de Europa en donde radica una gran cantidad de palestinos es Malmö que está ubicada al sur de Suecia. Durante un año la solidaridad con el pueblo palestino se ha expresado en Malmö todos los domingos. Cada domingo se reúnen miles y miles de manifestantes que marchan por las calles de la ciudad para protestar en contra de los masivos asesinatos en Gaza y por el apoyo al pueblo palestino. El único partido político en el parlamento que se ha pronunciado en favor de la causa palestina es Vänsterpartiet (Partido de Izquierda). En las elecciones al parlamento europeo el 9 de junio de este año el único partido sueco que logró aumentar su representación en el parlamento europeo fue Vänsterpartiet. Una de las principales causas de ese logro electoral se debe a que la diáspora palestina en Malmö dio su apoyo a Vänsterpartiet. Esto es un hecho indiscutible y lo ratifican las estadísticas de esas elecciones europeas.
Incluso hasta el propio Netanyahu ha dicho que las protestas en Malmö en contra de las masacres de Israel son organizadas por ”terroristas” y que lo que mueve a los manifestantes es el ”antisemitismo”. Durante los últimos meses los medios de comunicación de la burguesía sueca se han empecinado en desatar una feroz campaña en contra de Vänsterpartiet y fundamentalmente en contra de un militante palestino (Orwa Kadoura) que hasta hace pocos días formaba parte de la dirección del partido en Malmö. El acoso que por dos meses consecutivos se ha centrado en contra de ese militante palestino por el hecho de que hace más de medio año atrás compartió por Facebook una caricatura en la que se ve a Netanyahu bebiendo sangre, se ha utilizado hasta el máximo para afirmar que en el partido hay ”antisemitismo”. Se puede plantear que es inapropiado compartir una caricatura de ese tipo aunque la caricatura en cuestión se haya compartido por desconocimiento de las connotaciones históricas que eso representa. Orwa Kadoura declaró públicamente que había cometido un error y que lo fundamental era el cese al fuego en contra de la población de Gaza pero que al mismo tiempo él reconocía el derecho a la resistencia del pueblo palestino. La campaña orquestada en contra de Vänsterpartiet y de Orwa Kadoura no cesó, por el contrario, aumentó hasta tal punto que cuando se abrió el nuevo período del parlamento en Suecia los líderes de la derecha y de la extrema derecha vociferaban que Vänsterpartiet tenía que limpiar el ”antisemitismo” en sus filas. Lo cierto es que los únicos que efectivamente en reiteradas ocasiones han dado muestras palpables de antisemitismo es la extrema derecha de SD (Demócratas de Suecia) que es el partido que define la política reaccionaria del gobierno de derecha que hoy gobierna en Suecia.
Las cosas se complicaron más cuando la dirección nacional de Vänsterpartiet en lugar de defender al activista palestino acosado por los medios del sistema se adaptó a esa ofensiva de la derecha y comenzó a plantear que en el partido no se aceptaba el antisemitismo. Un dirigente nacional dijo en una entrevista a Judisk Krönika (Crónica Judía) que ”Israel tiene derecho a defenderse” y que la dirección del partido toma muy en serio las acusaciones de los medios acerca del supuesto antisemitismo en el partido. La campaña en contra del dirigente en Malmö y el hecho que la dirección nacional no lo defendiera como correspondía llevó finalmente a que él dirigente en Malmö presentara su renuncia indeclinable al partido. Eso provocó una gran consternación en la comunidad palestina. La dirección de Vänsterpartiet en Malmö se vio obligada a sacar una declaración pública en defensa de Orwa Kadoura en la que también se criticó a la dirección nacional por su nefasta actuación frente a los ataques a la causa palestina al no asumir la defensa del compañero injustamente vilipendiado. Los principales medios de país han resaltado la crítica de la dirección de Vänsterpartiet en Malmö a la dirección nacional y eso ha tensado las relaciones. La crítica de la comunidad palestina es contra la dirección nacional.
La campaña en contra de Vänsterpartiet por un supuesto ”antisemitismo” está concebida en realidad como un ataque a la solidaridad que existe hacia el pueblo palestino en Suecia y fundamentalmente en Malmö y particularmente contra los activistas provenientes del Medio Oriente. Lo de machacar que la caricatura de Netanyahu bebiendo sangre, un ”tropo antisemita” no es necesariamente antisemitismo. Lo que si es cierto es que el Netanyahu real si tiene las manos manchadas de sangre, pero esto no es algo que los medios de comunicación quieran agitar. La demagogia de los medios busca la división de la solidaridad hacia el pueblo palestino y busca también, encubrir el genocidio del régimen sionista. La solidaridad hacia el pueblo palestino en Suecia también cuenta con la participación de sectores de la izquierda judía que combate la barbarie del terrorismo de estado empleado por Israel. Ha pasado ya un año desde el ataque del 7 de octubre del 2023 y de las masivas manifestaciones en Suecia por la causa palestina y el movimiento de solidaridad con Palestina sigue robusto.