Sami Adnan es un dirigente revolucionario de Irak. Cofundó Trabajadores Contra el Sectarismo en Bagdad. Ahora desempeña un papel activo en el desarrollo del trabajo del Comité del Levantamiento de Octubre para organizar a los activistas y hacer que sus voces se escuchen dentro y fuera de Irak.
¿Cuáles son las demandas del movimiento de octubre y en qué etapa se encuentra ahora?
La gente comenzó a protestar en octubre y la primera y única demanda es cambiar el sistema político y económico de Irak. La gente quiere cambiar el sistema iraquí, que se basa en el sectarismo, el racismo y el islamismo. La gente quiere que esto termine porque es totalmente corrupto. Este sistema nos trajo pobreza, privatizaciones, milicias, problemas de seguridad, destruyó toda la estructura e infraestructura y mató todos los sueños de la juventud.
Después de 2003, cuando Estados Unidos invadió Irak, no construyeron un solo hospital, una sola escuela. No construyeron un solo puente para resolver el problema del tráfico. Solo abrieron el mercado de una manera muy liberal y detuvieron todas las fábricas y la agricultura en Iraq. Lo perdimos todo. Además, debido al sistema corrupto y sectario, la gente no se siente representada. No sienten que haya un Estado o sistema que los ampare. No sienten que sean presentadas por ninguna autoridad. Incluso las elecciones son solo un juego, están arregladas.
Hemos estado viviendo en un país sin ningún seguro para nuestra vida, sin ningún tipo de servicios, como el cuidado de la salud, el sistema educativo o las universidades. La gente sintetizó todos estos problemas en una consigna: “abajo el sistema”. Si uno pregunta a la gente, responde: “Queremos una patria”. ¿Qué significa eso exactamente? Estamos en un país donde no tenemos ninguna posibilidad de vivir una vida normal. Incluso, no estamos a salvo. Hay miles y miles de milicianos y terroristas y del ejército y la policía. La gente ve a los guardias armados en las puertas de las escuelas cuando llevan a sus hijos a la escuela.
Le pregunté espontáneamente a uno de los manifestantes “¿qué quieres?” ¿Qué quieres decir con “queremos una patria”? Él dijo: imagina que yo llamo a esto mi país, pero no tengo una casa en la que vivir ni una escuela a la que ir, ni un hospital donde recibir tratamiento, ni ningún tipo de seguro, electricidad o agua potable para vivir. El Estado neoliberal no se preocupa por nosotros, ni siquiera nos permiten ser trabajadores y trabajar en nuestras fábricas. No hay trabajo. No hay producción. Este sistema solo quiere vender petróleo. Irak importa todo de China, Irán, Turquía y Arabia Saudita. Importamos todo: incluso alimentos, verduras, ropa, todo. No tenemos ningún tipo de industria. La destruyeron. Irak era uno de los principales centros industriales de Medio Oriente.
La gente sigue protestando. Al mismo tiempo, el gobierno, sus milicias, sus partidos políticos islámicos y sus pandillas siguen intentando controlar el movimiento. Siguen tratando de afectar a las personas y cambian el enfoque del movimiento, tratan de hacer que la gente se ocupe de cambiar a los primeros ministros en lugar de cambiar el sistema en sí. A pesar de que las protestas están disminuyendo, la gente no se olvidó de los motivos de su protesta.
¿Cómo ha afectado la pandemia global de COVID-19 al movimiento revolucionario y al pueblo en Irak?
Lo primero que hay que decir es que el sistema de salud en Irak es el peor. Tuvimos suerte de que el COVID-19 no nos afectara realmente. Pero el coronavirus salvó al gobierno del pueblo. El 1 de abril, el gobierno inició un toque de queda. Se desplegaron milicias en las calles de ciudades y barrios para reprimir al pueblo. Usaron el toque de queda para salvarse de la revolución. Al principio, los manifestantes no creían que tuviéramos casos de COVID-19 en Irak. A nosotros no nos importa realmente morir de coronavirus porque el gobierno ya nos está matando y estamos en una batalla. Algunos activistas dijeron: no retrocedimos ante sus francotiradores, no retrocederemos de un virus. Tenemos 669 muertos, 25,000 heridos y 2,800 detenidos, pero todavía estamos aquí. Así pensaban las personas en los primeros 10 días de la pandemia de coronavirus.
Luego, a medida que aumentaron los casos en Irak, supimos más sobre esto y cómo estaba matando gente. Los manifestantes comenzaron a pensar de manera diferente y muchos decidieron abandonar la plaza. Solo un 20 por ciento de los manifestantes se quedaron. Además, los activistas que se han quedado en la plaza no se cruzan con nadie de afuera de la plaza, solo se quedan dentro de sus carpas y todos los días esterilizan las carpas. No querían propagar el virus por todo Bagdad y, como saben, Plaza Tahrir se encuentra en el centro de Bagdad. Nuestro hospital en la plaza brinda atención médica y ofrece cursos todos los días para educar a los manifestantes sobre el virus y las medidas de higiene necesarias.
Mientras hacen esto, los activistas en Plaza Tahrir continúan enviando mensajes políticos al gobierno, al parlamento, al primer ministro, a las milicias y al sistema político islámico. Por ejemplo, cuando seleccionaron a Adnan al-Zurfi como nuevo primer ministro, tuvimos una marcha en la Plaza Tahrir para demostrar que rechazamos a Zurfi. Y hace cinco días, cuando el gobierno seleccionó a otro nuevo primer ministro, Mustafa al-Kadhimi, a pesar de que nuestro número era menor, también lo protestamos. Esta era la situación en Plaza Tahrir. También agregaría que los manifestantes recientemente crearon una campaña en redes sociales que promete que la revolución volverá después de la pandemia de coronavirus y el toque de queda.
En la economía, la cosa empeoró por el toque de queda. Más de la mitad de la población está desocupada, y la mayoría de ellos son jóvenes. Y la otra mitad son trabajadores precarios y trabajan en el sector privado. A estos trabajadores precarios se les paga por día. Entonces, debido al toque de queda, ni siquiera han podido comprar alimentos durante un mes. Los trabajadores precarios perdieron sus empleos y el gobierno no pagó nada. Las familias sobrevivieron gracias a la solidaridad entre los pobres. Además, la violencia contra la mujer aumentó a un nivel muy alto, lo cual es una realidad global. Y dos mujeres se suicidaron debido a la violencia en Irak.
¿Cómo se organizan los activistas? ¿Cuáles son las herramientas para la organización? ¿Y qué hay de las mujeres que participan en el movimiento?
La gente realmente se ha auto-organizado. Los manifestantes limpian la plaza y protestan. Hay música para motivar a la gente. Hay un hospital con 10 camas. Algunas enfermeras y médicos ayudan enseñando primeros auxilios. Hay medicina. Los tuk tuks (pequeños autobuses cuyos conductores son activistas) trabajan como ambulancias. La participación de las mujeres también es alta, ya sea en la atención médica en la primera línea o en la redacción de manifiestos y declaraciones, básicamente en todo. Dirigen protestas y cantos. Hay un ambiente de igualdad en la plaza. La gente realmente está construyendo un Estado cívico y secular. Estas mujeres provienen de diferentes orígenes religiosos: cristianos, sunitas, chiíes, seculares y comunistas.
La gente también encuentra formas de expresarse. Hacen graffiti. Juegan juegos entre ellos. Escuchan y baila música. También hay una nueva playa, la Playa Tahrir, donde la gente juega al voleibol. Además, hay muchos eventos intelectuales y muchas bibliotecas. Leen, organizan círculos de lectura y discuten. Hay escuelas donde los maestros enseñan a los estudiantes. También hay eventos políticos. Hay una estación de radio. Hay informes diarios de otras plazas para que la gente pueda saber que pasa. Hay grandes eventos de cena. Entonces comparten comida y se acercan. Hay casi 1500 carpas. Las carpas seculares y de izquierda son alrededor de 200. Hay otras carpas de seguidores de Muqtada al-Sadr, por ejemplo. También hay carpas de barrios y carpas tribales. En cada carpa, duermen alrededor de 4-5 personas.
La sociedad iraquí está muy polarizada y dividida por diferentes identidades hasta el momento. Entonces, ¿qué partes de la sociedad apoyan el movimiento?
Cuando decimos que la sociedad iraquí está polarizada, tenemos que entender que hay muchas razones importantes que hacen que la gente busque o pertenezcan a estos partidos o milicias islámicas. Tenemos una desocupación muy grande y una economía muy violenta. Es por las malas condiciones. ¿Eramos un pueblo sectario, era el pueblo iraquí al que le gustaba la violencia y las milicias pertenecientes o ISIS antes? ¿El pueblo iraquí se odiaba antes? Iraq ni siquiera era una sociedad religiosa. Cuando llegó este gobierno sectario, dividió a la gente y trajo este sectarismo a la sociedad. Cuando vinieron con sus armas y su dinero, crearon intencionalmente estos problemas sectarios entre las sociedades. Y debido a este gran problema de desempleo, la gente se convenció de unirse a las milicias y al ejército porque necesitaban vivir.
Todo eso puede cambiar. Pero los partidos actuales no pueden hacerlo. Todos ellos son corruptos, ya sean sunitas, chiítas o kurdos. Están tratando de separarnos y robarle a las personas.
Hoy en día, la gente solo hace bromas sobre el sectarismo. Se convirtió en una broma. Se acabó para las personas. Y cuando vemos que ocurren algunos eventos sectarios en Irak, eso se debe a los partidos, los partidos islámicos y sus seguidores, no a causa de la gente. Nunca es por la gente. Y muchos levantamientos ocurrieron desde 2010 hasta 2020. Es un mensaje claro y enorme para el mundo. Todos estamos unidos contra estos gobernantes.
Todos los diferentes sectores de la sociedad forman parte del movimiento porque las personas de todas las identidades rechazan este sistema. Tenemos una nueva identidad ahora. Antes de 2015, las personas decían todo el tiempo: soy sunita y esto es chií, etc. Ahora se abrazan y graban videos sobre ello. Y todos estamos unidos contra este sistema sectario. Ya nadie dice que es sunita o chiita. Lo importante son los derechos, la injusticia social y el desempleo ahora. Diferentes antecedentes religiosos ya no importan.
La Plaza Tahrir convocó a una nueva ola de protestas el 10 de mayo, pero no hubo una participación masiva por lo que pudimos ver. ¿Cuál es la situación ahora?
Es verdad. No hubo mucha gente el 10 de Mayo, creo que habían unas 5,000 personas. Hay muchas razones para ello. Primero, no hay actores fuertes para organizarlo. En segundo lugar, no hay alternativas claras para resolver los problemas que la gente protesta. Tenemos muchos mártires, heridos, secuestrados, encarcelados. Pero en este punto, la gente cuestiona una nueva escalada. No queremos que nuestra gente muera, pero queremos ganar. Entonces, la gente cree que tiene que organizarse bien y encontrar un camino antes de salir y quemar y chocar. Algunos preguntan: “¿Cuál es el punto de ir a la Zona Verde?” Algunas personas se sienten decepcionadas porque el mundo no apoyó al pueblo iraquí y presionó al gobierno. Están decepcionados de la ONU, la UE. Nuestra sangre es muy barata para el mundo. Y parece que no les importa lo que está sucediendo en Irak. Entonces la gente siente que está sola. El pueblo iraquí sacrificó todo cada vez. Esta no es la primera vez. La gente se levantó contra el sistema en 2010, 2011, 2015, 2017 y 2020.
Incluso algunos dicen, ¿que alternativa ofrecen los manifestantes? Sin embargo, muchos activistas aprendieron de estos levantamientos y aprendieron cómo protegerse de otras tendencias burguesas. Ahora, algunos de ellos están pensando en construir su propio partido u organización, un comité para organizarse de una mejor manera con una alternativa clara.
Y veamos qué sucederá en el futuro. Soy muy optimista y estoy seguro de que mejoraremos mucho.
En medio de una nueva ola de lucha en Irak, Líbano e Irán, ¿cómo puede tener éxito el movimiento en Irak?
Esa es una pregunta difícil. Y este es el proplem de todos los revolucionarios del mundo. Para Irak, hay algunos problemas básicos que deben resolverse. Una es la desocupación. Tenemos que organizar a los hombres y mujeres desempleadas. Además, tenemos que organizarnos y los manifestantes en las calles ahora. Y, por supuesto, tenemos que organizar a la clase trabajadora. Si el movimiento tuviera especialmente a los trabajadores de la industria petrolera, sería un arma muy fuerte del movimiento. En tercer lugar, tenemos que construir organizaciones de grupos progresistas y activistas en todos los niveles. Esto es muy importante.
Ya no queremos ser un punto oscuro en Oriente Medio. La gente quiere ver la solidaridad de los pueblos de otros países. También podemos de alguna manera apoyar sus movimientos, especialmente a nuestro alrededor. Especialmente podemos construir estas conexiones en Medio Oriente. Cuando lo logremos, el sistema que gobierna toda la región se debilitará.
Como hemos visto en los últimos meses, rápidamente después de la sublevación en Irak, se produjo una gran sublevación en el Líbano. Lo que influyó en los pueblos desde Irak hasta Beirut es la realidad de que una revolución unida no puede ser derrotada. ¿Por qué? Porque sentimos que es el mismo sistema político islámico que gobierna en Medio Oriente desde Irán a Beirut. Incluso las mismas milicias con el mismo nombre y con el mismo dinero. El dinero proviene de los mismos bancos de Irán y desemboca en Bagdad, Siria y Líbano. Además, creo que esta es la única forma en que podemos lograr el cambio. Hace falta mucho trabajo, muchas luchas pero nada es imposible.
La invasión estadounidense en Irak causó una destrucción profunda y cambió todo. ¿Puedes explicarnos la relación entre el régimen de ocupación estadounidense y los problemas actuales del pueblo iraquí?
Y sí, creo que es muy importante hablar sobre el gobierno de Estados Unidos en Irak. Después de la ocupación, destruyeron toda la economía, pero antes de la ocupación, Saddam Hussein ya había privatizado algunas fábricas.
Y las cosas se pusieron aún más difíciles bajo la economía de guerra estadounidense. Paul Bremer disolvió el sistema político y lo reestrableció: apoyaron la constitución sectaria y las milicias actuales proporcionándoles instalaciones y contratos de construcción. Esos contratos fueron grandes fondos económicos para los partidos islámicos. Y su poder aumentó en la sociedad iraquí.
Ya estábamos sufriendo el miserable sistema de Saddam Hussein y una economía miserable. Nuestra clase trabajadora vivía en las peores condiciones. Y eso fue un buen recurso para esos partidos para reclutar gente pobre a sus filas por algo de dinero. Este punto se convirtió en el iniciador de las milicias y toda la corrupción se hizo posible con esta estructura del gobierno de ocupación. Estados Unidos es cien por ciento responsable de nuestros problemas actuales.
A pesar de que Irak tenía un gran presupuesto, dejaron de financiar las fábricas y utilizaron ese dinero para apoyar al régimen corrupto, no a la gente, ni a los agricultores, ni a construir infraestructura. Ese dinero se desperdició para que los partidos corruptos construyeran milicias para oprimir a la gente. Y Paul Bremer oficialmente trajo las privatizaciones y el Banco Mundial a Irak y lo escribió en la constitución y lo llamó economía liberal.
Vendieron el sector público debido a la privatización, pero ¿a quién? A los partidos islámicos. Ellos les permitieron controlar todo el sector público y privado. Controlan a la gente, los aeropuertos, las fábricas, los hospitales, las escuelas, las universidades, las calles, los puentes, la electricidad y el agua. Estas son las consecuencias directas de la política estadounidense en Irak. Estados Unidos comenzó todo e Irán obtiene el beneficio al final. Estados Unidos nos llevó al sectarismo, a la constitución sectaria, al nuevo sistema liberal, a las privatizaciones. Ellos lo hicieron.
¿Puedes hablar sobre tu grupo Trabajadores Contra el Sectarismo? ¿Cuándo se estableció? ¿Cuáles son tus objetivos políticos?
Nuestro grupo Trabajadores Contra el Sectarismo (WAS) se estableció en 2019. Pero todos somos viejos activistas de diversos lugares de Irak. Estamos luchando contra el sectarismo en el que se basa el Estado. Debido al sistema sectario, hay milicias, terorismo, corrupción. Nuestras vidas y sueños son destruidos.
El sectarismo destruye a la clase trabajadora y evita que los trabajadores se unan. Construye muros entre los trabajadores, incluso genera racismo. Debido al sectarismo, nosotros, la clase trabajadora, no podíamos entender quién era el verdadero enemigo.
Entonces, nosotros, un grupo de activistas, que hemos estado en la lucha desde 2010 de diversas maneras, decidimos establecer un grupo en 2019. Casi todos tenemos una trayectoria progresiva de izquierda. Somos un grupo joven. No somos un grupo académico o intelectual. Somos alrededor de 20 personas que decidimos cambiar el sistema que causa toda esta miseria.
Y tenemos tres objetivos que nos unen. Queremos seguro de trabajo y desempleo. Y queremos que este sistema sectario se acabe. Queremos construir redes de solidaridad en todo el mundo y especialmente en la región. Por último, tratamos de ofrecer nuestra voz alternativa de revolución al mundo en inglés. Queremos que el mundo sepa que también hay elementos progresistas en la sociedad iraquí que peloeamos por un cambio aquí. Queremos ofrecer otra voz alternativa de nuestra revolución y nuestra dedicación política. Haremos entrevistas con otros grupos, comités y partidos. Haremos muchos artículos de informes políticos, podcasts, videos y muchas otras cosas en inglés. Nos llamamos un grupo revolucionario. Intentamos educarnos y organizarnos más y hacer más. Realmente esperamos hacer mucho en el futuro. Y el levantamiento de octubre nos inspira mucho. Nosotros fuimos parte de eso. Instalamos una carpa en Plaza Tahrir y estámamos participando en las reuniones entre las carpas y participando de esta lucha.
Nuestro mundo es testigo de una nueva generación de luchas populares en todos los continentes. Antes del estallido, las calles del mundo se llenaron de ira y levantamientos. En medio de una nueva ola de lucha en Irak, ¿qué quiere decir a los trabajadores de todo el mundo?
Los pueblos se rebeln. En Chile, Hong Kong, Líbano, Irán, Egipto, Argelia, Túnez y los chalecos amarillos en Francia. Grandes sentimientos mravillosos. Conmovió a mucha gente en todo el mundo. Recuerdo que cuando los chalecos amarillos comenzaron a protestar en Francia, vi a mucha gente influenciada por ellos, que vestían chalecos amarillos y se concentraron en Plaza Tahrir. Yo fui uno de ellos. Esto significa una cosa: somos una clase y nuestra lucha es la misma.
Lo que necesitamos más que nada es estar unidos. Necesitamos conocernos para cambiar este mundo. Porque el capitalismo no puede responder a nuestras necesidades en Irak, en Chile, en Francia ni en ningún lugar del mundo.
El capitalismo solo puede dar soluciones temporales. No puede ofrecer un sistema sin guerras en Medio Oriente, sin enfermedades y hambre en África y sin opresión en China, sin dictaduras en el mundo. No podemos continuar con este sistema imperialista que coloniza la riqueza y mata gente por eso.
Y solo la clase trabajadora puede derrotarlo. Es la única clase que tiene la capacidad de conducir a un mundo justo, igualitario, pacífico y humano. En Irak, continuamos nuestra lucha. Solo por ahora parece que el levantamiento de octubre llegó a su fin. Pero los iraquíes esperan el próximo levantamiento. Sorprenderá el 2020 más de lo que sorprendió octubre de 2019. Veremos una mayor lucha. Y las veremos en sus países también. Esta vez el capitalismo se derrumba. Nuestro tiempo ha llegado.