Por Luis Meiners
En Silicon Valley el año comenzó con un anuncio que rápidamente se convirtió en noticia a nivel internacional. Trabajadores de Google anunciaron públicamente el lanzamiento de su sindicato, el Alphabet Workers Union. Se trata de un paso importante en una industria marcada por prácticas empresariales anti-sindicales, pero también por un creciente activismo que ha tenido varios hitos en la última década.
El Alphabet Workers Union busca agrupar al conjunto de trabajadores de Alphabet, el conglomerado madre del cual Google es la principal filial. Expresan abiertamente que buscan organizar a trabajadores de tiempo completo, de tiempo parcial, contratados y vendedores, lo cual constituye un elemento importante en una industria que se caracteriza por la diversidad de sus formas de contratación.
Hoy cuentan con más de doscientos miembros. Si bien la cifra constituye un pequeño porcentaje de la fuerza de trabajo de la empresa, buscan consolidar y darle forma organizativa a un creciente activismo. Siendo un “sindicato de minoría”, no cuentan con reconocimiento para participar de procesos de negociación colectiva con la patronal, pero en un país con una legislación laboral restrictiva y en una industria con patronales particularmente hostiles a la presencia sindical, el hecho de crear una estructura permanente es un hito en la organización.
Una historia de lucha
Tal como lo reseña en su página web, el desarrollo del sindicato es parte de una historia de organización y resistencia. En la última década este proceso ha tenido varios hitos en los cuales los trabajadores han luchado por una diversidad de reivindicaciones, desde las condiciones de contratación y trabajo, apoyo a los trabajadores tercerizados, discriminación laboral, el acoso sexual, hasta el questionamiento a los usos dados por la empresa a la tecnología que desarrollan.
Para nombrar algunos ejemplos de este proceso, en el año 2015 se organizó una acción contra la desigualdad salarial y la discriminación de género y racial, mostrando publicamente sus salarios para darle visibilidad a las diferencias. En 2018 miles de trabajadores firmaron y difundieron una petición contra los contratos de Google con el Pentágono, exigiendo un compromiso de parte de la empresa para que garantice que su tecnología no sea utilizada para la guerra. Esta campaña logró que no se renueven dichos contratos. En 2019 dieron pelea para evitar que se firmaran contratos con las agencias a cargo de las políticas anti-inmigrantes, y en 2020, en el marco de la histórica rebelión contra el racismo y la violencia policial, impulsaron una petición para que se deje de vender tecnología a los departamentos de policía.
Una acción particularmente importante en esta historia fue el “Walkout for Real Change”. Se trató de una acción internacional realizada el primero de noviembre de 2018 en la que miles de trabajadores de Google alrededor del mundo dejaron sus puestos de trabajo de manera simultánea y se reunieron frente a los edificios de la empresa en contra del acoso sexual en el trabajo y las politicas de la empresa frente al mismo. Esta acción fue una respuesta masiva a la decisión de la empresa de dar compensaciones millonarias de retiro a ejecutivos acusados de acoso. Sólo en Nueva York más de 3 mil personas protestaron frente a la sede de Google en esa jornada.
En respuesta a este creciente activismo, en 2019 Alphabet contrató a una consultora externa para investigar a sus trabajadores y ejecutar represalias, censurando también espacios de discusión. Frente a esta ofensiva patronal, los trabajadores redoblaron la apuesta, buscando vínculos con sectores organizados del movimiento obrero. Así se relacionaron con el Communications Workers of America, sindicato que agrupa a trabajadores de la comunicación y la información, y a partir del trabajo con este sector surgió la fundación del sindicato Alphabet Workers Union.
Se trata de un acontecimiento importante en un sector estratégico de la economía mundial. Sin dudas es una muestra más de un proceso general de radicalización de sectores de la juventud y la clase trabajadora que se vive en Estados Unidos desde la crisis de 2008. La pandemia y la rebelión antiracista han profundizado este proceso, que seguramente seguirá produciendo avances en la organización y la lucha de la clase trabajadora como el que han dado los trabajadores de Google.