Basta de ajuste y de violencia contra las mujeres y disidencias. El Estado y los gobiernos son responsables
Una plaza, dos actos
La crisis capitalista, que se agudizó de la mano de la pandemia, golpea particularmente a las mujeres en todo el mundo. Tanto los gobiernos conservadores como los llamados “progresistas”, eligieron priorizar los intereses de las multinacionales farmacológicas, financiar a las grandes corporaciones y subsidiar a los empresarios mientras aumentan la precarización, la desocupación, la pobreza y se mantiene el negocio privado de la salud. Por eso este 8 de marzo, miles de mujeres, con nuestros compañeros de lucha volvemos a las calles para reclamar por nuestros derechos.
Solo en lo que va del año hubo al menos 60 femicidios. Y a un año de la creación del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, la situación no sólo no cambió, sino que empeora. El anunciado “presupuesto 13 veces mayor” al del gobierno anterior, representa en los hechos el 0,074% del presupuesto nacional. Mientras tanto, crece la impunidad y muchos de esos femicidios son ejecutados por personal de las mismas fuerzas represivas para las que va gran parte del presupuesto votado en el Congreso: 1 de cada 5 femicidios los tiene como responsables, incluso como en el caso de Úrsula con hasta 18 denuncias. La policía y la justicia son cómplices del encubrimiento y la impunidad. La muestra más cabal la dio el propio gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicilloff, junto al ministro Berni. Mientras se extendía el repudio por el femicidio de Ursula Bahillo a manos de un agente de la Bonaerense, ellos premiaban a esta fuerza garantizandoles más patrulleros, como antes les garantizaron aumento de haberes y otros beneficios. Por eso amplios sectores junto a nuestro grito de Ni Una Menos, de basta de femicidios, trasvesticidios y crímenes de odio, planteamos el “Fuera Berni” y la denuncia a la persecución y a la represión a quienes salen a luchar, con una orientación clara: los gobiernos, el Estado, su policía y su justicia son responsables.
En Argentina, el deterioro de nuestras condiciones de vida es categórico. En respuesta asistimos a importantes luchas donde las trabajadoras son protagonistas, desde sus lugares de trabajo contra los despidos y por las condiciones laborales y salariales, y desde las barriadas contra el hambre y por trabajo genuino. Defendemos la lucha por la unidad de la clase obrera ocupada y desocupada.
Las enfermeras y las trabajadoras de la salud son protagonistas en esta jornada de lucha. Ellas, que dejan la vida en sus puestos de trabajo en los hospitales, en la lucha por el reconocimiento profesional y salarial igual a la canasta básica, sin presupuesto ni insumos. Al igual que las trabajadoras docentes, que pelean por mejores condiciones para les pibes, mientras todos los gobiernos abren las puertas de las escuelas y las obligan a dar clases presenciales sin ninguna medida de seguridad. También son protagonistas las jóvenes que enfrentan la precarización laboral, convirtiéndose en un gran ejemplo de lucha como ocurre con las trabajadoras de Just de La Matanza, Hey Latam y les trabajadores de Apps. Lo mismo sucede con las trabajadoras aeronáuticas que resisten a los cierres de empresas como en LATAM o se enfrentan a la precariedad y a la persecución patronal como en GPS, la tercerizada de Aerolíneas Argentinas; en el frigorífico ArreBeef, donde las mujeres encabezan una durísima lucha por sus fuentes de ingreso; en las fábricas bajo gestión obrera, como Zanon en Neuquén o Madygraf en la zona norte del Gran Buenos Aires, entre tantas otras miles de trabajadoras en lucha que serán parte de la movilización y el acto que impulsaremos junto a diversas organizaciones en Plaza Congreso.
También estarán presentes de a miles en este acto las mujeres del movimiento piquetero que están luchando y ganando las calles masivamente contra el hambre, las que están al frente de los comedores para asistir a las miles de personas que también cayeron en la pobreza, las Trabajadoras de Casas Particulares, las que asisten todos los días a las mujeres que sufren violencia de género y ven también cómo el Estado las abandona y protege a los violentos. Es lo que pasó con las compañeras Esther Mamani y Emilse Gajes, que forman parte de la lista de femicidios que estremecen a nuestro país en este 2021.También estarán las mujeres de las diversas tomas de tierra, como las que protagonizaron la lucha por la vivienda en Guernica, muchas de ellas víctimas de violencia, que tuvieron que enfrentar la represión estatal de Berni y Kicillof solo por exigir algo tan básico como un lugar para vivir en medio de la pandemia; las mujeres de Los Ceibos y tantas otras que reclaman una vivienda digna. Con las mujeres de los barrios más pobres denunciamos que mientras el gobierno hace demagogia, ellas y sus familias siguen sin acceder a lo más elemental, como el agua, el alimento, el trabajo, sin infraestructura en sus barrios y teniendo que garantizar la comida para sus hijos e hijas a pesar de la inflación y los tarifazos.
En los últimos años y en todo el país, las mujeres y disidencias mostramos todo lo contrario a lo que hacen las conducciones de las centrales sindicales, que mantienen una complicidad total con el gobierno y las patronales mientras nuestras condiciones de vida se agravan, el salario cada vez alcanza para menos y las tareas de cuidado se multiplican dentro y fuera del hogar. La integración del feminismo a la gestión estatal, en la que llamaron a confiar sectores del movimiento de mujeres, no es una salida para esta realidad. Ningún gobierno, nunca, nos regaló nada. Nuestra organización independiente y la confianza en nuestra propia fuerza de lucha: ese es el camino que apostamos a profundizar.
El gobierno nacional, con el apoyo del macrismo y toda la oposición patronal, impuso un presupuesto de ajuste y de mayor endeudamiento con el FMI. El impacto que esto tiene sobre la vida de las mayorías obreras y populares también está a la vista. Mientras se destinan millones al pago de una deuda ilegítima y fraudulenta, a fortalecer a los ministerios de Seguridad y las fuerzas represivas, el gobierno hace demagogia hablando de nuestros derechos, sin aplicar ninguna política que cambie realmente la situación de las mujeres.
La fuerza de la marea verde, que en 2020 conquistó el aborto legal, tiene hoy nuevos desafíos para enfrentar la ola de femicidios, la precarización laboral y la política de los gobiernos de turno y de las instituciones del Estado de condenar a las mujeres y disidencias a ingresos asistenciales miserables, incluso disfrazándolos de “atención” a la “política de cuidados” como gustan llamar las funcionarias.
Mientras seguimos peleando porque se garantice el aborto voluntario conquistado con la lucha, la organización y la movilización callejera hace pocos meses, junto a la implementación de una ESI científica y laica, a la anticoncepción gratuita en todos los centros de salud, mientras seguimos reclamando por la libertad de todas las presas por abortar, tenemos que poner en pie, como lo hicimos por el aborto legal, un gran movimiento de lucha por la separación de la Iglesia del Estado y la derogación de todos los decretos de la dictadura que garantizan su financiamiento y el de la educación confesional. Con esa misma fuerza, tenemos que construir una alianza inquebrantable con las que pelean por el trabajo y la vivienda y organizarnos de manera independiente, sin ataduras de ningún tipo, para que a la crisis no la paguemos las trabajadoras y nuestras familias.
Por todo esto, este 8 de marzo desde el Frente de Izquierda-Unidad, junto a las agrupaciones Juntas y a la Izquierda, Pan y Rosas, Plenario de Trabajadoras e Isadora, salimos a las calles y decimos el Estado y los gobiernos son responsables de los femicidios y de toda esta realidad que vivimos las mujeres, disidencias y nuestras familias trabajadoras. Por eso, exigimos a las conducciones sindicales de la CGT y CTAs que rompan con su tregua y llamen a un paro activo y movilización por todos nuestros derechos. Marcharemos miles, desde Plaza de Mayo al Congreso Nacional, donde está convocada una acción por nuestro día de lucha. El 8 de marzo, por eso, habrá una Plaza y dos actos. El de las organizaciones vinculadas al gobierno nacional, y el nuestro, que impulsamos con independencia del gobierno, de los Ministerios de cartón, de las instituciones del Estado y de los partidos patronales que defienden los intereses de quienes nos oprimen y nos explotan, las que luchamos contra el patriarcado y el capitalismo. Una movilización y un acto donde serán protagonistas las luchadoras de distintos sectores y las pibas de la marea verde, para que se oiga bien fuerte nuestro reclamo:
- Ni Una Menos. Basta de femicidios, trans/travesticidios y crímenes de odio. Presupuesto extraordinario y urgente para combatir la violencia de género.
- Los gobiernos, el Estado, su justicia y sus fuerzas de seguridad son responsables. Disolución del aparato represivo del Estado. Elección de jueces y fiscales con voto popular y mandatos revocables.
- Basta de ajuste, no al pago de la fraudulenta deuda externa. Abajo el pacto con el FMI. Plata para la atención de la violencia de género, para la salud, la vivienda, el trabajo y la educación y no para la deuda externa.
- Basta de precarización, flexibilización laboral y desocupación. Trabajo genuino para todas, salario igual a la canasta familiar.
- Apoyemos todas las luchas en curso de las trabajadoras de la salud que están en primera línea contra el COVID, en especial a las enfermeras en lucha por el reconocimiento profesional y salarial; a las docentes que pelean por un retorno seguro y salarios acorde a la inflación; a las trabajadoras Aeronáuticas que enfrentan despidos y persecución sindical y patronal, a las obreras del frigorífico Arrebeef, de Hey Latam, GPS, Latam; a las mujeres del movimiento piquetero que se encuentra protagonizando un masivo plan de lucha contra las políticas del gobierno; a las valientes mujeres de Guernica y a todos los procesos de lucha por tierra, trabajo y vivienda; a las Trabajadoras de Casas Particulares que vienen de protagonizar las primeras marchas de la historia del gremio más masivo de mujeres y más precarizado del país; a las mujeres que pelean junto a sus compañeros por mantener en pie las gestiones obreras, como en Zanon en Neuquén y Madygraff en la zona norte del Gran Buenos Aires, entre tantas otras.
- Exigimos la aplicación efectiva en todo el país de la ley de interrupción voluntaria del embarazo, anticonceptivos gratuitos en todas los centros de salud y Educación Sexual Integral con perspectiva de género, científica y laica en todos los niveles educativos.
- Separación de las Iglesias del Estado. Abajo los decretos de la dictadura que garantizan su financiamiento y que sostuvieron y sostienen todos los gobiernos.
- Por un gran movimiento de lucha, organizado y en las calles, independiente de los gobiernos de turno, de los partidos que defienden este régimen social, de las iglesias y de las instituciones del Estado, para conquistar todos y cada uno de nuestros derechos.