Chile: es posible liquidar el régimen de los “30 años”

Movimiento Anticapitalista

Por Joaquín Araneda y Martín Miranda 

Analizar una elección, fundamentalmente una tan compleja como la que acabamos de vivir en Chile, plantea una gran posibilidad de enfoques y perspectivas. En este primer balance, realizaremos un análisis de las principales conclusiones políticas que se desprenden de la elección, su marco coyuntural y las posibilidades de desarrollo a mediano plazo. Tenemos la alegría de hacerlo desde el punto de vista de ser parte del proceso y aportar una opinión que busca ser herramienta de organización política para transformarlo todo.

La derecha en su peor momento 

Las elecciones a la Convención Constitucional, mostraron con total claridad el repudio a la derecha, fundamentalmente al conglomerado de gobierno. El golpe podría haber sido peor de no ser por la unidad que supieron sostener en el retroceso, unidad tensionada por la disputa interna y la necesidad de encontrar nuevos liderazgos. Con los números informados por Servel, sobre un total de 155 escaños, están ingresando 37 constituyentes con una elección del 20% a nivel nacional. RN y la UDI salen fortalecidos al interior de la coalición con 15 y 17 respectivamente y el Partido Republicano como el peor posicionado sin lograr elegir representantes, incorporó polarizando a Marinovic con un cupo “independiente”. 

Es decir, el conglomerado de gobierno no alcanza el tercio, por tanto no tiene poder de veto para poder jugar un rol de contención y presión en la CC y esto genera una gran preocupación en el establishment, que ya se ha expresado en la caída de la bolsa. 

Pero esto es solo un costado de la paliza, porque en lo que hace a gobernaciones, el escenario es aún peor, de las 16 disputas en todo el país el conglomerado de gobierno no gana ninguna y si bien existen varias peleas abiertas que se dirimirán en segunda vuelta, los números de rechazo a Chile Vamos son rotundos. 

El escenario es similar a nivel de alcaldías y concejalías. Como el propio Piñera lo resumió claramente horas después de la elección, la gente les dio un mensaje claro, con forma de paliza electoral, mensaje que se construyó en primer lugar en las calles desde las jornadas de octubre del 2019 a esta parte. 

El golpe sacude al régimen de los 30 años 

La ex concertación, el otro pilar fundamental del régimen de los “30 años”, recibe también el golpe electoral con dos niveles de intensidad. La primera y más extensa ola los golpea en la elección a constituyentes donde se expresa la ruptura en una expresión más cabal. La “lista del Apruebo” obtiene poco más de 800 mil votos a nivel nacional, lo que representa un 14% y 25 constituyentes, de los cuales 15 pertenecen al Partido Socialista. La segunda, más mediada por las posibilidades reales de existencia de listas alternativas los golpea en la elección de gobernación y alcaldías. Este dato les permite intentar dibujar una explicación, pero la esencia de los resultados indica que son el conglomerado, luego de la derecha gobernante, que peor sale de conjunto. Con la dificultad adicional de que seguramente les tocará el rol, nada nuevo, de intentar sostener la institucionalidad y el modelo lo más parecido posible al actual. 

Un dato adicional, no menor, es que al interior de este espacio, a nivel de gobernaciones y alcaldías,  ganan peso los sectores más “conservadores”, mostrando un abandono de su base social  “más de izquierda” y su corrimiento a opciones más radicales, aumentando las tensiones y la presión a izquierda y derecha. 

Sumado a esto, es clave también el rol de las candidaturas “independientes” que compitieron en las listas de estos conglomerados obteniendo buenos resultados en general y aportando por esa vía a hacer menos notoria la caída en desgracia de los partidos que durante años protagonizaron la política chilena garantizado el modelo que se estrelló contra la marea popular en octubre del 2019. 

PC / FA y una elección que los tonifica en la disputa al interior de la oposición 

Es evidente que la elección de conjunto, golpea a la derecha y favorece a la izquierda. En este marco el Partido Comunista y el Frente Amplio pueden anotarse en este terreno una victoria en el marco de su estrategia de conducir a la oposición en los términos del régimen. No solo porque logran victorias políticas importantes, como quedarse con la alcaldía de Santiago, Ñuñoa y Viña del Mar o la gobernación de  la provincia de Valparaíso. Jadue en particular se reelige con una votación superior al 60% en Recoleta y en la constituyente se imponen al bloque de la ex Concertación obteniendo casi 19% a nivel nacional y 28 constituyentes con poco más de un millón de votos. 

En los próximos días veremos si estos números son suficientes para lograr imponer un acuerdo al conjunto de la oposición burguesa para disputar las presidenciales o si la unidad que tanto predican muere por la presión interna y el fuego cruzado de intereses. 

Es evidente que para un sector importante de la burguesía, la imagen del Partido Comunista tomando el timón no es para nada agradable como mensaje, más allá de que está muy lejos de ser un partido realmente revolucionario, el del Frente Amplio, que pasó con la prueba del Pacto por la paz presenta un perfil más interesante y menos estridente. 

Estos números no puede ocultar que siendo el espacio más a la izquierda del régimen, con aparato, recurso y estructura,  el “fenómeno” independiente refleja en gran medida que un porcentaje muy importante del pueblo movilizado los identifica como parte de lo viejo, incluso en distritos claves como el D10, apelaron a figuras independientes como Atria que obtuvo una significativa votación frente a las más modestas del conjunto de la lista. 

Un párrafo aparte merece la exigua votación de Barbara Figueroa, dirigenta de la CUT, en el D12, reflejando justamente que la burocracia sindical genera poco entusiasmo como alternativa. 

Irrupción del fenómeno independiente 

Si el golpe a la derecha y la ex concertación son las expresiones más destacadas “por la negativa” de la elección, la irrupción de una gran cantidad de constituyentes independientes es sin duda la expresión “por la positiva”, sumando a este punto la importante votación a candidatas mujeres impulsadas por la potente marea feminista, lo que implicó que la “corrección de género” se aplicara a favor de los hombres, un verdadero contrasentido. 

Está claro que no se puede hablar de una “bancada independiente” desde el punto de vista programático y político, pero 65 escaños serán ocupados en la Convención por personas que se postularon por fuera de los partidos tradicionales. 

Más allá de ser electas en algunos casos o no, las listas ligadas a las asambleas y movimientos sociales obtuvieron importantes votaciones destacándose en ellas la juventud, el movimiento en defensa del ambiente,  el movimiento feminista y los sectores del sindicalismo de base. 

Con cerca de 900 mil votos en todo el país y 22 constituyentes electos la “Lista del Pueblo” es la que recogió la mayor parte de ese impulso, con un programa difuso y claras referencias a las figuras del estallido tendrá un protagonismo clave en la CC y sin dudas una prueba enorme, inesperada hace apenas unos meses. 

Es evidente que la conclusión fundamental de que esta irrupción plantea como una posibilidad la derrota de la Convención Constitucional del “pacto por la paz” y coloca como primer tarea fundamental la de poner en pie una Asamblea Constituyente libre y soberana, con potestad de cambiarlo todo. El voto popular es indicativo de esto y aquellas direcciones que se plantean desde “lo posible” no pueden más que reconocer que la “sorpresa” que se expresó en la elección ha corrido el dial político hacia la izquierda. 

Más que buscar ciertos “mínimos comunes” como lo declaró el candidato más votado de La lista del Pueblo, el camino es el de buscar que los viejos partidos castigados duramente en las elecciones no impongan sus condiciones. 


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Esto no significa para nada una confianza en el devenir de la CC en el futuro, hoy la manifestación electoral es más sustancial que las direcciones en las que se expresa y eso es claro y ha sido claro desde el 18 de octubre del 2019 a esta parte. Pero sin dudas, lejos de la postura testimonial se pone de manifiesto que desde la izquierda anticapitalista debemos pelear por incidir en un fenómeno político abierto y con la emergencia de múltiples sectores que llegan a los escaños con planteos más que radicales desde el punto de vista de los intereses de las mayorías. ¿Cómo hacerlo? en primer lugar intentando comprender la magnitud del fenómeno. 

En segundo lugar insistiendo en la necesidad de la autoorganización independiente de los partidos de los 30 años, de manera democrática y en todo el país para impulsar la movilización para que las demandas que ya se expresaron en la calle y en el resultado electoral se vean plasmadas en la nueva constitución y no sean sacadas de la “receta” por los profesionales de la cocina parlamentaria. En ese camino trabajar sin descanso por la organización de una nueva referencia política capaz de estructurar esa fuerza y darle continuidad y sentido revolucionario. 

El balance del Movimiento Anticapitalista  

Nuestra agrupación, el Movimiento Anticapitalista, tiene pocos años de existencia. Durante el estallido de octubre participamos y logramos construir un grupo dinámico que busca desde entonces desarrollarse de manera audaz en el torbellino de los acontecimientos, contando para ello con el soporte de la Liga Internacional Socialista. A pesar de las profundas restricciones producto de la pandemia nos lanzamos a impulsar la presentación de dos candidaturas independientes: la de Camilo Parada Ortiz en el D10 y Maura Fajardo Gálvez en el D12. Previamente impulsamos el comando por la AC libre y soberana buscando la posibilidad de acuerdos más generales que plantearan la posibilidad de una confluencia. Si estos acuerdos no lograron desarrollarse no fue por nuestra negativa, sino por las condiciones restrictivas del régimen político por un lado y por los intentos de falsa hegemonía de algunos sectores por el otro. 

Por eso, sin abandonar la pelea por avanzar en una unidad superior decidimos inscribir nuestras candidaturas haciendo una gran actividad militante que nos permitió reunir los patrocinios primero y hacer una campaña claramente anticapitalista, feminista, disidente, ecosocialista y con un programa radical, que expresaba nuestra estrategia hacia la construcción de una nueva referencia política revolucionaria. Sorprende leer en algunos balances mentiras sobre este punto, obviamente sin demostración alguna, como la publicada por los compañeros del PTR (Fracción trotskista internacional) en La Izquierda Diario de Argentina,  donde nos acusan de “adaptación” amalgamando nuestra postura con la crítica que le realizan a la Lista del Pueblo. Lo extraño es que luego de minimizar nuestra participación, omiten decir que en ambos distritos nuestras candidaturas superaron ampliamente a las listas completas de su partido y en particular en el Distrito 10 nuestro compañero Camilo Parada obtuvo cerca de 9 mil votos frente a 1550  de Dauno Tótoro principal figura del PTR, tónica muy similar en el Distrito 12. 

La izquierda revolucionaria, pequeña en nuestro país, tuvo distintas tácticas frente al proceso, María Rivera del MIT resultó electa, integrando la Lista del Pueblo en el D5 y  otras expresiones de la izquierda radical participaron de distintas maneras. Creemos que estas distintas tácticas son válidas, lo importante para intervenir en el proceso que se viene es no falsear la realidad para discutir y hacerlo desde el punto de vista de intentar incidir sin sectarismo ni oportunismo poniendo por delante un horizonte revolucionario para el nuevo Chile que se abrió.


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Ese fue el desafío que asumimos y es evidente que con desigualdades pudimos  empalmar con un sector que apostó, con su voto y participación, a nuestras candidaturas de ruptura, que se levantaron fuera de cualquier pacto. A pesar de las profundas desigualdades de recursos nuestras candidaturas, con 8.226 votos (2.21%) en el distrito 12 y 8.773 votos (2,07%) en el distrito 10 superaron a gran parte de las y los candidatos de los partidos tradicionales e incluso a algunos que resultaron electos y lo más importante es que ese apoyo se expresó aún sabiendo que sin lista era más que difícil obtener un escaño. 

Se plantean nuevos debates para las izquierdas, los movimientos sociales, feministas, socioambientales y las y los independientes de los 30 años que debemos abordar para actuar frente a la nueva situación abierta en nuestro país, ignorar que estamos frente a un fenómeno nuevo, ocultarlo o acusar a quienes intervinimos leyendo esa perspectiva, como método no ayuda a sacar conclusiones y es parte de lo viejo. Nuestra disposición está planteada para continuar fortaleciendo los lazos y necesarias unidades de los diversos sectores en lucha para avanzar con un solo puño en todos los frentes para recuperar todo lo que nos han quitado. 

Salimos de este proceso dispuestos y dispuestas a ser parte activa de lo nuevo y a pegar un salto organizativo, para ello nos preparamos y ese es nuestro balance fundamental.