El Estado sionista intensifica la represión contra la flotilla de solidaridad
Por Rubén Tzanoff
Israel amenaza con aplicar medidas extremas contra los participantes de la Global Sumud Flotilla, elevando la represión al nivel del terrorismo. Frente a esto, el pueblo trabajador y las fuerzas del internacionalismo revolucionario deben responder con solidaridad activa, organización y movilización global.
Vergüenza sionista
El domingo 1 de septiembre de 2025, Itamar Ben-Gvir, ministro de Seguridad de Israel, presentó un plan para catalogar como “terroristas” a todos los participantes de la Flotilla, la histórica misión civil solidaria que zarpo desde Barcelona rumbo a Gaza para romper el bloqueo israelí.
La propuesta incluye detener a los activistas en prisiones de máxima seguridad para “terroristas”, negándoles incluso privilegios básicos como televisión, radio o buena alimentación.
La medida supone un endurecimiento respecto a flotillas anteriores cuyos participantes fueron detenidos brevemente antes de ser liberados; esta vez, Israel planea aplicar una política de detención prolongada y represiva.
Salto autoritario
La amenaza de Ben-Gvir constituye un salto autoritario que busca seguir criminalizando la solidaridad internacional en su forma más pura: personas comunes llevando ayuda humanitaria a Gaza. Los organizadores de la flotilla, liderados por el activista Saif Abukeshek, han denunciado que esta estrategia es una herramienta para justificar la continuación de los crímenes israelíes y frenar la visibilidad de la causa palestina.
Este clima represivo llama a la solidaridad internacional, ya que la Flotilla no solo enfrenta riesgos marítimos, sino también la represión del Estado más poderoso de la región. Diversos gobiernos y movimientos populares deben reaccionar protegiendo a los activistas y denunciando esta política criminal.
La política de los revolucionarios
El viaje de la Flotilla constituye una acción humanitaria. Catalogar a sus participantes como “terroristas” es burlarse de la solidaridad y los derechos humanos.
Nuestra política ante esto debe ser clara: exigir protección internacional efectiva desde todos los Estados y organismos populares. Denunciar a Israel y sus gobiernos cómplices ante la opinión pública mundial y los foros internacionales.
Multiplicar la solidaridad concreta: caravanas, movilizaciones, apoyo logístico y legal.
Rechazar el lenguaje del sionismo que invierte los términos: no son los activistas los terroristas, sino el Estado genocida de Israel, sus fuerzas armadas y los colonos que practican limpieza étnica y bloqueo criminal.
La lucha de la Global Sumud Flotilla es parte de la lucha por una Palestina libre, del río al mar.
Levantemos la solidaridad internacional
Hoy la represión – y la criminalización- es el escudo que usan para detenernos. Pero responderemos con organización. Con internacionalismo. Con luchas populares que conecten todas las trincheras: desde las olas del Mediterráneo hasta los barrios y fábricas de cada país.




