La escalada imperialista ordenada por Trump contra Venezuela continúa in crescendo: comenzó por sanciones perjudiciales para todo el pueblo, y poniendo precio a la cabeza de los gobernantes venezolanos. Continuó con el despliegue de un cerco militar aeronaval y pasó al hundimiento de lanchas con asesinato de sus tripulantes bajo acusación de ser “narcotraficantes”, sin pruebas ni procedimientos legales de ningún tipo.
Desde finales de noviembre impuso una “prohibición” de vuelos desde y hacia el país, marcando una zona de exclusión aérea. Se muestra dispuesto al inicio de acciones armadas en tierra y aire (sin especificar de qué tipo), para actuar contra supuestos objetivos “narcos” y contra el gobierno de Maduro, al que ha calificado de “narcoterrorista”, y le ha dado un ultimátum para que abandone el poder.
Las amenazas y agresiones del gobierno estadounidense alcanzan en segundo término a Colombia con ataques a lanchas en el Pacífico, e incluso ha advertido a México, mientras impone sus propias condiciones en el Caribe. Bajo la excusa del narcotráfico, dice que actuará militarmente en cualquier país de Latinoamérica, mientras por otro lado busca instalar más bases militares, como lo intenta en las islas Galápagos del Ecuador, con el gobierno de Noboa, lo cual fue rechazado por mayoría del pueblo ecuatoriano en consulta popular.
El 3er Congreso de la Liga Internacional Socialista, rechaza contundentemente las amenazas y agresiones intervencionistas del imperialismo norteamericano. Nos pronunciamos por la defensa de la soberania nacional venezolana y de cualquier nación latinoamericana o caribeña, contra las acciones de Trump, cuyo fin es reforzar el dominio y control neocolonial de los Estados Unidos en la región, incrementar la explotación de sus recursos, dictar las páutas políticas y controlar lo que consideran su “patio trasero” en la disputa geopolítica frente a China y a Rusia.
Nuestra postura antiimperialista no significa en absoluto ningún tipo de apoyo al gobierno de Maduro, al cual nos oponemos como socialistas revolucionarios, por ser un gobierno burocrático-capitalista con políticas autoritarias, represivas y antiobreras, además de ilegítimo. La solución a la crisis venezolana no vendrá de la mano de la oposición burguesa ni de una intervención yanky, pues sólo puede ser fraguada desde el seno del propio pueblo venezolano y de su clase trabajadora, a condición de reorganizarse, movilizarse en unidad de acción y recuperar su capacidad de lucha, dotándose de una dirección revolucionaria auténtica para la conquista del poder y la transformación democrática y anticapitalista del país. Todo ello junto a la lucha antiimperialista del conjunto de los pueblos latinoamericanos. Nos parece incongruente que mientras los EE.UU bloquea y agrede militarmente a Venezuela, la Chevrón Texaco siga manteniendo sus negocios petroleros en Venezuela con autorización tanto de Maduro como de Trump.
Las políticas del gobierno de Maduro-Militares-PSUV son las que le han abierto camino a la derecha patronal y proimperialista, al mismo tiempo que han extremado la superexplotación del pueblo trabajador. En vez de restituir las libertades democráticas y los derechos sociales arrebatados al pueblo, profundiza las penurias e intensifica la represión, llevando a que grandes sectores sociales estén más preocupados por la salida del gobierno, como sea, que por mantener la integridad del territorio. El gobierno de Maduro no prepara realmente al pueblo para la resistencia y la defensa de la soberanía nacional, sino que da aliento al discurso de la derecha pro intervencionista.
Por todo ello, frente a la situación venezolana y al preludio de lo que pudiera convertirse en una intervención imperialista más directa en Venezuela, resolvemos:
En consecuencia resolvemos:
1. Condenar los ataques asesinos ordenados por Trump contra embarcaciones y ciudadanos venezolanos y colombianos. Rechazar las amenazas y agresiones del gobierno de Trump contra Venezuela, así como contra Colombia y demás pueblos latinoamericanos y caribeños. Exigir el retiro inmediato de las fuerzas aeronavales y tropas que acechan a Venezuela en el Caribe.
2. Demandar de los gobiernos y organismos de latinoamérica y del mundo, una postura realmente firme de condena y reclamo de las acciones piratas e intervencionistas del gobierno de los EE.UU.
3. Demandar del gobierno venezolano el cese de la represión antiobrera y antipopular, la liberación de los presos por sus ideas políticas, por protestar o luchar en defensa de los derechos del pueblo venezolano. Exigimos la restauración inmediata de los derechos salariales y laborales conculcados a la clase trabajadora, y la reapertura de los mecanismos democráticos que permitan las condiciones necesarias para reorganizarse y para la defensa del país, así como para la recuperación de la capacidad de decidir sobre su propio destino. De igual manera, exigimos que se facilite el acceso a los espacios públicos y medios de comunicación para que se puedan expresar también todas las voces y factores antimperialistas no vinculados al gobierno, con sus posiciones y propuestas para confrontar al agresor yankee.
4. Promover una campaña internacional de movilización anti intervencionista y de solidaridad con Venezuela y Colombia, incluyendo las protestas dentro de los EEUU para ponerle freno a Trump. Rechazar la presencia de bases militares extranjeras en nuestros países.
¡Alto a las agresiones de Trump! ¡No a la intervención imperialista en Venezuela, el Caribe y América Latina!




