Considerandos
Que el ascenso de la ultraderecha y el rechazo que esta genera en amplios sectores de la población, junto con la profundización de la crisis de los “progresismos” y la debilidad actual de las alternativas revolucionarias, son factores que están favoreciendo la revitalización o el surgimiento de expresiones anticapitalistas amplias en distintos países.
Que esta situación plantea un desafío para las organizaciones revolucionarias, que deben intervenir correctamente ante estos fenómenos. En este marco, se reactivan debates sobre cuáles son las tácticas y orientaciones más adecuadas para fortalecer nuestra estrategia central: la construcción de sólidos partidos revolucionarios en cada país y de la Internacional.
Que, si bien existe una diversidad de formas en la génesis y desarrollo de estos “partidos anticapitalistas amplios” según el país en que surgen, presentan ciertos rasgos comunes:
a) emergen a la izquierda de la socialdemocracia, la centroizquierda tradicional o —en algunos casos— de los partidos comunistas estalinistas;
b) surgen generalmente en contextos de crisis y convulsión social;
c) sostienen un programa reformista radical que cuestiona al sistema capitalista sin proponerse destruirlo, sino reformarlo;
d) logran, durante una parte de su desarrollo, influir en franjas de masas y atraer sectores significativos de la vanguardia.
Que experiencias previas —como Syriza en Grecia, Podemos en el Estado español, el Bloque de Izquierda en Portugal o el NPA en Francia— han permitido sacar conclusiones sobre sus características y límites, mostrando un ciclo común: períodos de auge y crecimiento seguidos de crisis y descomposición.
Que actualmente asistimos al ocaso del PSOL de Brasil —del cual fuimos correctamente partícipes en su fundación frente al viraje del PT hacia el campo burgués— debido a su acelerada adaptación al gobierno de Lula. Pero al mismo tiempo, observamos el resurgimiento de organizaciones que parecían en retroceso, como Die Linke en Alemania, que vuelve a captar a amplios sectores juveniles en un contexto de polarización frente a las fuerzas neofascistas. Asimismo, en Estados Unidos existe la posibilidad de una revitalización del DSA a partir de la asunción de Mamdani a la alcaldía de Nueva York y de las movilizaciones contra Trump. En el Reino Unido, se abre la perspectiva de un nuevo partido a raíz de rupturas y llamados de figuras referenciadas en el laborismo como Corbyn y Zultana. En Argentina, aunque de naturaleza distinta por su programa y composición, el Frente de Izquierda ha conquistado y sostenido un espacio relevante entre trabajadores y jóvenes. Sin embargo, al no evolucionar hacia un partido unificado de tendencias, permanece en el estadio de frente electoral, limitando su desarrollo como alternativa de poder.
Que esta realidad exige profundizar los debates sobre cómo intervenir ante estos fenómenos, que iniciamos con los textos publicados en el número 9 de nuestra revista Revolución Permanente.
Por todo ello, el Tercer Congreso de la LIS resuelve:
- Reafirmar que nuestra estrategia es construir partidos revolucionarios y avanzar en la organización y movilización de la clase trabajadora hasta derrotar a la burguesía y abrir paso a un gobierno de los trabajadores.
- Establecer que, en función de esta estrategia, debemos mantenernos abiertos a todas las iniciativas y tácticas que permitan avanzar en esa dirección.
- Señalar que no existe una receta única para definir tácticas y orientaciones. Cada caso debe evaluarse en función de la situación concreta de la lucha de clases, del modo en que se desarrollan estos fenómenos y de la realidad de nuestras fuerzas para intervenir.
- Rechazar tanto las orientaciones oportunistas —como las del SU— que transforman a los Partidos Anticapitalistas Amplios en una estrategia permanente abandonando la construcción del partido revolucionario. Así como las orientaciones sectarias que rechazan de manera absoluta intervenir en estas experiencias como si se tratara de una cuestión de principios.
- Ratificar que la participación en estos partidos es una táctica y, por lo tanto, debe considerarse su carácter transitorio. Debido a la naturaleza de clase de sus direcciones y sus programas reformistas, estas organizaciones tienen “fecha de vencimiento”: tras un período de auge, terminan adaptándose al régimen burgués, proceso que suele acelerarse cuando crece la perspectiva de acceso al gobierno.
- Considerar que lo central es implementar una política para actuar ante estos fenómenos. La táctica deberá adaptarse a las circunstancias concretas de cada lugar, ya sea ingresando coyunturalmente a estas organizaciones -de manera total o parcial- o actuando desde afuera. Asimismo puede haber momentos en que esta táctica deba adecuarse para actuar de manera más clandestina a su interior como sucedió hace años con Marea Socialista en Venezuela cuando se conformó el PSUV o como puede ocurrir ahora en el caso de Your Party donde aún antes que se conforme formalmente el partido se expresa un método burocrático con impedimento de membresías o exclusión de sectores.
- Establecer que, en caso de resolverse tácticamente el ingreso a estas organizaciones, debe mantenerse de manera estricta la independencia política y organizativa. Nuestra estrategia consiste en agrupar militantes alrededor de nuestra corriente, dar todas las batallas necesarias contra el curso reformista de sus direcciones y prepararnos para salir en el momento que la realidad lo imponga. Ya que se trata de una táctica en función de fortalecer la construcción de nuestros partidos y la LIS.
Aprobado por el III Congreso Mundial de la LIS




