Un nuevo paro internacional feminista en este 8 de marzo, una fecha que históricamente consideramos de lucha por su origen, y que en el nuevo contexto de polarización mundial y de ascenso de la ultraderecha resulta clave reforzar nuestras banderas y alzar nuestras voces contra un sistema que recurre a formatos cada vez más destructivos y autoritarios, en beneficio de uno cuantos. Seguimos denunciando el genocidio en Palestina, y enfrentamos al negacionismo y a todos los fachos que pretenden callar nuestras voces. No pasarán.

Por: Andrea Lanzette

No quiero flores, quiero plan de lucha

A pesar de la gran propaganda capitalista para hacer del 8 de marzo un festejo, en donde se celebra “ser mujer”, y quitarle todo contenido de lucha, no han logrado sepultar el carácter internacional y lucha de este día como mujeres trabajadoras.  A pesar de los debates sobre porqué se definió el 8 como el día internacional la Mujer, lo cierto es que tiene sus orígenes indiscutiblemente ligados al movimiento internacional de mujeres socialistas de finales del siglo XIX.

Fue en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Dinamarca en agosto de 1910, que se propuso tener un día de lucha de las mujeres, sin una fecha exacta, fue por eso que al año siguiente las socialistas alemanas celebraron el Día Internacional de las Mujeres el 19 de marzo, las suecas lo hicieron coincidir con el 1º de mayo. Recién en 1914, las socialistas de Alemania, Suecia y Rusia se pusieron de acuerdo en conmemorarlo el 8 de marzo. Y así lo hicieron también en los años siguientes y fue tomado por el resto.

Recién en  1975 la propia ONU difundió masivamente. Por supuesto siempre con el intento de quitarle el carácter de lucha con el que nació.

Desde ese momento al día de hoy, nuestros reclamos se han hecho sentir en el mundo, principalmente en el marco de la última ola feminista que dejó en evidencia lo más putrefacto del patriarcado al servicio del sistema.

El 9 de octubre de 2016 se conoce el femicidio de Lucía Pérez, y tomando la lucha de las polacas, la respuesta es un paro de mujeres contra la violencia machista y por justicia. Y en nuestro país hubo expresiones de masividad en la lucha de mujeres con el primer Ni Una Menos en 2015 cuando se conoce el femicidio de Chiara Páez. Tras estos hechos, el siguiente 8M, en 2017, por primera y en todo el país se decidió el Paro de Mujeres y tuvo su expresión internacional, ya que se coordinó con más de 170 países.

Esto sacó a las mujeres de las pantallas de televisión y de la casa y de cada puesto de trabajo y se inauguró un modo de lucha que, a la vez que demandaba contra la violencia machista develaba cómo esa violencia está anclada en la precariedad de la vida a la que nos somete con crudeza el sistema capitalista. La huelga feminista desde entonces se hizo internacional. Y en Argentina fuimos las mujeres las que le hicimos el primer paro a Macri.

Hoy que la ultraderecha en el mundo intenta avanzar contra nuestros derechos, no solo con políticas nefastas sino con un discurso negacionista del patriarcado, de la desigualdad y reforzando los estereotipos más atrasados, es necesario más que nunca rescatar esos orígenes de lucha. Una ultraderecha con ideas asentadas en la reacción a la cuarta ola, y que junto a la polarización dan vigor a ideas de un nuevo “machismo” que siente ser víctima de nuestros avances.

En el mundo estas políticas han afectado nuestras condiciones de vida, y el limitado acceso que ya había a nuestros derechos, profundizando la violencia machista, las desigualdades laborales, los abusos y femicidios.

Frente a este escenario esta fecha no es una más, es una oportunidad para fortalecer nuestro feminismo de clase, entendiendo que la pelea de fondo, es necesaria y que, para eso, no solo debemos seguir organizando nuestros reclamos específicos, sino que además debemos fortalecer la organización anticapitalista para luchar con el conjunto de los trabajadores, contra el sistema.

Esa pelea no es menor, cualquier avance en derechos de nuestra agenda será efímero en el marco de este sistema, y con cualquier gobierno burgués, mucho más con cómplices como los sindicatos burocráticos, la justicia y la oposición burguesa, que garantizan cualquier gobernabilidad, por eso la necesidad de dar la batalla cultural y política por un feminismo que tome estas banderas y junto a la clase obrera luche por una sociedad más justa e igualitaria, es urgente.

Nuestra lucha no tiene fronteras

Esta fecha arrasa con las fronteras, y miles de mujeres este 8 de marzo, levantarán las banderas contra la opresión y la explotación, también acompañando a las mujeres más atacadas en este mundo, que necesitan de toda la solidaridad.

En especial las mujeres palestinas, que aún con este “alto” son las más perjudicadas en todos los conceptos. Gaza fue y sigue siendo “un genocidio en especial contra las mujeres” simplemente por el número de muertas y heridas, y por el nivel general de devastación al que se enfrentan las mujeres allí. Más de 10.000 mujeres han muerto desde el inicio del genocidio sionista el 7 de octubre de 2023. Las condiciones en el territorio palestino son terribles. Más de medio millón de mujeres “padecen hambre severa, son las últimas y las que menos comen de sus familias, se saltan comidas y no ingieren alimentos saludables durante meses y meses”. Por eso seguimos levantando la voz contra ese genocidio planificado del sionismo, y mucho más que antes sostenemos que denunciarlo no es un delito, es una obligación.

Por eso, seguimos exigiendo la absolución de Alejandro Bodart, quien es condenado por la justicia argentina por denunciar el genocidio sionista, en una clara demostración de la colonización de la justicia por el sionismo y el poder, en un intento de acallar nuestras voces. ¡No lo lograran! Absolución ya a Ale Bodart.

Fachos y estafadores al tacho

La ultraderecha en Argentina, es parte de un contexto mundial polarizado que tiene por un lado como fenómeno el ascenso de la ultraderecha, y en el otro polo, luchas enormes que aun buscan una dirección. Nuestro país es parte de esta polarización mundial, el gran desafío del activismo en Argentina es cómo enfrentar la expresión de ultraderecha que significa Milei, y su ataque brutal a los derechos humanos, y las conquistas del movimiento feminista y disidente.

Sobran ejemplos del odio contra  las mujeres y disidencias y contra las políticas para la erradicación de las violencias machistas: eliminó programas y políticas públicas que se expresaron en el desfinaciamiento o directamente el cierre del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad (MGMyD) y el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi); fue el único en votar de forma negativa en la asamblea de Naciones Unidas para prevenir formas de violencia; y quiere terminar en marzo con la Ley 27.705 de moratoria previsional, lo que hará que solo logre jubilarse una de cada 10 mujeres, producto de los trabajos precarios que son los que poseen la mayoría sin aporte, no registrados. Esto entre otros casos.

En Davos, Milei dijo con claridad que el matrimonio igualitario es “pedofilia” y detalló que la perspectiva de género es un cáncer a exterminar, su gobierno quiere eliminar la figura del femicidio del Código Penal Argentino, los cupos de géneros y discapacidad. A eso hay que sumarle su discurso de odio constante contra las mujeres y disidencias habilitando el maltrato y la violencia contra nosotres; la cripto estafa, la hermana coimera y una cadena nacional que solo enuncia mentiras y provocaciones.

Por eso es necesario decir con claridad: “Milei, la estafa sos vos”, y por facho y estafador, se tiene que ir. Así es, Milei y todos sus cómplices se tienen que ir. La justicia cómplice, el sindicalismo servil y una oposición política que ladra, pero no muerde, no van más. Es hora que con la fuerza de nuestra marea verde junto a la clase obrera y el pueblo organizado barramos a toda esta lacra. Y que de una buena vez por toda gobierne la izquierda y los trabajadores. Esa también es una consigna necesaria para enfrentar a la ultraderecha.

Un 8M que incluya estos ejes y por supuesto los más sentidos que son parte de nuestra agenda inmediata. Con la claridad que para defender nuestras conquistas necesitamos transformar todo e incluir las expresiones más importantes para poner de pie una sociedad socialista, la única justa e igualitaria posible.