Por Gil García, MAS-Portugal

No se sabe con certeza si fueron tres millones de trabajadores los que hicieron huelga. Imaginemos por un momento que fueron “solo” un millón o un millón y medio: es indudable que fue una gran huelga general. La convocatoria conjunta de las dos centrales sindicales (CGTP y UGT) y de varios sindicatos independientes (entre los que destaca el STOP en el sector de la educación) contribuyó al éxito de la monumental protesta nacional. Pero quien más ayudó, sin desearlo en absoluto, fue la brutalidad del “Paquete (anti)laboral”.

El Gobierno de derechas de la AD (Alianza Democrática), como sabía que tenía mayoría absoluta contra los trabajadores —porque cuenta con los votos de los diputados de la extrema derecha (es decir, Chega (Basta) más la IL (Iniciativa Liberal) en el ataque a los derechos del mundo del trabajo—, se atrevió a lanzar propuestas que pueden obligar a los trabajadores a ser prácticamente esclavos del trabajo. En efecto, los patrones y capitalistas podrían, a partir de ahora, obligar a todos a trabajar 50 horas semanales si así lo desean, y si alguien reclama será despedido; y aunque los tribunales fallen a favor de la ilegalidad de la decisión, aun así —véase el absurdo— los patrones no estarán obligados a readmitirlos. A estas propuestas absurdas se suma que el gobierno y la extrema derecha saben que habrá huelgas y, por tanto, en este maldito paquete aparecen nuevas y drásticas restricciones al derecho de huelga.

Por otro lado, esta huelga general no se limitó al sector público, ya que se sumaron numerosas empresas del sector privado que se vieron obligadas a parar porque así lo decidieron los trabajadores. Además, hubo piquetes de huelga, manifestaciones y concentraciones de protesta en varias ciudades del país. Las de Lisboa y Oporto fueron bastante significativas.

Desde el MAS (Movimiento Alternativa Socialista) consideramos que muy probablemente serán necesarias nuevas huelgas generales, incluso más duras. En enero, con elecciones o sin elecciones (estas “cosas” nunca se deciden en las elecciones sino en las calles), las centrales sindicales deberían CONVOCAR DESDE YA DOS DÍAS DE HUELGA GENERAL y continuar así sucesivamente hasta que el gobierno retire por completo la actual propuesta de “paquete” laboral. La lucha no puede parar. No hay que dar oxígeno al gobierno ni a la extrema derecha. Y en el proceso de construcción de nuevas acciones de lucha, cuenta con nosotros para ayudar a levantar una nueva izquierda combativa y revolucionaria, tan necesaria en el país. Únete a nosotros.