Desde Chile, entrevista a Gonzalo Gómez (MS Venezuela)

1.- Antes que nada, nos parece necesaria una pregunta para derribar un mito del cual un sector de la izquierda se toma para defender al gobierno de Maduro: ¿Es socialismo lo que hoy hay en Venezuela?


En Venezuela impera el capitalismo como sistema, por supuesto. Aunque tuvimos, en tiempos de Chávez, un proceso incipiente de transformación, con potencialidad anticapitalista. Pero que se truncó.


Chávez declaró primero que su gobierno se asumía como antiimperialista y posteriormente se identificó con una vocación socialista. Y en ese marco, sumió algunas políticas de avanzada, con el impulso popular y obrero; algunas de las cuales constituyeron pasos muy importantes, que de seguirse profundizando, hubiesen ayudado mucho en el intento de zafarse de la dominación imperialista, especialmente de la hegemonía norteamericana. Con Chávez, la revolución bolivariana procuró espacios y mecanismos de integración latinoamericana, sin ataduras con los EE.UU y en eso hubo grandes éxitos como la derrota del ALCA, la creación de la UNASUR, el ALBA… que más adelante entraron en decadencia.


En esos años, antes de que fuese aquejado por su enfermedad, se comenzaron a implantar ciertas formas de propiedad social y un control obrero incipiente en unas pocas empresas estatizadas, aunque la dinámica del conjunto de la economía seguía siendo básicamente capitalista. Sin embargo, la administración burocrática y la corrupción fueron sofocando paso a paso los ejemplos más progresivos, hasta desaparecer por completo con el gobierno de Nicolás Maduro y con el incremento de las empresas bajo conducción de militares. La burocracia, ligándose cada vez más con sectores lumpen-capitalistas emergentes, exprimió y fundió las empresas públicas, se dedicó a la rapiña y a la acumulación de capital a partir del rentismo petrolero, en lugar de desarrollar la economía bajo nuevas relaciones sociales de producción.


En el período más floreciente de la revolución se empezó a levantar una red de pequeños organismos de poder popular en las comunidades, consejos comunales, consejos de contraloría social, de salud, mesas técnicas del agua, comités y algunas comunas; también hubo frentes constituyentes, pero con el tiempo fueron burocratizándose y supeditándose al aparato del Estado y al clientelismo implantado por el neo-populismo burocrático e incluso fueron dañados por la corrupción. De esata manera se truncó también el ejercicio progresivo de la llamada “democracia participativa y protagónica” y se paralizó el intento de construir el anunciado “Estado Comunal”. Ya con Maduro, se acentuaron tendencias negativas anteriores y se ha venido consolidando un Estado autoritario en el que impera la arbitrariedad burocrática y la hipocresía política.


Entonces, no hay socialismo en Venezuela, ni nada que se le parezca, aunque durante toda una etapa, en vida de Chávez, se abrió una oportunidad de ir en esa dirección y comenzamos a transitarla; pero todo eso se revirtió, y más bien tenemos desde el gobierno una actuación contrarrevolucionaria, a pesar de que utilice el lenguaje de la revolución bolivariana vaciado de su contenido. Esto se traduce en degradación y desaparición o instrumentalización oportunista de las conquistas obtenidas por el pueblo en los mejores momentos de la revolución y si pasamos revista a las políticas que aplica el gobierno de Maduro encontraremos que se está desmontando lo que se avanzó en materia de soberanía, justicia social, derechos democráticos y participación del pueblo…


El gobierno viene actuando de una manera que los resultados son equivalentes a lo que sucede cuando hay un ajuste neoliberal: los precios no paran de subir, sin capacidad ninguna de control gubernamental, los salarios no paran de bajar en su capacidad adquisitiva y cuesta más ir a trabajar que lo que se gana por ello, los aportes de protección social se vuelven nada cuando se va al mercado, retroceden todos los indicadores de bienestar de manera catastrófica, el Estado abandona la atención de los servicios públicos y se desmorona la salud… Pero las medidas del gobierno no van, de ninguna manera, en una dirección anticapitalista: vuelven transnacionales a medrar de un nuevo extractivismo depredador de la naturaleza, para extraer oro, diamantes y coltán con el Arco Minero del Orinoco; se van creando Zonas Económicas Especiales como enclaves neoliberales; se sacrifica la importación y producción de alimentos, así como la adquisición de medicinas, para destinar gran parte de las divisas a una deuda corrupta e ilegítima en considerable medida… Pero, además, la burocracia y sectores capitalistas (aún los que confrontan al gobierno, incluso) se han aprovechado de un desfalco y fuga delictiva de capitales de dimensionaes escandalosas, calculados en casi 10 años de importaciones para el país, unos 500 mil millones de dólares.

2.- En Chile y en el mundo hemos visto en los últimos años una alta tasa migratoria venezolana, al hablar con ellxs muchos plantean que la vida es insostenible en Venezuela. ¿Qué tan crítica es la situación para el pueblo venezolano y en ese sentido para las mujeres venezolanas?

Se pueden imaginar cómo impacta todo lo que he descrito en las condiciones de vida del pueblo. Hay hambre. Hay proliferación de enfermedades y faltan medicamentos, además de colapsar los servicios médicos. Y no es esencialmente por la llamada “guerra económica” y el “sabotaje” o el “bloqueo”. Todo eso viene desde antes de que se implementaran las sanciones imperialistas, porque es producto del mantenimiento de condiciones en las que lo que impera es la propia lógica del capital y de la burocracia, que buscan el lucro capitalista o el saqueo de la renta nacional. Capitalistas y altos funcionarios públicos se involucran, con todo tipo de complicidades, en actividades como el contrabando de extracción, donde juegan un rol importante sectores corruptos de los militares, y todo eso contribuye enormemente con la crisis y los padecimientos que sufre el pueblo venezolano.


En tal situación, se comprende el elevado flujo migratorio de venezolanos, porque escapan de la inseguridad o de la arbitrariedad, y buscan una mejor remuneración del trabajo y ayudar con remesas a sus familias. No porque haya condiciones justas en otros países, sino porque la situación se deterioró tanto en Venezuela que afuera obtienen condiciones más ventajosas. No fue así hasta por lo menos el año 2012, que fue cuando comenzó el declive y la crisis estalló en toda su magnitud.


En cuanto a la situación de las mujeres, es indudable que en la etapa anterior de la revolución bolivariana tuvieron mejoras sustanciales, tanto en beneficios sociales como en participación socio-política; pero como ya dije, las condiciones se deterioraron, porque… por ejemplo, las mujeres se hicieron beneficiarias de pensiones universales que reconocen el trabajo doméstico, y en algún momento representaron un ingreso estimable, pero hoy dicho ingreso ya es mísero, y no porque las hayan rebajado, sino porque los salarios se hundieron y la hiperinflación lo devora todo sin que el gobierno muestre capacidad para ponerle remedio.


Los bonos no lo resuelven todo, y son utilizados como instrumentos del clientelismo también con las mujeres y con las familias. El gobierno acaba de anunciar el aumento de todos los bonos de la Gran Misión Hogares de la Patria a todos los hogares, que es un bono de protección se asigna mensualmente a las familias incluidas en este programa y se entrega a través del Carnet de la Patria (muy ligado a la militancia en el PSUV y al voto) de acuerdo con la cantidad de integrantes de cada familia. Pero resulta que es un ingreso que ya no alcanzaría ni para un solo almuerzo al mes en un restaurante económico y no deviene del trabajo productivo que le de base, ni de la participación en experiencias autónomas con propiedad social o comunal sino que es otorgado desde el gobierno.


Por otra parte, debo hacer referencia a que los avances en cuestiones como la atención materno-infantil han sido liquidados por la crisis y hoy las mujeres mueren con los bebés en sus vientres por falta de medicinas o de especialistas en los hospitales públicos (que entre otras cosas, migran en búsqueda de mejores ingresos). En esto habíamos tenido mejoras incuestionables en años anteriores de la revolución. Pero hoy resulta que hemos retrocedido más allá de los peores tiempos de la IV República contra la cual insurgimos.


Ah! Y como parte de la escasez, tampoco hay anticonceptivos ni iniciativas conocidas de producción “endógena”.
Luego, es importante mencionar que la revolución bolivariana alimentó muchas expectativas respecto a cuestiones como el aborto libre y gratuito, el matrimonio igualitario y otros derechos de la sexo-diversidad, pero en relación con todo eso quedó una deuda y hoy la actitud en las superestructuras gubernamentales e instituciones es francamente conservadora sobre estas demandas.
Eso sí, las mujeres siguen siendo la base de sustentación y principal motor en materia de organización socio-comunal, en la lucha para enfrentar la crisis.

3.- Hay una posición que se ha instalado en algunos sectores de la izquierda, que plantea que el ataque imperialista es el gran responsable de toda la miseria del pueblo venezolano. ¿Cuál es la opinión de Marea sobre eso?

Eso es ignorar que ha ocurrido un desfalco monstruoso cometido por la burocracia gobernante junto a sectores capitalistas, en mútua complicidad, y si no se hubiese priorizado el pago de una deuda ilegítima (hay demostraciones de eso),que la corrupción ha arrasado las empresas del Estado y que ha declinado la producción petrolera como responsabilidad del Estado. Se pretende llamar “guerra económica” a lo que como ya dije, es la forma como opera la lógica del capital y se le quiere presentar como conspiración. No se puede negar que hay conspiración y acoso, pero no es el origen del problema, sino que el imperialismo aprovecha las debilidades de la revolución y la destrucción interna que lleva a cabo la burocracia con su propia lógica contrarrevolucionaria; cabalga problemas que vienen del freno impuesto desde adentro al proceso revolucionario por una dirigencia y una casta incubada en la administración del Estado burgués que no fue reemplazado. ¿Si sectores burocráticos y capitalistas se llevaron las divisas del país antes de que apareciesen las sanciones de Trump, cuál es el verdadero origen de la crisis? ¿Por qué no pudieron hacerlo cuando gobernaba Chávez y el pueblo se movilizaba entusiasmado con la revolución?


La visión correcta es que la burocratización y la congelación de la revolución es lo que ofrece los flancos desprotegidos al imperialismo, que sin duda no pierde esa oportunidad. Y eso ocurre porque no tenemos en Venezuela una dirección revolucionaria, sino que es otro agente de su destrucción al asimilarse al capital, destruir la democracia, malograr los logros sociales del pueblo, depravar la moral pública con la corrupción… Y entonces no nos extrañe que la vieja burguesía, la derecha tradicional y el imperialismo, vean la ocasión para volver a hacerse con la administración directa del Estado burgués y del superviviente capitalismo venezolano.

4.- ¿Qué diferencias claves hay entre el régimen de Chavez del cual Marea fue parte hasta su muerte dentro del PSUV y el régimen de Maduro de hoy?

Creo que esas diferencias van quedando expuestas en lo que vengo diciendo, por contraste. Con Chávez el proceso revolucionario, aunque incubaba sus contradicciones, iba avanzando, acumulaba logros y él mantenía un vínculo positivo con el pueblo; con Maduro todo eso está en retroceso y viene siendo desmantelado por la propia dirección política a la que sólo le preocupa el poder burocrático, sus privilegios y capital acumulado y… la impunidad de sus acciones, salvar el pellejo, pero a costa de la revolución misma. Y ya no hay esa magia en la relación con el pueblo; la conciencia y el afecto se sustituyen por el clientelismo y la coerción, el ventajismo, la oferta de “premios” por votar o la amenaza de la exclusión de los programas sociales y hasta el despido. Hay otro régimen político, cada vez más reaccionario, aunque hable de “socialismo” y “revolución” para manipular.

5.- ¿Cuál es la situación de Marea socialista hoy en Venezuela y de la izquierda fuera del PSUV?

La situación de Marea refleja la situación de la clase trabajadora y del pueblo en general, incluido ese pueblo que acompañó la revolución bolivariana y que ahora está dandose cuenta que esto no va hacia donde se esperaba o se quería. Es importante que Marea haya dado el paso de romper con la dirección burocratizada del proceso bolivariano en el momento oportuno, para dar señales a ese pueblo confundido que se encuentra entre la decepción, la impotencia, la ilusión de una recuperación, la nostalgia de la época de Chávez y el temor a que retorne la derecha clásica, mientras que hay otra parte del pueblo que está desmoralizada, llena de miedo y está arrojando al cesto de los papeles los conceptos de “socialismo” y de “revolución” porque fueron pervertidos, porque lo que está viviendo es una tragedia (una tragedia capitalista en nombre del “socialismo”). Todavía la burocracia ejerce su hegemonía, con métodos autoritarios, pero ya no convence a la gente o lo hace cada vez con menos, y el pueblo apenas empieza a tratar de luchar nuevamente, después de la derrota de las protestas de 2017 dirigidas y capitalizadas por la oposición de derecha, lamentablemente. Así que nuestra proyección dependerá de cómo se sigan dando esas luchas y de la deriva de la crisis, la crisis económica indetenible y los elementos de crisis de gobernabilidad.


Hemos tenido importantes convergencias con ex ministros y ex ministras de Chávez que se enfrentan hoy con el gobierno de Maduro-Militares-PSUV, que reivindican lo mejor de la revolución y plantean la superación de sus gravísimas desviaciones. Con ellos organizamos la Plataforma para la Auditoría Pública y Ciudadana de la Deuda y Contra el Desfalco, conformamos la Plataforma en Defensa de la Constitución, hoy violentada globalmente por el gobierno, por la dirigencia del PSUV y por la espuria Asamblea Nacional Constituyente monopartidista implantada sin referéndum. Levantamos conjuntamente la propuesta de un Plan de Emergencia frente a la crisis, orientado en función del pueblo y no de los intereses burocráticos y capitalistas.


También hemos impulsado y somos parte de la Plataforma Contra el Arco Minero del Orinoco (el AMO), monstruoso proyecto megaextractivista que entrega a los depredadores un 12 % del territorio nacional (en la región de Guayana y Amazonas).


En las elecciones defendimos el derecho a la abstención, pero llamamos a votar por una candidatura independiente de la burocracia madurista y de la derecha tradicional, como una manera de afirmarnos en el ejercicio del derecho a elegir y ser elegidos, pero a la vez denunciamos todos los ilícitos electorales del gobierno.


Hemos hecho el llamado a construir la necesaria nueva referencia política alternativa de izquierda, anticapitalista y antiimperialista, democrática, antiburocrática y ese mensaje va dirigido tanto a sectores del llamado “chavismo crítico” como a los que sabemos que tarde o temprano romperán con el PSUV y a aquellos sectores que repudian el autoritarismo y las terribles políticas del gobierno pero no ven una opción ni ven con simpatía a los actuales partidos de oposición, que son de derecha o centro-derecha. La clase trabajadora y los sectores populares necesitan recomponer o reconstituir sus organizaciones para recuperar su autonomía frente al aparato burocrático gobernante y frente a las toldas políticas que representan al capital. Pero entendemos que una condición esencial para contribuir a todo eso es asumir nuestra propia responsabilidad de construirnos como Marea Socialista, fortalecernos para poder compartir el impulso de todas esas tareas.


Por lo pronto estamos participando en el acompañamiento de las luchas que se vienen dando, desde la labor solidaria, desde el apoyo político, desde la comunicación popular, en el debate… hay que recuperar el ánimo de combate, el músculo social y político de la clase trabajadora y del pueblo.

6.- ¿Cuáles es el camino que propone Marea para terminar con esta crisis para el pueblo Venezolano?

En lo inmediato, estamos planteando que hay que atender la emergencia, especialmente la provisión de alimentos y medicinas. Para ello proponemos la liberación de recursos mediante la suspensión del pago de la Deuda Externa que, como ya dijimos, en gran medida puede ser objetada, por tener altos componentes de corrupción e ilegitimidad. El gobierno, como ya señalé, ha llegado a reducir drásticamente la utilización de divisas para esos fines humanitarios de urgencia, dándole prioridad a las acreencias externas.


Decimos que hay que destinar esos recursos a alimentar y sanar a la gente, y que entretanto, hay que ir auditando esa deuda con participación social e independiente, para luego decidir que hacer con ella; porque no nos pueden pedir que se pague deuda por proyectos no realizados, inconclusos o atravesados por la corrupción, por ejemplo. Uno de las formas de sometimiento al sistema de dominación capitalista son las deudas ilegítimas y odiosas, pero el supuesto “socialismo” del gobierno no llega hasta ahí, aunque ya la falta y a la mala distribución de los ingresos viene impidiendo el cumplimientos de lapsos de pago de algunos bonos. Pero el gobierno no quiere poner en claro la situación.


Otras medidas que han que tomar son la que apunten hacia la ubicación de los recursos desfalcados al patrimonio público, llevados por funcionarios y empresarios, para provecho propio, a “paraísos fiscales” y a bancos internacionales, a bancos del “imperio”, a bancos norteamiericanos y europeos (de Suiza y Andorra, por ejemplo), como lo viene develando el propio Ministerio Público a raíz de los enfrentamientos intra-burocráticos entre Maduro-PSUV y el ex presidente y gerentes de PDVSA (la industria estatal petrolera), acusados de desfalcar miles de millones de dólares. Pero no se sabe nada de la repatriación de esos recursos, ni se habla de confiscar sus bienes a los responsables. Si como ya explicamos, el desfalco se llevó casi 10 años de importaciones, ahí tenemos con qué cubrir necesidades actuales con lo que podamos recuperar.


Pero todo esto es parte de propuestas de emergencia económica que hemos venido presentando. Sin embargo, poco podremos hacer mientras el pueblo se encuentre desmovilizado y si no logramos recuperar la vigencia de los derechos constitucionales y democráticos en Venezuela. El pueblo que entró en revolución desde el 27 de Febrero del 89, que derribó al bipartidismo en el 98 y que derrotó un golpe contrarrevolucionario el 13 de abril de 2002, debe volver a entrar con esa fuerza histórica que demostró para cambiar nuevamente el curso de los acontecimientos. Y para eso debemos aguantar la situación adversa que tenemos ahora y acumular fuerzas para poder estar a la vanguardia de los nuevos procesos de lucha revolucionaria en Venezuela (Para más información visitar:  Plataforma en Defensa de la Constitución presenta “Programa de Emergencia y Recuperación Nacional”, Ruta de Emergencia Revolucionaria para enfrentar la crisis, Marea Socialista pone a discusión puntos para un Plan de Emergencia alternativo)

7.- Para finalizar a modo de reflexión, cual es la trascendencia que tiene hoy para Marea Socialista, ser parte de Anticapitalistas en Red.

Marea Socialista tiene sus raíces originarias en el internacionalismo revolucionario y con la revolución venezolana se demostró una vez más la importancia de articular las luchas a escala global. El imperialismo y las burguesías actúan globalmente con las “fuerzas del mercado” capitalista y siempre busca sofocar desde afuera las revoluciones cuando no consigue hacerlo desde adentro.


Nosotros también entendemos el socialismo como algo que aunque pueda comenzar dentro de fronteras nacionales sólo puede construirse a escala mundial (como el capitalismo mismo como sistema dominante).
Por eso queremos seguir conectados con quienes estén dispuestos a construir partidos y organizaciones revolucionarias que se ayuden en conjunto a tener una visión del mundo, que sean reservorio de las tradiciones de lucha, que emprendan campañas conjuntas, solidarias con los pueblos de cada uno de los países, pero también en esa dimensión global de los problemas comunes, que no terminen supeditados a direcciones políticas inconsecuentes y burocrátizadas que al final se insertan, con todas sus contradicciones, en el sistema de dominación del capital o corren hacia los brazos de los imperialismos emergentes (China, Rusia…).


Ha habido y hay varias y distintas internacionales y debemos estar atentos y atentas a todo ello, pero con el claro objetivo anticapitalista, antiburocrático, democrático, feminista y antipatriarcal, ecosocialista, que busque realmente transformar nuestras sociedades desde la acción y el poder de la clase trabajadora y los sectores oprimidos, para no caer en nuevas, o repetidas, formas de opresión. Ahora tenemos, además, el relog en cuenta regresiva, mientras el clima, la naturaleza, la vida y la humanidad, ya no aguantan más el irracional manejo de las fuerzas productivas y de las relaciones sociales de producción capitalistas.


Anticapitalistas en Red es una manera de ir reconstruyento, desde quienes guardamos nexos históricos de relacionamiento, entre quienes compartimos visiones y orientaciones programáticas, métodos de lucha y de construcción política, las herramientas revolucionarias globales o mundiales que siguen siendo imprescindibles. Se trata de reflexionar, entender el mundo, construir lazos y actuar juntos y juntas con pleno sentido revolucionario frente a la globalidad del capital y de los problemas que caracterizan al mundo de hoy. Venimos estructurando nuestra visión del mundo en su dinámica, en el intercambio de nuestras experiencias y así también trabajamos sobre nuestra estrategia de construcción de núcleos revolucionarios, con elementos de un programa para movilizar a la clase trabajadora y al pueblo, que nos permita derrotar a los gobiernos capitalistas y abrir nuevos caminos al socialismo con democracia. Para eso nos juntamos en Anticapitalistas en Red, entre organizaciones de América Latina, de Europa y progresivamente de otras partes del planeta, sin dejar de relacionarnos con otros espacios de articulación política de la lucha.