El capitalismo provoca las crisis humanitarias. La UE actúa miserablemente.
Durante la madrugada del domingo 10, el barco “Aquarius” de la ONG francesa Sos Méditerranée, acudió al salvataje de quienes se encontraban en dos balsas de goma, en la costa libia del Mediterráneo Central.Fueron rescatadas 629 personas entre ellas 123 menores sin compañía, 11 niños pequeños y 7 mujeres embarazadas. Huían de Libia, Eritrea, Sudán del Sur, Somalia, Camerún, Costa de Marfil, Gambia y Guinea.
El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini (Liga Norte) impidió la entrada del barco a su país afirmando “Italia comienza a decir no”. En un reclamo repleto de cinismo exigió junto al ministro Danilo Toninelli (M5S) que “Malta asumiera sus responsabilidades” y acogiera las personas.
Por su parte, Pedro Sánchez (presidente de España) le ofreció a la ONU contar con el puerto de Valencia como socorro. Quim Torra (president de Cataluña), Íñigo Urkullu (lehendakari del País Vasco), Ada Colau (alcaldesa de Barcelona) y otras autoridades del Estado español también ofrecieron ayuda.
Al momento de escribir esta nota, el capitán del barco informa que recibirán víveres, medicinas y emprenderán el viaje desde las costas de Italia y Malta hacia la costa valenciana, repartiendo a las personas entre el Aquarius y otras dos embarcaciones. El operativo de recepción quedaría en manos de la Cruz Roja y el gobierno valenciano.
Aunque por el momento la crisis estaría encaminada, sería equivocado minimizar que estamos en presencia de un caso repetido hasta el hartazgo. En los últimos años más de 600 mil personas fueron socorridas y otros miles murieron en el mar.
Huyen para salvar sus vidas, son víctimas de regímenes totalitarios, epidemias y hambrunas. Sus situaciones son tan desesperantes que lanzarse al mar en pequeñas embarcaciones implica optar entre la posibilidad de un posible refugio en Europa o una muerte segura en África.
Ante eso la respuesta de la UE es vergonzosa. Angela Merkel, primer ministro alemana, quiere más policías que “protejan” las fronteras. El nuevo gobierno de derecha italiano ya demostró sus intenciones. Algunos representantes del PP rechazaron la ayuda de su país afirmando que “España no se puede transformar en una ONG”.
Es un hecho que las respuestas de los gobiernos burgueses presentan matices. Pero en última instancia, todos aceptan o ceden a la implementación de medidas reaccionarias contra inmigrantes y refugiados por parte de la Unión Europea.
Acuden al inmigrante cuando necesitan mano de obra barata y precaria, para garantizar las ganancias empresariales, es la mecánica común del imperialismo.
Las ayudas humanitarias son indispensables. Sin embargo, mientras a la par se defienda el bloque imperialista europeo, serán sólo un maquillaje ante la explotación y la segregación de la UE. Rescatar inmigrantes para luego deportarlos en lugar de brindarles una acogida solidaria no es salvarlos, sino devolverlos al horror del que escapan.
Tenemos que exigir una inmediata respuesta a la grave situación humanitaria del Aquarius, queremos que inmigrantes y refugiados sean aceptados en Europa con el otorgamiento de derechos plenos.
Sabiendo que, sin derrotar a explotadores y opresores, el desprecio a los más pobres, es decir, a la mayoría de la humanidad, seguirá acercando el capitalismo a la barbarie.
Manel Pere Lecha