La Audiencia Provincial de Navarra decretó hace pocas horas la libertad provisional bajo fianza de €6.000 para los miembros de “La Manada”. Sus cinco integrantes que hace dos meses atrás fueron condenados a nueve años de prisión por abuso sexual a la joven madrileña en los Sanfermines de 2016, saldrán en libertad.
En una decisión que demuestra el nivel de machismo que impera en el sistema judicial español, esta nueva acción es un ataque a las millones de mujeres que ganamos las calles al grito de No es No. Eso sin mencionar la violencia que se sigue ejerciendo sobre la víctima.
Cuando se conoció la sentencia que negaba la violación a la joven de 18 años no dudamos en salir a las calles y decirle Hermana yo te creo. Pero la justicia, que es ciega y sorda a todos nuestros reclamos, una vez más nos da la espalda.
Ya la sentencia a sólo nueve años de prisión era repudiable, sobre todo por negar la violencia que sufrió la víctima y desconocer la violación. Pero para los jueces del tribunal, a los cuales no les alcanzó con ver el video que los propios agresores filmaron abusando de la víctima, ni les pareció suficiente su relato, vuelven hoy a violentarla.
Y como si todo fuera poco, se encargan de difundir las medidas cautelares que deberán cumplir. Vergonzosamente, sólo los obligan a comparecer los lunes, miércoles y viernes en el juzgado correspondiente a su localidad de residencia y les prohíben entrar en la Comunidad de Madrid. Los miembros de La Manada no son abusadores, son violadores. Por lo tanto, no solo no deben entrar a Madrid, deben estar en prisión. Cuatro de los cinco miembros tienen antecedentes de abusos y para los jueces alcanza tan solo con que no entren a Madrid. Para nosotras el único lugar al que pueden entrar es la prisión. Y eso saldremos a exigir.
Además, no dejaremos de luchar hasta que esta justicia patriarcal revea la sentencia. El Tribunal Superior debe condenar a La Manada por violación. Un grupo de cinco hombres encierra a una joven en un callejón, abusan de ella, la filman y eso no es violencia suficiente. Rechazamos esta visión retrograda y misógina.
En un Estado con un régimen en total descomposición, no se puede esperar nada de jueces adictos al poder. La justicia que deja libre a La Manada es la misma que envío a Urdangarin a una cárcel de lujo, la que aún sigue sin saber quien es M. Rajoy. Es la que mantiene presos políticos y obliga a artistas a exiliarse para no ser ingresados en prisión por cantar contra el Rey.
En las democracias capitalistas formalmente los poderes están separados. Solo formalmente, porque la justicia, en particular la española, actúa defendiendo los intereses económicos de los poderosos y siguiendo las órdenes del poder de turno. Más que como justicia independiente actúa como el partido de la justicia.
Este accionar del partido de la justicia demuestra una vez más el agotamiento del régimen monárquico parlamentario y de la Constitución del ’78, teñida de franquismo. Hay que hacer cambios de fondo: los jueces deben ser electos por voto popular, sus cargos deben ser revocables, las organizaciones de mujeres debemos tener injerencia directa en los casos que nos afectan y los juicios por jurados deben aplicarse en todos los casos.
Si la justicia se encarga de violentarnos y hacer oídos sordos, nosotras volveremos a llenar las calles. Con la misma fuerza que hicimos una huelga histórica el 8M, debemos salir de forma organizada en todo el Estado español para repudiar esta decisión. Hoy dimos una muestra en muchas plazas de todo el Estado. Pero debemos ir por más, hay que coordinar una gran acción nacional que exija hoy más que nunca ¡Basta de Justicia Patriarcal! ¡Los violadores a la prisión!
Flor Sánchez