El domingo 24 de Junio se realizaran elecciones presidenciales y parlamentarias en Turquía. El actual presidente de derecha nacionalista, el autoritario islamista Racep Tayyip Erdogan, que gobierna el país hace 15 años puede perder la mayoría absoluta en el Parlamento con la que gobierna e incluso ser derrotado en la segunda vuelta electoral. El izquierdista y pro kurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP) que es la tercera fuerza electoral es una de las claves para este golpe al autoritarismo.
Turquía es un país de 81 millones de habitantes enclavado entre Europa y la puerta de Asia. Su población cuenta con importantes minorías. La más grande es la que constituye el pueblo kurdo, que con sus 20 millones de integrantes se concentra en el sur del país. La nación kurda fuera dividida en pedazos (Turquía, norte de Siria, Irak, Irán y Armenia) por los límites artificiales que crearon los ingleses y franceses, ganadores de la Primera Guerra Mundial.
Si bien por el desarrollo de su economía fue considerada entre los “países emergentes”, Turquía viene declinando al calor de la crisis mundial abierta en el 2008 y recientemente sufrió un fuerte golpe con la apreciación del dólar, que llevó a la lira a devaluarse en un 30% desde enero a la fecha, lo que ha aumentado las penurias de los trabajadores y el pueblo turco, golpeando a sectores que eran base de apoyo del gobierno de Erdogan.
El actual presidente turco llego al poder con un barnis progresista que fue cambiando paulatinamente a una clara política autoritaria, que lo ha llevado a perseguir brutalmente al pueblo kurdo, a censurar y encarcelar a muchos opositores a su régimen. Entre ellos está preso el candidato a presidente del HDP Selahattin Demirtas. Son 9 los diputados de ese partido encarcelados y corrió la misma suerte el presidente de Amnesty Internacional, por mencionar solo algunos de los casos más resonantes. Existe una importante censura de prensa y persecución al periodismo no oficialista. Importantes purgas de miles de trabajadores en el aparato estatal y en las fuerzas de seguridad. La utilización de bandas para estatales completan este cuadro de graves violaciones a los derechos humanos.
Este giro autoritario tuvo un salto importante luego del frustrado golpe de estado de julio de 2016, organizado por sectores del ejército y del aparato del estado. Este golpe fue reprimido brutalmente y utilizado como excusa para desatar una verdadera caza de brujas contra los opositores al régimen autoritario del mandatario turco. Como parte de este giro bonapartista se cambió la constitución del país, de un régimen parlamentario a uno fuertemente presidencialista, luego de un referéndum que en abril de 2017 ganó Erdogan, y sobre el cual pesan muchas denuncias de fraude.
En el terreno internacional el gobierno del partido Justicia y Desarrollo (AKP) ha jugado un rol importante en la guerra civil de la vecina Siria. Primero fue uno de los países que mayor cantidad de refugiados admitió en su territorio (alrededor de dos millones), como parte de un proyecto para disputar una parte del norte sirio aprovechando la desintegración de este país por la guerra civil. Al servicio de esta política fue uno de los apoyos externos más importantes del ISIS, con el cual traficaba armas y petróleo. Acuerdo que le servía además para enfrentar a los pueblos kurdos del norte de Siria, hermanos de los kurdos turcos, sobre los que tiene gran influencia el PKK (Partido de los Trabajadores) de Abdullah Ocalan (1).
Con la UE, a la que pretendía integrar como miembro pleno, ha acumulado distintas diferencias por su política violatoria de los derechos humanos, aunque juega para ella un rol muy importante ya que Turquía es la barrera de contención para que los refugiados sirios avancen hacia Europa. Tarea por la cual recibe alrededor de 3 mil millones de euros anualmente para cumplir estos sus servicios “humanitarios” al imperialismo del viejo continente.
En los meses pasados, con la complicidad de los EEUU, los rusos y el gobierno de Al Assad, lanzó su ejército sobre la localidad siria de Afrín de mayoría kurda para desalojar a las milicias kurdas que dominaban la zona, como parte de un plan mucho más amplio destinado a combatir todas las regiones autónomas kurdas del norte de Siria.
Las elecciones del 24/06
Los dos objetivos del gobierno de Erdogan, retener la presidencia del país y mantener la mayoría absoluta en el parlamento están amenazados. Por un lado las encuestas estarían indicando que, de la mano de la crisis económica y de la resistencia al ambiente autoritario que se vive en el país, importantes sectores de sus votantes lo estarían abandonando.
Su formación, la “Alianza del Pueblo” (Cumhur) integrada por su partido el islamista “Justicia y Desarrollo” (AKP) junto a sus aliados del derechista Movimiento de Acción Nacionalista (MHP) obtuvo un 49 % y un 12 % de los votos respectivamente, en las legislativas del 2015. Ahora las encuestas le dan a las dos formaciones entre el 42 y 46 %. Con estas cifras no solo perdería la mayoría absoluta en el Parlamento, sino que podría ser derrotado en un eventual ballotage, según las proyecciones publicadas por el diario La Vanguardia de Barcelona.
La oposición más importante es la formada por la “Alianza de la Nación”. El candidato presidencial socialdemócrata Muharrem Ince del Partido Republica del Pueblo (CHP) sería el más votado. Las otras formaciones que integran este frente llevando sus propios candidatos, son el Partido Bueno (IYI) de centro derecha, que es una ruptura reciente con el MHP que apoya a Erdogan, y los islamistas del Saadet. Contaría entre un 32 y un 38%, según la misma fuente.
Es en este panorama donde el voto al HDP juega un rol fundamental. Los pronósticos lo ubican superando el 10%, que es el piso de votación que determinan las anti democráticas leyes turcas, para ingresar al Parlamento. Este piso ya lo superó esta formación de izquierda pro kurda, integrada por otras minorías tanto nacionales como de género. Cuenta con 80 legisladores en el actual Parlamento. Su ingreso al mismo le birló a Erdogan su mayoría absoluta en el 2015, que luego recupero en las pasadas elecciones.
El peso del HDP en la región poblada por los kurdos es decisivo. Si Erdogan evitara que superaran el 10% de los votos a nivel nacional, gran parte de esas bancas (alrededor de 65) pasarían a su formación política. La ley electoral determina que si el partido ganador en una región no pasa el piso nacional del 10%, las bancas obtenidas pasan automáticamente al segundo partido más votado, en este caso al AKP de Erdogan. Por eso hay muchas prevenciones de que el régimen, en su desesperación organice un fraude importante para detener al HDP, como por ejemplo los traslados de centros de votación de un pueblo a otro más alejado, etc.
Selahattin Demirtas, el candidato presidencial del HDP que hace campaña desde la cárcel
Dimirtas es uno de los dirigentes importantes del HDP. Diputado nacional fue encarcelado por Erdogan y su justicia cómplice hace veinte meses, acusado de colaborar con el “terrorista” PKK y de ser responsable de las muertes producidas por la violenta represión a una manifestación de la cual fue parte de su convocatoria. Es uno de los dirigentes más populares de Turquía y amenaza la dominación del viejo régimen turco.
El HDP en una organización pro kurda surgida en 2012 a partir del Congreso Democrático de los Pueblos. Es un frente aglutinante de organizaciones progresistas, partidos de izquierda y distintas minorías. La organización más importante es el BDP el partido kurdo. Su programa se opone a las políticas neo liberales, defiende la igualdad de derechos de las mujeres, los derechos de las minorías, la protección del medio ambiente y los derechos de la comunidad LGBT. Se reivindica heredera de la protesta popular del 2013 en el parque Gezi . (2)
En la elección del 2015 su lista de candidatos incluyó a musulmanes devotos, socialistas, alevitas, armenios, asirios, azerbaiyanos, circasianos, Laz, romaníes y activistas LGBT. De los 550 candidatos, 268 eran mujeres. Tiene un gran peso en la región kurda y en los sectores juveniles, que son una amenaza para Erdogan, ya que en esta reñida elección se incorporan 1 millón y medio de jóvenes al padrón electoral que pueden definir la elección.
La elección en ciernes puede entonces cambiar el destino inmediato de las luchas en Turquía, ya que la derrota del autócrata turco sería un gran golpe al autoritarismo de ese régimen capitalista. Igualmente si esto no se lograra, el proceso que se desarrolla en Turquía está augurando cada vez más choques contra el reinado del actual mandatario y un debilitamiento cada vez más fuerte de su dominación. Un proceso que va a fortalecer al HDP como alternativa y va a debilitar la política contrarrevolucionaria de Erdogan en la región.
Sin lugar a dudas la formación de una corriente revolucionaria anticapitalista en Turquía, que pueda llevar hasta el final la lucha contra el sistema capitalista del país, apoyando las luchas democráticas de su pueblo y sus enfrentamientos a los planes de ajuste, más allá de los matices que podamos tener con la dirección del HDP, hoy pasa por apoyar la candidatura de Demirtas y el extraordinario movimiento contra el régimen de Erdogan que el HDP encabeza.
Gustavo Giménez
(1) Abdullah Ôcalan: líder fundador del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) detenido en una cárcel de máxima seguridad turca desde 1999. Su partido el PKK es considerada una organización terrorista en los países imperialistas, pese a que Ôcalan llamó a sus partidarios a detener el enfrentamiento armado defensivo frente a los ataques del ejército turco. Tiene un gran peso sobre los cuadros políticos que dirigen a los kurdos del sur de Turquía, como del norte de Siria.
(2) Las protestas contra la destrucción del parque Taksim Gezi se realizaron entre mayo y junio del 2013 y constituyeron una reacción de miles de jóvenes turcos al autoritarismo y represión del régimen de Erdogan.