Este 21 de Agosto se cumplieron 78 años del asesinato de León Trotsky a manos de Ramón Mercader, cumpliendo órdenes directas de Iosif Stalin. Hablar de Trotsky es rememorar la vida y obra de un hombre entregado completamente a las tareas políticas de la clase obrera mundial, no solo por el papel que cumplió en la revolución rusa de 1917, sino fundamentalmente en su pelea frontal contra la degeneración burocrática que sufrió una de las más grandes gestas lograda por pueblo alguno en la historia. El recorrido revolucionario de Lev Davidovich, quedó plasmado para siempre en cada labor práctica que pudo desarrollar: Presidente del Soviet de Petrogrado en 1905, confeccionador principal y dirigente del Ejército Rojo, fundador de la IV internacional… solo por acudir a algunos ejemplos y también por un arsenal teórico, cuyo aporte ha sido, es y será muy necesario para la construcción de alternativas políticas verdaderamente revolucionarias, anticapitalistas, antiimperialistas y antiburocráticas. Dentro de todos esos aportes que nos dejó con su pluma, se destacan documentos como «La revolución permanente» «Historia de la revolución rusa» «La revolución traicionada», entre otros.
Precisamente este mismo 21 de Agosto de 2018, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en su cuenta de red social Twitter, citó al viejo revolucionario ucraniano, a modo de reivindicación, destacándole por lo que fue su trayectoria revolucionaria, lo cual no es una simple ocurrencia oportunista o la pretensión de congraciarse con sectores genuinos de base que tienen en la critica a una herramienta irrenunciable. Por el contrario, el autollamado presidente «Obrero», que es el principal responsable del rumbo termidoriano de lo que fue el proceso revolucionario, perversamente saluda la memoria de quien nunca deja de estar presente en las luchas contra hegemónicas, que siempre se revela como ese muerto que nace y amenaza con crecer y reproducirse en cada organización obrera y popular; porque en su misión de mancillar al socialismo y a la revolución como respuesta de los trabajadores a las condiciones que les oprimen, Maduro sabe muy bien lo que significa Trotsky desde el punto de vista de la tradición militante indoblegable.
Maduro cita a Trotsky en el momento en el que su gobierno está aplicando el peor paquete económico contra los trabajadores venezolanos en la historia y más aún en el momento en el que la dinámica de lucha en las calles se viene incrementando. Esto último, combinado con la derrota de la oposición de derecha y ni hablar de la triste actuación de la llamada «izquierda» tradicional, abre unas posibilidades enormes de poder alcanzar construcciones de organismos democráticos que permitan el resurgir de nuevos dirigentes hechos al compás de las movilizaciones de los trabajadores y los sectores desposeídos, recuperando el talante combativo que ha sido clientelizado desde las estructuras del Estado. A eso le teme la burocracia psuvista, que se sostiene en instituciones espurias como la Asamblea Nacional Constituyente o la corporativizada Fuerza Armada Nacional, dando cuentas claras de un régimen autoritario y policiaco, donde sus reales espejos son los Stalin(1), Erdogan(2) y similares.
Como trabajadores que estamos sufriendo los embates de una crisis sin parangón, tenemos intereses irreconciliables con un gobierno anti obrero y entreguista de nuestra soberanía a transnacionales capitalistas y ante lo cual debemos ir preparándonos cada vez más desde lo orgánico y lo político y lograr avanzar en función de nuestros propósitos comunes. En ese sentido urge sanear al movimiento obrero, a los sindicatos y recuperarlos para el terreno de la lucha de clases, elevándoles a donde les corresponde estar y desde donde en gran medida va a depender la suerte que correremos en las próximas décadas, pues la recuperación económica del país desde nuestras perspectivas pasa por llevar adelante una auditoria publica que permita dar con los responsables del defalco a la nación que es superior a los 500.000 millones de dólares(3), dinero que debemos apostar por recuperar y poner al servicio de la nación. Esa, entre otras tareas como la suspensión del decreto del Arco minero del Orinoco, el no seguir pagando una deuda externa (que también debe ser auditada), la estructuración de un presupuesto nacional o un régimen tributario donde los que más tengan sean quienes más paguen o la eliminación de impuestos regresivos como el IVA, un salario mínimo según lo que establece el artículo 91 de la Constitución de la Republica, son políticas que solo puede llevar adelante un gobierno que regule a favor del trabajo y no del capital.
Para imponer su rumbo entreguista, antidemocrático, antipopular y antiobrero, el PSUV-Gobierno se ha valido de medidas represivas y totalitarias, y lo ha hecho a nombre de la revolución y del socialismo. Esto también amerita un gran nivel de explicación, para comprenderlo y enfrentarlo como lo que es: «Una gran farsa». Es allí donde se hace sumamente valioso el legado de León Trotsky, baluarte en la disputa contra la casta Stalinista que convirtió a la revolución rusa en una dictadura. El mejor terreno desde donde se puede explicar el ejemplo de una de las corrientes de mayor tradición de lucha obrera es acompañando militantemente las luchas de los trabajadores tanto en nuestro país como a nivel mundial, de igual manera la lucha emblemática que están llevando las compañeras argentinas por el derecho a la legalización del aborto y aquellas peleas en cualquier parte del planeta que apunten a resolver problemas estructurales en favor de los explotados y por la recuperación de la democracia obrera. Es ahí donde se vuelve a hacer presente el viejo bolchevique, que indudablemente en Venezuela es un pilar que ayuda a enriquecer el enfrentamiento contra Maduro y su cúpula.
Gustavo Martínez Rubio
- https://mundo.sputniknews.com/increible/201709181072433486-presidente-venezuela-urss-parecido/
- https://www.eluniverso.com/noticias/2016/08/19/nota/5750751/nicolas-maduro-erdogan-quedara-como-nino-pecho-si-oposicion-intenta
- https://www.aporrea.org/contraloria/n257348.html