La jornada convocada bajo la consigna “Fem República” volvió a demostrarle al mundo que el pueblo catalán está de pie. El lanzamiento de un cohete a las 17:14h en punto, transformó el silencio absoluto en una sola voz que recorrió la avenida Diagonal entre la Plaza de las Glorias Catalanas y el Palacio Real. Había comenzado la Diada 2018.
Los brazos de un millón de personas de distintos sectores sociales y lugares de Catalunya, centenares de miles de remeras color coral, banderas esteladas, carteles y lazos amarillos se sincronizaron para realizar una ola por la República y la libertad de los presos políticos y exiliados. La vista desde un helicóptero es impresionante.
Desde SOL nos sentimos orgullosos de haber participado de la jornada. Estuvimos en el Homenaje al compañero Gustau Muñoz, repartiendo propuestas en las cercanías del Fossar de les Moreres, en la Ola de la Diagonal y en el Acto por la Autodeterminación, convocado por la CUP.
Los que no están muy contentos son los defensores de España. Para Pablo Casado (PP) fue un “aquelarre independentista”. Inés Arrimadas y Albert Rivera (Ciudadanos) la definieron “secuestrada por los nacionalistas, una jornada de exclusión, odio y ataque a España” . Miguel Iceta (PSOE) denunció “exclusión”. Ada Colau (En Común Podemos) ni mencionó el respeto a la autodeterminación. La derecha, la socialdemocracia y el “progresismo equidistante” tendrán que digerir el éxito de la convocatoria independentista.
La concentración convocada por la ANC (Asamblea Nacional Catalana) fortalece la lucha contra las acusaciones inventadas y los juicios injustos a dirigentes y activistas independentistas. Está demostrado que la injusticia y la persecución no han logrado derrotar al pueblo. Esto se debe a que las movilizaciones, las huelgas generales, los cortes de autopistas, la organización de los CDR, el 1-O y el 21-D definieron un mandato popular: hacer efectiva la República Catalana. Tanta fuerza fue determinante para que Soraya Sánchez de Santamaría se sumara al meteórico recorrido de M. Rajoy desde los despachos del poder al living de su casa.
Sí todavía no hay una Catalunya libre no es responsabilidad del pueblo sino del PDeCAT, ERC y JxCAT. Es imposible soslayar que flaquearon cuando había que sostener la declaración de Independencia. Es algo que todavía se paga muy caro, ya que el régimen aprovechó la situación y pasó al ataque y descabezó a la conducción del proceso, sometiéndola a la cárcel y el exilio.
Más allá de conservar algo de la retórica independentista, la indecisión del pasado viró rumbo al autonomismo del presente, se ve tanto en el Parlament como en la Generalitat. El diálogo a ultranza con apoyo a Pedro Sánchez, las menciones contra el “independentismo mágico” y los “atajos”; están al servicio de negociar un referéndum pactado con el opresor que se niega a ello, dejando para otro momento la ejecución efectiva del mandato popular del 1-O.
Pero aún no está dicha la última palabra. Es fundamental reencontrarnos en los colegios y las calles de los barrios que fueron el escenario del 1-O. Realzar el espíritu valiente que derrotó a la Guardia Civil, servirá reafirmar que no hay olvido ni perdón para Felipe VI, los que avalaron la represión, ni lo habrá para los que den un paso atrás.
Tampoco hay que permitir que las justas reivindicaciones democráticas invaliden a las sociales. Los ajustes ordenados por la Unión Europea perjudican a los de abajo y favorecen a los de arriba, tanto cuando los aplica el gobierno de Pedro Sánchez, como cuando lo hace la gestión de Quim Torra.
Ambos son fieles defensores del capitalismo y las ganancias patronales. La precariedad laboral y el desempleo son escandalosos. Un salario no alcanza para pagar el alquiler, los servicios y la comida. Los recortes en salud y educación públicas empeoran las condiciones de vida. El retroceso en conquistas históricas de la clase trabajadora se debe a la pasividad de las direcciones sindicales de UGT y CCOO. Lejos de llamar a asambleas democráticas para definir un pliego reivindicativo, una huelga general y plan de lucha, siguen desplegando complicidad con las patronales y gobiernos de turno.
Muchos de los principales problemas sociales y políticos tienen su origen en la reaccionaria Constitución del ´78, con su régimen monárquico-parlamentario heredado del franquismo. Es necesario que una Asamblea Constituyente, Libre y Soberana debata y decida sobre los principales temas que recorren la península. Sería una opción democrática que sólo puede colocar en la agenda la irrupción del movimiento de masas.
La salida de fondo pasa por derrotar al capitalismo y construir una Federación Socialista de Repúblicas Ibéricas, con un régimen de plenas libertades para los trabajadores y los pueblos que decidan integrarla
Es urgente construir una nueva alternativa política de izquierda y progresista, con lxs compañerxs de la CUP, de los CDR, los colectivos feministas, de inmigrantes, sociales y culturales, con personalidades independientes y abierta aquellos que quieren luchar consecuentemente por un programa anticapitalista, con mecanismos internos democráticos.
La salida de fondo pasa por derrotar al capitalismo y construir una Federación Libre de Repúblicas Socialistas Ibéricas, con un régimen de plenas libertades para los trabajadores y los pueblos.
Nuestro joven agrupamiento de revolucionarixs, anticapitalistas, feministas y ecologistas, está al servicio de estas tareas.
Manel Pere Lecha