Al cumplirse un año del Referéndum, la revolución democrática catalana sigue su curso. La gigantesca Diada tuvo continuidad en otra jornada histórica el 1-O, cuando se reivindicó su espíritu pasado en cuerpo de lucha presente. El lunes Catalunya amaneció con cortes de vías, autopistas y calles, con acciones sorpresa y una huelga estudiantil con piquetes y movilización convocada por Universitats per la república.
Al mediodía se realizó una marcha con trabajadores saliendo parcialmente de sus lugares de trabajo, ya que no había asueto ni huelga general. La encabezaba una bandera que decía: “Tumbemos al régimen, vamos a votar independencia”.
Por la tarde cerca de 200 mil personas acudieron al llamado de la Plataforma 1 d´octubre (ANC, Òmnium, CDR, etc.) marchando desde Plaza Catalunya al Parlament, con las urnas del Referéndum llenas de papeletas del SI. El mensaje para Roger Torrent y Quim Torra, fue clarísimo: cumplan el mandato del 1-O o dimitan.
Una parte de la movilización llegó a el parque de la Ciutadella, otra permaneció frente a la Jefatura de la Policía Nacional, símbolo de la represión franquista. En ambos casos, entrada la noche, fueron los Mossos d´Esquadra quienes disolvieron las manifestaciones.
“No hay palabras que puedan reflejar en toda su magnitud la determinación y la creatividad de los jóvenes, las mujeres y de todos los que luchan con el lazo amarillo en su pecho y las esteladas en alto.”
Los días previos fueron agitados. El sábado las concentraciones en Plaza Sant Jaume y Vía Laietana le frenaron el paso a los policías y fascistas que tenían pensado llegar a la Generalitat para reivindicar las violentas cargas del 2017. El Govern autorizó a los fachos que los Mossos custodiaron, incluso reprimiendo a los compañeros de ARRAN. La renuncia del conseller de Interior, Miquel Buch es lo mínimo que se puede exigir.
El domingo, las Plazas y colegios de los barrios, fueron el escenario de actividades con música, juegos y comidas, organizados por los vecinos desde los CDR. Los relatos de los protagonistas del 1-O y los testimonios de la brutalidad policial en las escuelas, reafirmaron que no habrá “Ni olvido, ni perdón” y que seguirá el reclamo por la libertad de los presos políticos y exiliados.
No hay palabras que puedan reflejar en toda su magnitud la determinación y la creatividad de los jóvenes, las mujeres y de todos los que luchan con el lazo amarillo en su pecho y las esteladas en alto.
Nosotros estamos orgullosos de haber sido parte de las movilizaciones y de la campaña internacional #Viva1Oct realizada por Anticapitalistas en Red a partir del llamado de @WithCatalonia.
“La contradicción es enorme: hay un pueblo que camina para adelante y dirigentes que caminan para atrás.”
A pesar del 155 y la represión, la revolución democrática sigue su camino, es evidente. También lo es que no se trata de un “camino de rosas”, sino que está lleno de peligros.
El pueblo ya hizo casi todo, los que no están a la altura de las circunstancias son los dirigentes de PDeCAT, JxCat y ERC. Más allá de la fraseología y el repetido simbolismo, quieren ponerle un cerrojo al limbo en el que Carles Puigdemont colocó a la República para buscar “consensuar” con Rajoy. Algo que ahora repite pidiendo “un espacio de confianza con Pedro Sánchez”. Está política ya demostró ser un fracaso.
Lo de Quim Torra pareció una escena de Polonia cuando expresó “Amigos de los CDR: apretáis y hacéis bien en apretar” como guiño a las acciones en Girona y otras ciudades. Como si no tuviera nada que ver con el President de Catalunya que es quien debería “apretar” para efectivizar la República.
Los dirigentes de ERC están en la misma línea. Denunciando a un supuesto “independentismo mágico”, se empeñan en enterrar la unilateralidad, presionar por un utópico referéndum acordado y dialogar a ultranza con los opresores que se niegan a la autodeterminación.
“…hace falta construir una nueva dirección, dispuesta a hacer respetar el mandato popular y tomar medidas anticapitalistas.”
La contradicción es enorme: hay un pueblo que camina para adelante y dirigentes que caminan para atrás. Favorece al proceso por la independencia que haya un gobierno del PSOE débil, que el PP y Ciudadanos se maten entre ellos y que el régimen tenga muchísimos problemas democráticos y sociales sin encaminar. Sin embargo, esto no va a durar para siempre y aún sí durara, se volverían a poner de acuerdo, aunque sea sólo para ir contra Catalunya. Ya lo hicieron con el 155, avalados por la Unión Europea.
Por estos motivos, hace falta construir una nueva dirección, dispuesta a hacer respetar el mandato popular y tomar medidas anticapitalistas. Lo nuevo sólo puede surgir del reagrupamiento de organizaciones sociales, políticas y culturales, democráticas y combativas, con los CDR como uno de sus protagonistas. Un llamado de este tipo realizado por lxs compañerxs de la CUP sería un gran paso adelante ya que son muchos los que siguen cada vez con más simpatía sus posiciones. Desde ya, es indispensable una convocatoria abierta y amplia, con intercambio de opiniones en asambleas y plenarios; que arribe a un gran evento de debate democrático y confluencia unitaria.
El futuro de la República catalana también se juega en terreno visitante. Es necesario lograr el apoyo de republicanos y demócratas honestos de la península y de otros países, al igual que de la clase trabajadora, sea de la nacionalidad que sea. En un escenario político convulsivo y cambiante, no está dicha la última. “Porque podemos triunfar. No hay ningún Dios que haya fijado que no podamos hacerlo”.
Manel Lecha