Con la crisis y el levantamiento nicaragüense contra el gobierno de Ortega -Murillo en el centro, Centroamérica vive convulsionada por luchas sociales y crisis políticas que desafían el status quo logrado por el imperialismo.
Cuando en abril de este año los estudiantes y la mayoría de los trabajadores y el pueblo nica salieron a enfrentar a la dictadura de Ortega-Murillo, contra el intento de recorte sobre las jubilaciones para cumplir con el FMI y la brutal represión del régimen, detonaron con ello una verdadera insurrección, muchas luchas se habían acumulado en el istmo centroamericano. Entre las más contundentes y recientes podemos mencionar el levantamiento que derribó al gobierno de Pérez Molina en Guatemala en el año 2015.
La revolución nicaragüense, pese a los golpes que a balazos le imprimieron la represión y los paramilitares de Daniel Ortega, ha sido un verdadero terremoto que está impactando en toda la región.
En julio, estudiantes y docentes panameños enfrentaron con paros y movilizaciones el aumento de las tarifas de electricidad impuesto por el gobierno de Juan Carlos Varela. Ahora vuelven a movilizarse contra el plan de retiros docentes anticipados.
En Honduras, donde hubo importantes peleas tratando de evitar el fraude electoral del 2017, los transportistas se lanzaron a la pelea exigiendo un subsidio que evitara el alza de las tarifas del transporte luego de un grave aumento de los combustibles. Los estudiantes acompañaron con tomas de colegios secundarios. El 30 de Agosto una importante movilización convocada por la Convergencia Ciudadana Contra el Continuismo convocó a múltiples organizaciones que gritaban “fuera JOH”, por el presidente Juan Orlando Hernández.
Crisis en Guatemala
Mientras la ex vicepresidente del depuesto gobierno de Molina, Roxana Baldetti, es condenada a 15 años de cárcel acusada de corrupción, el actual gobierno de Jimmy Morales le ha negado la entrada a Iván Velázquez, presidente de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), enfrentándose así a la Corte Constitucional, que es un órgano que puede destituir al presidente. Lo que significa en los hechos una ruptura de Morales, en alianza con los militares, del orden constitucional de ese país.
En medio de esta crisis, el movimiento de masas de Guatemala empieza a hacerse oír. Primero fueron los estudiantes universitarios de Mazatenango, luego el repudio de los escolares de Quetzaltenango. El paro del comercio, las escuelas y la municipalidad de la Alcaldía Indígena de Sololá y finalmente la marcha conjunta de los comités campesinos. No es aún el proceso generalizado del 2015, ya que la burguesía opositora y la dirigencia sindical tienen terror a la movilización popular, pero detrás de la crisis de las alturas empieza a colarse una respuesta popular creciente.
Un mes de huelga en Costa Rica
Los docentes, estudiantes universitarios, estatales, trabajadores de la salud cumplen un mes de huelga contra un grave paquete fiscal impuesto por el gobierno de Carlos Alvarado para cumplir los acuerdos con el FMI. El llamado “combo fiscal” permite disminuir los adicionales salariales por antigüedad, distintos premios, etc., subir los impuestos al consumo como el IVA, mientras rebaja las cargas impositivas empresarias y garantiza el pago de la deuda pública.
Luego de un heroico mes de resistencia, que incluyó múltiples bloqueos en las carreteras, la medida enfrenta dificultades. El gobierno ha pactado con los dirigentes sindicales del sector salud, aunque los gremios de la educación conservan aún un 70% de adhesión. La fuerza de la medida ha sido tal, que aunque el Congreso ha dado una primera sanción a este “combo fiscal” es posible que la Sala Constitucional termine declarando su inconstitucionalidad, según informa El Colombiano el 10/10/2018.
Las perspectivas
Mientras que el pueblo nica se encuentra atravesando una difícil coyuntura en la que luego de tener a Ortega contra las cuerdas, ante la falta de una dirección capaz de llevar la pelea hasta el final, soporta ahora una brutal represión, está resistiendo y está lejos de ser derrotado.
El proceso de luchas de la nación centroamericana y la crisis de sus gobiernos ajustadores es cada vez más fuerte. Los países que integran el istmo constituyen una división política artificial del imperialismo para pueblos que tienen una misma identidad e historia nacional. Por eso los procesos que impactan en un país rápidamente tienen una refracción en los otros que integran este subcontinente. Si bien los próximos meses servirán para precisar mejor su dinámica, lo que es seguro es que el imperialismo ha perdido el control obtenido luego de los acuerdos de Esquipulas II, el freno a la revolución nica y las derrotas de las guerrillas salvadoreñas y guatemaltecas en los 90. Nuevos vientos revolucionarios soplan en Centroamericana.
Gustavo Giménez