Las elecciones de legislativas de “medio termino” suelen ser un referéndum sobre la presidencia en Estados Unidos. El gobierno de Trump viene navegando una situación contradictoria, entre una situación económica relativamente estable que le debiera haber favorecido, y un repudio masivo y creciente a sus políticas reaccionarias, misóginas, racistas y xenófobas, que estos días se ha concentrado en su política criminal contra la caravana de migrantes centroamericanos que está viajando hacia la frontera estadounidense.
El dato central del resultado electoral, es que el rechazo a Trump es lo que prevaleció. En cantidad de votos, los demócratas superaron a los republicanos por un margen mayor al que obtuvo Obama en 2008 -que fue considerado un batacazo- y recuperaron la mayoría en la cámara baja. De todos modos, los republicanos retuvieron la mayoría en el Senado, donde el sistema electoral da un peso desproporcionado a las zonas rurales más conservadoras.
Si la derrota de Trump no fue contundente, es por la propia vacilación entre los demócratas a la hora de enfrentarlo. En un discurso semi-triunfal, Nancy Pelosi, la dirigente demócrata quien probablemente presida la cámara baja, declaró que “mañana será un nuevo día en América”. Acto seguido, dedicó el resto de su discurso a promover un futuro de colaboración “bipartidista”.
Si Trump sigue aireado, es porque, además de contar con una coyuntura económica favorable, hace justamente lo contrario que los demócratas. Lejos de la colaboración bipartidista, la campaña de Trump se enfocó en movilizar a su base social más reaccionaria, agitando la xenofobia contra los inmigrantes.
La otra cara de la polarización se hizo notar, muy a pesar del Partido Demócrata. Alexandría Ocacio-Cortéz, la candidata socialista del Bronx se convirtió en la diputada más joven en la historia del país y la primera representación que la izquierda anticapitalista tiene en el Congreso en casi un siglo.
El próximo Congreso tendrá la mayor proporción de mujeres en la historia. Jared Polis, quién ganó la gobernación de Colorado, se convirtió en el primer gobernador abiertamente homosexual. Deborah Haaland y Sharice Davids serán las primeras mujeres originarias en ocupar una banca en el Congreso. Ilhan Omar y Rashida Tlaib serán las primeras congresistas musulmanas.
Estas novedades evidencian que, aunque un sector reaccionario se consolida detrás de Trump, la polarización también desarrolla, debajo del radar, una fuerte tendencia hacia la izquierda.
Federico Moreno