Hay que detener las arbitrariedades del Estado español que intentan generar miedo y frenar la movilización.
Desde Anticapitalistas en Red venimos desarrollando una intensa campaña internacional de apoyo a la autodeterminación del pueblo catalán, por la libertad de los presos políticos y exiliados.
Aunque el 155 ya no se aplica en forma directa, perduran sus nefastas consecuencias: persecución, falsas acusaciones, juicios injustos, sanciones económicas y encarcelamientos. Intentan provocar miedo para detener la movilización popular.
Ahora la arbitrariedad recayó sobre Laia Roca y Lluís Mollón, vecinxs de Hospitalet de Llobergat, Barcelona, falsamente acusados por “desórdenes” y “atentado a la autoridad”. Llamamos a realizar una campaña en su apoyo y por el retiro de todos los cargos.
A continuación, reproducimos un Manifiesto de apoyo y solidaridad con el detalle de los acontecimientos por los cuales pretenden encarcelar a lxs compañerxs, también un petitorio para firmar.
Manifiesto de apoyo y solidaridad
La represión ha sido y sigue siendo
la única respuesta ofrecida por el estado español a las legítimas
aspiraciones del pueblo catalán, ante su incapacidad de afrontarlas
políticamente. Esta represión se ha ejercido de manera muy visual sobre
los cargos electos, institucionales y destacados miembros de la sociedad
civil hoy en prisión o bien en el exilio. Pero durante estos últimos
meses se ha extendido a centenares de ciudadanas anónimas que persisten
en la movilización constante con el fin de alcanzar los objetivos
políticos refrendados el primero de octubre de 2017.
A lo largo de este año, después de la celebración del referéndum,
una parte importante de ciudadanía continúa movilizada. Somos muchas las
que no hemos querido abandonar la calle cómo espacio de disidencia y
expresión pública, ante ello el Estado ha puesto en marcha todos sus
frentes represivos con la única intención de querernos domesticadas,
sumisas y encerradas en casa. Una represión que busca, en definitiva, la
desmovilización a través del miedo, así como secuestrar el debate a
través de judicializar el discurso, alejándolo de los objetivos
políticos propuestos.
Es en este contexto que se inscribe la apertura de diligencias
judiciales contra dos vecinas de L’Hospitalet. Los hechos se remontan al
pasado 25 de marzo, en la protesta convocadas a raíz de la detención
del President de la Generalitat por la policía alemana y en pleno
período de excepción amparado por la aplicación del artículo 155 de la
Constitución española, en que todas las instituciones propias de
Catalunya fueron secuestradas y puestas bajo control del Estado.
En medio de una multitudinaria protesta alrededor de la sede de la
delegación del gobierno español en Barcelona, y tras unas brutales
cargas policiales que causarían más de un centenar de heridos, dos
personas fueron retenidas, identificadas, registradas y acusadas de
desórdenes públicos por agentes de paisano de la guardia urbana de
Barcelona que participaban en el operativo policial. Posteriormente, el
20 de abril serán citadas a declarar en comisaría y el 18 de mayo
delante del juez instructor, negándose a declarar en ambos casos. Pocas
horas después de esta última declaración el juez dará por cerrada la
instrucción previa. Finalmente, y hoy en día la fiscalía notifica los
cargos que les imputa de desórdenes públicos para ambas, añadiendo para
una de ellas el de atentado a la autoridad con peticiones de penas de 2 a
6 años de prisión, sin prueba alguna más allá del atestado policial.
Lejos de conseguir amedrentarnos, las vecinas persistimos en nuestra
lucha fortalecidas por nuestra capacidad de autoorganización y
resistencia pacífica. En nuestra lucha hemos tomado conciencia del gran
potencial de cambio que tenemos como pueblo movilizado, sabemos que
nuestro destino como sociedad libre y socialmente más justa está en
nuestras manos. El Estado y todos sus mecanismos represivos chocan
constantemente contra nuestra persistencia y nuestra gran capacidad de
solidarizarnos y apoyarnos, porque sabemos que “si tocan a una, nos
tocan a todas”, así pues, nada ni nadie nos es ajeno. Sabemos también
que contamos con la solidaridad de todas aquellas personas de aquellos
lugares donde nuestra lucha es conocida y reconocida.
Florencia Sánchez, 16/11/2018