La gran crisis económica del 2008 derrumbó para siempre el famoso sueño americano, dejando al propio Estados Unidos, el regente del capitalismo mundial, en una situación compleja. Expresión de ello es el resurgir, luego de décadas, de rebeliones y grandes huelgas docentes como la que protagoniza, desde el 14 de enero, la docencia organizada en UTLA, en el distrito escolar de Los Ángeles, con gran apoyo social.
En un mundo que se encamina a un nuevo sacudón económico como en el 2008, y en el marco de una crisis mundial sistémica, Estados Unidos es el escenario de una polarización que reafirma el curso del mundo, mostrando un cambio cualitativo en la situación política del país más desarrollado del planeta. Una crisis que continúa y sigue sorprendiendo por su dinamismo.
La lucha es una y sin fronteras
En efecto, en tierra del auge capitalista de otros tiempos, en el propio Estados Unidos se ven los efectos mundiales de esta nueva coyuntura. Un mundo con una crisis capitalista que no logran revertir, con gobiernos que asumen formatos más duros y autoritarios, a fin de aplicar ajustes económicos que atentan contra derechos sociales, democráticos y básicos como la educación pública para intentar recuperar la tasa de ganancia del capital imperialista y así revertir una dinámica de crisis sistémica de la que no se recuperan.
Es que los gobiernos y las corporaciones se encuentran con grandes resistencias, rebeliones y sectores de jóvenes, mujeres y trabajadores que hacen frente a esa contrarrevolución mundial del ajuste, sacando una conclusión necesaria: que el capitalismo no va más. Esta polarización que se radicaliza en sus extremos, a la vez produce y acelera procesos de lucha, también radicalizados, en defensa de esas conquistas sociales. Y a la vez esperanzadores en cuanto a su perspectiva.
Polarización social y política que se ve también en Estados Unidos y generó cambios de tal magnitud que nada volverá a ser como antes. Habiendo ganado Trump, se han dado grandes movilizaciones y luchas. En el 2018, entre los meses de abril y mayo, hubo una serie de grandes e históricas huelgas docentes en varios Estados y de trabajadores públicos. Huelgas masivas, combativas, organizadas y radicalizadas, como hacía cuatro décadas no sucedía y que terminaron en triunfos importantes. Como así también se vieron las grandes respuestas y movilizaciones de mujeres frente a las medidas de Trump. O la respuesta de enormes sectores de latinos, ante las políticas racistas que intenta desarrollar el gobierno republicano.
En este marco, ahora mismo hay en curso una lucha docente que lleva adelante la comunidad educativa del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD- Unified School District of Los Ángeles), el segundo distrito en importancia en los Estados Unidos, luego de Nueva York. El LAUSD cubre un área de más de 1,1 millón de kilómetros cuadrados y atiende a más de 694.000 estudiantes en 1.322 escuelas, aunque 216 de ellas son escuelas “autónomas”, las que en su mayoría cuentan con maestros no sindicalizados. Alrededor del 80% de los estudiantes son de hogares de bajos ingresos y califican para un almuerzo gratuito o de precio reducido (se sirven alrededor de 1 millón de comidas al día en las escuelas) y un 25% aprende inglés. Esto habla a las claras de la importancia social de la lucha en curso.
Una lucha sin precedentes desde 1989
Se trata de una lucha docente que no tiene precedentes próximos en el distrito, ya que hace 30 años -desde la huelga que realizaran en el año 1989-, que no se preparaban para un paro docente en Los Ángeles y de las magnitudes que podrá tener el convocado por el sindicato UTLA (United Teachers Los Ángeles / Docentes Unidos de los Ángeles) para el 14 de enero.
Una lucha que tuvo un hito hace algunos meses en una movilización enorme el 15 de diciembre pasado, con 50 mil personas entre docentes, madres, padres, familias, estudiantes y la comunidad. Y que, en sintonía con lo que decimos, también resultó ser una de las movilizaciones más grande en años del distrito. También el 24 de mayo del 2018, más de 12.000 maestros se reunieron en Grand Park para la manifestación “All In for Respect” (Todos por Respeto) con manifestaciones de docentes de West Virginia, Arizona, Oklahoma y Puerto Rico, y contaron con la presencia de muchas familias y estudiantes que marcharon junto a ellos. Una lucha docente histórica ya que -como decimos- no tiene precedentes posteriores a los ‘90 en Los Ángeles. Y muestra, sin lugar a dudas, un marco de situación por lo menos novedoso en Estados Unidos.
Una novedad para propios y ajenos, porque si bien nosotres seguimos este proceso con pasión y entusiasmo, también lo hacemos con una cuota de asombro ante el contrastante con la realidad de continuas huelgas en nuestro país. Y por ello brindamos toda la solidaridad, el apoyo y difusión necesarios. Pero el conflicto también es visto con sorpresa y preocupación por el propio gobierno Demócrata de Los Ángeles y el de Trump en el país. Gobiernos que ensayan sistemáticamente nuevas formas y medidas abiertamente antisindicales para enfrentar y frenar luchas como ésta, aunque sin conseguirlo.
Es que asistimos a una rebelión docente que se manifestó con el voto positivo del 98% de los más de 33.000 educadores, incluyendo bibliotecarios, enfermeras, psicólogos y trabajadores sociales al ser consultados durante varios días en las escuelas primarias, intermedias y secundarias del distrito escolar. La votación a favor o no de ir a la huelga empezó el 23 de agosto de 2018 y sus resultados se difundieron el 31 de ese mes del año pasado, dando mandato al sindicato UTLA para llamar a la huelga.
Este conflicto lleva casi dos años, con 20 meses de fallidas negociaciones entre las autoridades del distrito y el sindicato. Por lo que la docencia organizada en UTLA ha venido trabajando sin un contrato por más de un año. Por eso la totalidad de docentes votó a favor de ir al paro, siendo la Junta Directiva de UTLA la que decidía si se iba finalmente a la huelga, en caso de no prosperar las negociaciones.
Si bien ese voto masivo y categórico no significaba que automáticamente se produciría un paro como el ocurrido en 1989, esta acción le daba al sindicato el derecho de convocar a la huelga, en caso que fallaran las negociaciones con el LAUSD. Y muestra una unidad y voluntad en el conjunto de la docencia, que está decidida a obtener respuestas positivas a sus reclamos.
En ese sentido, UTLA anunció también una huelga en tres escuelas chárter del sur de Los Ángeles, operadas por The Accelerated School, y afirman que sería la primera huelga en una escuela chárter del distrito. El dato no es menor ya que, como bien señalan los medios “las chárters son escuelas privadas que compiten con el sistema escolar público por los estudiantes y por los fondos que aportan. Su rápido crecimiento ha sido un factor importante en los problemas financieros del distrito porque la gran mayoría de los fondos estatales y federales se basan en la inscripción”.
El reclamo salarial y presupuestario de UTLA
Respecto a lo salarial, la última oferta notificada por el distrito a UTLA es un aumento del 2% y una bonificación del 2%, similar a los otros contratos. Luego de muchos meses y varios intentos del sindicato de solicitar reuniones y esperar ser convocados, el pasado 7 de enero hubo una fracasada reunión entre la representación docente y las autoridades del distrito de Los Ángeles. En un conflicto que tiene varios puntos de discusión, pero que en lo que respecta al eje salarial, llevan años sin respuesta, ya que el último aumento acordado fue en 2015. En ese año tuvieron incrementos salariales del 10%, aunque después de la recesión económica y de tener días sin pago. “Fue como una reducción del sueldo porque el distrito amenazó con despedir a maestros y cerrar escuelas”, recordaron desde UTLA.
El Superintendente del LAUSD, Austin Beutner, aseguró que otros sindicatos del distrito se habrían conformado con aumentos de un 6% en tres años y que la misma oferta ponían a disposición de la docencia. Pero UTLA busca un aumento del 6.5%, retroactivo al 1° de julio de 2016. La discusión salarial, desde el gobierno pretenden sostenerla cada tres años.
Para tener una idea de los salarios que cobran, desde el sindicato dijeron que un maestro principiante tiene un sueldo anual promedio de 40.000 a 50.000 dólares; uno de experiencia, 60.000 dólares y “los directores andan en $100.000”. Se trata de sueldos bajos. Aunque si los comparamos con los 14 mil pesos que cobra al mes un docente que se inicia en la provincia de Buenos Aires, un ingreso de 40.000 dólares al año para un docente que se inicia implica cobrar más de 115.000 pesos mensuales. Y una directora de escuela gana casi 300.000 pesos por mes, en su equivalente en dólares (U$S 100 mil al año). Muestra lo lejos que estamos de los salarios de los principales países del G20, más allá de tratarse de sueldos que implican ingresos bajos para el llamado Primer Mundo.
Es en ese marco que Mónica García, presidenta de la Junta Directiva del LAUSD, defendió la oferta del 6% y agregó: “Reconocemos que cada maestro se sacrifica por el bien de los jóvenes que merecen mucho más, pero tenemos que ser responsables con el dinero…”. Esto nos suena conocido. Ya que es la misma frase que nos dicen gobernadoras como María Eugenia Vidal, el presidente Mauricio Macri y cualquier gobernador de provincia. O lo que nos decían Damiel Scioli cuando era gobernador bonaerense y Cristina Kirchner que cerraba paritarias nacionales a la baja y por decreto, en medio de fuertes paros docentes.
Una de las justificaciones que da el Superintendente Beutner para negarse a mejorar la oferta es la falta de presupuesto que tendría el distrito, sin embargo, los docentes alegan que el LAUSD tiene 1,9 mil millones de dólares en reservas irrestrictas de 2018-19 que pueden destinarse a satisfacer y solucionar las demandas y el contrato de la docencia.
Es en este marco de conflicto que UTLA anunció ese día, 7 de enero, que se volverían a reunir el lunes 14 con los negociadores del distrito. A la vez que convocaron al paro para el jueves 10, antes de esa próxima reunión. Pero finalmente la dirigencia de UTLA definió pasar al lunes 14 como día de inicio de la primera huelga docente en el LAUSD desde 1989.
El cambio y demora en la fecha inicial del paro respondía a que el distrito impugnó en el tribunal la fecha de inicio original, alegando que el sindicato no habría dado una notificación de 10 días, como exige la ley estatal. El gremio apeló y finalmente obtuvo luz verde. La audiencia ante el pedido de restricción temporal de la huelga se realizó el jueves por la mañana en el Tribunal Superior del Condado de Los Ángeles, donde la juez Mary H. Strobel falló a favor de la docencia.
La docencia no solo reclama salario, defienden la escuela pública
“Los maestros saben lo que está en juego y están listos para tomar acción, conectando con las rebeliones nacionales de maestros para luchar por la educación pública”, afirman desde el sindicato. En Los Ángeles, esta medida de presión “histórica” busca mejoras salariales, pero no es lo único que reclaman. Hay otras necesidades tan importantes como tener clases con menos estudiantes (las aulas se pueblan con 40 a 50 estudiantes por clase); así como contar con más enfermeras, psicólogos y bibliotecarios de forma permanente en las escuelas; menos exámenes estandarizados que tienden a la privatización y más enseñanza; mejora del sistema de seguridad escolar y ponerle fin a la privatización de escuelas. Esto junto a otras demandas como la cobertura en salud a la totalidad de trabajadores escolares, no solo a quienes están en el ítem maestro. Reclamos con un mismo hilo conductor, la necesidad de un mayor presupuesto para educación que el gobierno niega.
Aunque también buscan resolver problemas mas profundos al apuntar a la destitución del Superintendente Beutner, a quien consideran inapropiado para regir los destinos del segundo distrito escolar más grande del país. “Beutner no tiene nada que ver con la educación”, declaró Tomás Flores, presidente del Comité Educativo Bilingüe, en la Junta Directiva para el Área Central de UTLA. “Queremos en ese puesto a un maestro…”. Porque el conflicto de fondo es en defensa de la propia educación pública.
Efectivamente, Austin Beutner es bastante rico, ex banquero de inversiones y hombre de negocios. Fue CEO y editor de The Los Angeles Times y The San Diego Union-Tribune. Su formación es en los negocios y política pública, no tiene ninguna experiencia en educación ni formación académica. Fue elegido por un sector defensor de las escuelas chárter, con la misión de ajustar las cuentas del distrito.
Por eso hoy el plan del Superintendente Beutner es dividir el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles en 32 “carteras” más pequeñas, con escuelas públicas que pasarían al estatus de escuela “concertada”, lo que implicaría ir a un sistema mixto, previo a la privatización, nada menos que en el segundo distrito escolar más grande del país. Con un complejidad extra, que radica en la negativa del gobierno a equiparar el límite de estudiantes por clase, entre escuelas privadas y públicas o concertadas. En muchos contratos de escuelas privadas, el máximo de estudiantes es 24; mientras el gobierno pretende que cada clase en las escuelas públicas no tenga menos de 40 estudiantes. Así mismo, esta posibilidad de recorte que ve el gobierno, permitió despidos masivos de docentes, no siendo necesarios ante clases más pobladas, al unificarse a varias en una sola.
Una lucha con muchísimo apoyo popular
Esta pelea en defensa de la escuela pública cuenta con una simpatía enorme y apoyo de la comunidad en su conjunto. Este también es un cambio fundamental. En otros momentos era imposible pensar en la huelga como medida sindical, puesto que era repudiada por la sociedad y se veía como un día de clase “perdido”. Un grave problema para las familias que no conciben otra instancia para ubicar a niñes que deben asistir a la escuela. Esto hoy se ha revertido en gran parte.
En ese sentido, y después de los logros que en el proceso del año anterior han obtenido, el sector docente de los Estados Unidos, encabezado en estos momentos por Los Ángeles, también profundizará su lucha con un gran apoyo de docentes de otros lugares y distritos; pero también con un gran apoyo de familias, y estudiantes. Con grandes manifestaciones encabezadas por padres y familias latinas que entienden muy bien el valor de la educación pública, y que no la entregarán fácilmente, aún en la tierra del Tío Sam.
Ante esta enorme fuerza de lucha, las autoridades que pretenden avanzar en su plan de ajuste y privatización, intentan ganar el conflicto ante la justicia, pidiendo la declaración de la huelga como ilegal. Ven que ya no están fuertes sus argumentos en la sociedad, por lo que pretenden ir por otros caminos en la resolución del conflicto. Como es intentar ganarlo judicialmente, empleando a costosos abogados antisindicales. También pretenden usar la figura del sustituto docente, mejor remunerados que el suplente afiliado, además de ubicar y supervisar a estudiantes en grandes espacios y hasta apelar a la instrucción en línea para seguir prestando educación.
Como detalladamente describe el diario Los Ángeles Times en su edición en español del 7 de enero, en el mes de octubre de 2018 «la Junta de Educación de Los Ángeles autorizó $ 3 millones de dólares para contratar a miles de sustitutos externos, incluyendo maestros, ayudantes del campus, asistentes de educación especial, enfermeras y ayudantes de maestros para reemplazar a los miembros ausentes del sindicato». Y agrega que «el distrito comenzó a buscar en septiembre compañías que pudieran proporcionar empleados que no fueran del LAUSD para trabajar en tales puestos. Y se firmaron contratos con al menos cinco agencias. Los contratos con agencias, incluyendo la Red de Maestros Suplentes y Maxim Healthcare Services Inc. permiten la entrada de más de 4.400 suplentes…».
También da cuenta que apelarán a «padres voluntarios», un listado usado mucho en otra época, y que ahora solo se usa ante emergencias climáticas o sociales. Personas de la comunidad que se anotan para sustituir, ante falta de docentes, a los mismos en las escuelas. El gobierno está haciendo propaganda para que se anoten más personas en ese listado y para que tomen esa responsabilidad. Esto, ante la negativa de muchos padres de ser sustitutos, aún estando en esa lista.
Los directores de escuela fueron animados en el otoño (octubre, noviembre) a hacer reuniones y solicitar la ayuda de padres durante una huelga. El distrito se prepara también para hacer más fácil el voluntariado en una escuela. Lo que permitiría ofrecerse sin la revisión de antecedentes que regularmente exige el Departamento de Justicia del Estado. Los directores podrían “recoger estos formularios acelerados y verificar los nombres de los padres para asegurarse de que no sean delincuentes sexuales registrados…”.
Entre los «documentos de planificación de huelga» referidos a la «continuidad del aprendizaje» durante un paro y que fueron difundidos por las autoridades, se le pidió a cada director de escuela que llenara una «Hoja de Trabajo de Paro», donde deben enumerar la cantidad de espacios grandes, como gimnasios, auditorios, salones multiusos y cafeterías, y cuántos estudiantes tendría cada espacio.
A su vez, cualquier empleado del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles que no sea miembro de la UTLA debería tener que presentarse a trabajar durante una huelga docente. Pero los trabajadores de los otros 5 sindicatos de empleados del LAUSD no se muestran muy a favor de «cruzar las líneas de la huelga».
Los únicos integrantes no docentes de sindicatos que no podrán participar en una huelga de solidaridad son los policías escolares, porque legalmente tienen prohibido hacerlo. Es por eso que las autoridades ya anunciaron que un oficial del Departamento de Policía Escolar de Los Ángeles estará en cada secundaria y preparatoria, y que 2 oficiales de policía de la ciudad estarán en cada primaria. Sin embargo los agentes ya adelantaron que «no vamos a hacer cumplir las leyes del ausentismo escolar», refiriéndose a la ley que exige que estudiantes asistan a la escuela a menos que tengan una razón válida. Y esto es así pese a que las autoridades del distrito ratificaran que «la huelga no califica como razón…».
Como vemos, se trata de una importante batería de recursos que el gobierno pretende usar contra la huelga, ante una pelea con final abierto, pero que aparece con una gran perspectiva hacia la docencia y la escuela pública.
Es emocionante ver las innumerables actividades de madres y familias acompañando a docentes de sus escuelas en la organización y preparativos del paro. Participando en las distintas conferencias de prensa, incluso luego de las reuniones de negociación o al explicar el cambio de fecha en el día de la huelga. Madres abogadas en defensa de los derechos de jóvenes estudiantes. Haciendo pancartas y carteles, repartiendo folletos, asistiendo a las convocatorias, marchas y concentraciones y asegurando que ellas, sus familias y estudiantes, “no cruzarán la línea de huelga”. El paro es un acontecimiento que conmueve de arriba a abajo a la sociedad, sus organizaciones e instituciones.
Una rebelión que se da con mucho debate
El embate judicial del gobierno provocó que el sindicato modificara lo previamente anunciado y definieran pasar el día de la huelga para el 14 de enero. Ante esta actitud, el superintendente del LAUSD ni siquiera se molestó en presentarse a las negociaciones mantenidas el día miércoles. Sin embargo, sus funcionarios dejaron en claro que cambiarían su oferta de un pequeño aumento salarial del 2% en cada año, supeditado a los recortes en el seguro médico de los nuevos maestros y no abordarían seriamente la escasez crónica de enfermeras, bibliotecaries y otro personal. Sí dejaron en claro que avanzarían con la idea de pasar escuelas a “concertadas” y que la docencia deberá acordar con el número de 40 estudiantes por clases como un piso, a fin de lograr bajar los costos.
Por eso entre las familias y los propios docentes hubo dudas de la efectividad de la medida al cambiar de día el paro, tras la denuncia de ilegalidad de las autoridades. Muchos sostenían que debía mantenerse el mismo día 10. La página de Facebook de la UTLA está llena de comentarios de docentes y padres enojados por el continuo estancamiento. Muchos dijeron que la nueva fecha era un signo de debilidad, mientras otros se quejaban de que la decisión del sindicato los había dejado confundidos y no sabían lo que estaba sucediendo.
Hay un sector muy crítico del sindicato, ya que dicen que el mismo estaría retrasando la huelga. Y que apelaron a las razones legales cuando los tribunales ni siquiera habían dictaminado sobre la huelga. La realidad es que la docencia quiere ir al paro, no quiere aceptar la propuesta del gobierno y tienen el apoyo de madres, padres, familias y estudiantes en su gran mayoría.
Desde aquí y más allá del día, ya es un hecho político de enorme magnitud la masividad con la que se avecina el paro del 14, una medida que sería la mayor huelga de educadores en los Estados Unidos desde las grandes rebeliones docentes del año 2018 en West Virginia, Oklahoma y Arizona, siendo el inicio de un plan de lucha que continuaría. Una medida que ya hace historia.
Bipartidismo del ajuste salarial y educativo
Para muchos docentes críticos, la conducción de la UTLA estaría tratando de hacer lo posible para evitar la huelga en el segundo distrito escolar más grande de la nación. El que podría estallar rápidamente en una huelga estatal que desafiaría a los aliados del sindicato en el Partido Demócrata, quienes controlan todo el gobierno estatal. Los demócratas han llevado a cabo recortes presupuestarios por décadas, mientras entregaban miles de millones en recortes de impuestos a los ricos, haciendo pasar al Estado de ser uno de los mejores en la nación en financiamiento escolar, al puesto 43 de los 50 Estados de la Unión.
Una realidad que muestra también que el bipartidismo es una farsa en términos concretos para el pueblo y para derechos tan elementales como el acceso a la educación pública y el reconocimiento de sus trabajadores. Muestra una vez más que, para ajustar, los gobiernos Demócratas acuerdan con el partido gobernante a nivel nacional, los Republicanos presididos por Trump. Hoy gobierna la región de California el gobernador Gavin Newsom, perteneciente al partido demócrata. Fue ex gobernador de su predecesor, Jerry Brown, quien gobernó California desde enero del 2011, responsable de los mayores ajustes en educación. Mientras que otro demócrata, es el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti.
Esto también deja en claro un problema mundial en cuanto a los espacios sindicales: no es momento de tibiezas, ante medidas de ajuste tan brutales y que pretenden llevarse puesta a la educación pública y a la docencia, no hay otra respuesta que medidas sindicales que estén a la altura y radicalicen la lucha del sector, en unidad con el pueblo trabajador. Ese es el reclamo social en el distrito y será muy importante que la UTLA pueda responder a esta necesidad. Si bien el cambio de fecha en sí mismo, no implica necesariamente una declinación a la lucha, el lunes 14 será un día clave para pasar la prueba. Vaya toda nuestra solidaridad internacional y de clase, junto al empeño, difusión y contribución que consideren posible y necesaria, al servicio de alcanzar ese desafío.
Todo el apoyo para que triunfen
Como venimos afirmando, aplicable en el mundo, a nuestro país y a los Estados Unidos en el marco de esta polarización, la radicalización social y política que provocan cada una de las medidas de los gobiernos del sistema, de los Trump, Macri, Bolsonaro, junto a los gobernadores y funcionarios cómplices al aplicar sus planes de ajuste y privatización, continuará. Y en sentido opuesto crecerán las luchas y enfrentamientos, por lo que los gremios y centrales sindicales deberán dar respuesta a este nivel de radicalización, si no quieren correr el riesgo de ser desbordados, o de terminar defeccionando en la propia disputa. El final está abierto. Y es un gran desafío lograr organizar a luchadores y activistas que están dispuestos a dar la lucha hasta el final. Es posible y necesario jugarse a fondo para lograrlo, porque de hacerlo se podrá salir más fortalecidos y mejor parados para presionar hasta el final por cada reclamo.
Por eso desde Alternativa Docente, ANCLA Agrupación Nacional Clasista Antiburocrática, MST y Anticapitalistas en Red, acompañamos esa pelea y nos solidarizamos con el reclamo de las, los y les docentes de Los Ángeles, organizados en UTLA. Y hacemos un llamado a la docencia argentina, de Latinoamérica y el mundo a acercar muestras de solidaridad con su lucha. ¡Arriba la lucha docente en Los Ángeles, EE.UU.! Vaya nuestro más fuerte apoyo y campaña solidaria desde Argentina.
Saludamos también a compañeres de la ISO (Organización Internacional Socialista) y a toda la docencia del distrito de Los Ángeles en general y su comunidad que apoya y acompaña. ¡Su lucha es nuestra lucha!
Andrea Lanzette, Comisión Directiva CTA Autónoma de Lanús, Congresal de SUTEBA, gremio docente de la provincia de Buenos Aires y Francisco Torres, Secretario Gremial de la Federación Nacional Docente, FND-CTA Autónoma.
Integrantes de Alternativa Docente, ANCLA Agrupación Nacional Clasista Antiburocrática / MST – Anticapitalistas en Red