Crisis Brexit-Unión Europea: Imperialismo decadente

El bloque de la “troika” explotadora se encuentra sumergido en la incertidumbre. Hay un tercer camino, alternativo a “europeístas” y “euroescépticos”.

El martes 14 de enero será una fecha muy recordada para la primera ministra Theresa May ya que ha sufrido una estrepitosa derrota parlamentaria en la votación por el acuerdo del Brexit que había alcanzado con la UE: con 432 votos en contra y 202 a favor.

Aunque fue el debate de una derrota anunciada, May intentó desesperadamente torcer ese rumbo. Argumentó que un nuevo referéndum quebraría la confianza en la democracia; que una renegociación con la UE sería imposible y que la realización de elecciones generales solo generaría más problemas.

Por su parte Jeremy Corbyn defendió el voto en contra del Partido Laborista y reclamó el adelanto electoral. “Los ciudadanos necesitan recuperar el control de la situación y unas nuevas elecciones les permitirán elegir nuevos diputados, nuevo Gobierno y un nuevo mandato para volver a negociar el acuerdo con la UE”.

El apabullante rechazo del Parlamento profundiza la crisis en Gran Bretaña y en la Unión Europea, expresando la decadencia imperialista y una perspectiva repleta de incógnitas ya que el Brexit está previsto para el 29 de marzo, llamado Día D. 1

 Capítulo II: moción de censura

El resultado dejó herida de muerte a la primera ministra de cara a la moción de censura presentada por Corbyn. Sin embargo, en esta ocasión los votos la favorecieron 325 votos a 306. No es una gran diferencia, pero se aferra de ella para no renunciar a su cargo.

Superó la moción porque sus socios ultraconservadores le respondieron favorablemente y la oposición (Labour, liberales, nacionalistas escoceses y galeses, el único diputado Verde) quieren evitar la realización de elecciones con resultado incierto.

La crisis se debe a que hay un plan rechazado y no existe uno alternativo con apoyo mayoritario. Mientras tanto, May encabeza un gobierno del Partido Tory muy débil, de muertos vivos y las exigencias de la UE por una definición se transforman en un eco en el vacío.

Mar turbulento, sin balizamiento ni faro

Luego de la votación, públicamente, todos mantienen sus posiciones, aunque entre bambalinas circulan posibles contrapartidas a ofrecer.

May sostiene los límites de su postura que llama “líneas rojas”: “control de las fronteras, las leyes y el dinero, no al mercado único y a la unión aduanera, capacidad para que el Reino Unido firme sus propios tratados comerciales, no a la extensión del plazo de negociación, no a un segundo referéndum y no a la exigencia al gobierno británico para que descarte de antemano la posibilidad de una salida sin acuerdo”. También conversa alternativas con distintos sectores, incluso con euroescépticos de su propio partido. Se ha comprometido a presentar una nueva hoja de ruta el próximo lunes, nadie sabe en qué consiste.

Corbyn no está dialogando con May, pero un sector de sus diputados sí lo hace. El líder de la oposición declaró: “Con la posibilidad de un Brexit sin acuerdo sobre la mesa, la primera ministra de dispone a emprender conversaciones falsas con el propósito de que el reloj avance, y poder así chantajear a los diputados para que respalden su acuerdo chapucero en una segunda votación, y amenazar así a todo el país con el caos que supondría un Brexit a las bravas.”

Por su lado la UE es consciente que peligra la unidad mantenida por sus integrantes durante casi dos años de negociación con Londres. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, han advertido sobre la urgencia para que Gran Bretaña presente su Plan B, sugiriendo incluso la cancelación definitiva del Brexit. «Si el acuerdo es imposible y nadie quiere salir sin acuerdo, ¿quién tendrá finalmente el valor de decir cuál es la única solución que es posible?».

Existen distintos enfoques de los países sobre qué hacer, están influenciados por los lazos económicos y políticos que los respectivos países sostienen con Gran Bretaña. Lo cierto, es que la UE entró en mar de fondo, sin balizamiento ni faro a la vista. Sea cual sea la definición, el bloque imperialista sigue expresando sus limitaciones e incongruencias.

Otro rumbo

Amplios sectores de los trabajadores y el pueblo votaron a favor del Brexit, hartos de los ajustes y atropellos de la UE 2. La indispensable salida de la a UE no debe implicar que el costo lo paguen los de abajo, ya pagaron de sobra en el bloque. Es un despropósito pagar indemnizaciones o aceptar imposiciones por haber decidido democráticamente en una votación ¡Ni un céntimo para la UE! Es la troika la que está en deuda con el pueblo trabajador.

Por otro lado, May ha dejado expuesto su fracaso no debe seguir gobernando, ya ha demostrado su fracaso y aún puede empeorar. ¡Que se vaya ya mismo! Corbyn plantea que May debe renunciar y que se debe convocar a elecciones generales, algo que no se puede descartar.

Sin embargo, la crisis, la necesidad de un debate y una decisión más generalizada sobre el rumbo a adoptar, excede la elección de un nuevo líder. Hay que avanzar hacia una reorganización social, política y económica en la que el pueblo debata y decida sobre todos los temas.

Algunos de los puntos centrales a definir deberían ser: nacionalización de la banca y el comercio exterior, control obrero de la producción y comercialización que permita satisfacer las necesidades populares, garantía de libertades democráticas plenas y unidad internacionalista con los trabajadores y los pueblos del mundo, en primer lugar, de Europa.

Tanto para las tareas inmediatas como para las transicionales, lo fundamental es que irrumpa otro protagonista: la clase trabajadora europea, movilizada para imponer otras condiciones para las grandes mayorías.

El bloque imperialista está dominado por la “troika” que integran la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. Fue forjado para favorecer a las grandes potencias, los banqueros y financistas, para explotar a la clase trabajadora y oprimir a sus pueblos sobre la base de ajustes brutales, liquidación del Estado de Bienestar y la pérdida de conquistas sociales.

Nosotros estamos por una Libre Federación de Repúblicas Europeas, en las que gobiernen los trabajadores y el pueblo con regímenes democráticos y economías socialistas. Esta posición nos separa tajantemente de “euroescépticos” y “europeístas” cuyas diferencias tácticas se limitan a cómo aplicar medidas eficaces para sostener el capitalismo, someter al pueblo trabajador, a los jóvenes, a los pensionados, a los inmigrantes y a las mujeres.

Lamentablemente, la bronca de los pueblos con las políticas de Bruselas no está siendo capitalizada por sectores de izquierda o centroizquierda que abandonaron la lucha contra el bloque, el ejemplo más claro es la traición de SYRIZA en Grecia. Este tipo de defecciones les facilita el camino a expresiones de derecha y ultraderecha con programas reaccionarios. En definitiva, en la necesaria construcción de alternativas políticas anticapitalistas, revolucionarias y socialistas.

Manel Lecha

https://www.lavanguardia.com/internacional/20181217/453589817780/diccionario-brexit-salida-gran-bretana-union-europea.html

https://mst.org.ar/2017/04/03/crisis-en-imperio-britanico-union-europea/