En Nicaragua actualmente se contabilizan 767 personas que han sido arrestadas por participar en la rebelión contra el régimen Ortega-Murillo, según indica un listado preliminar elaborado por el Comité Pro Libertad de Presas y Presos Políticos. En este caso, los testimonios de los familiares coinciden que la principal característica de estas detenciones es el método del secuestro por parte de la policía o grupos paramilitares, tanto en lugares públicos como en domicilios y sitios de trabajo. En ningún momento se presenta orden de captura, ni se respetan los derechos de las personas detenidas. Se dieron muchos casos –principalmente entre Junio y Julio- de gente que estuvo en centros clandestinos de detención en diferentes puntos del país. Hasta la fecha hay 141 personas que se reportaron como detenidas pero nunca se supo su ubicación. Los familiares de las víctimas han recorrido todo el sistema penitenciario buscándolos pero nadie parece saber dónde están.
Presas políticas acusadas de poseer bombas químicas y nucleares.
Por otro lado, el discurso oficial niega la existencia de los prisioneros políticos. Desde abril hasta la fecha el secuestro masivo de militantes y activistas ha sido brutal. Las cárceles están llenas de estudiantes y periodistas, de mujeres valientes y luchonas, de obreros y trabajadores que estuvieron en las calles exigiendo la renuncia de la pareja presidencial y el cese a la represión contra el pueblo nicaragüense. El régimen se mantiene en la ilegalidad. En este sentido se observan varios patrones de conducta, principalmente en los procesos de judicialización. Las personas detenidas son sustraídas de su localidad y trasladadas a Managua, la capital. Tal es el caso de Brandon Lovo y Glenn Slate, originarios de Bluefields, Región Autónoma Costa Caribe Sur; y presos políticos en “S.P.N La Modelo 16” de Tipitapa, Managua.
Otra característica de la irregularidad del proceso es que las audiencias preliminares se realizan prácticamente a puertas cerradas y se violenta el derecho a tener un juicio público. También hay casos de personas que tienen orden de libertad pero continúan detenidas de manera arbitraria. De igual manera se violentan los derechos de los presos políticos al no cumplirse los traslados por atención médica o psicológica de urgencia. Existen muchas personas detenidas que padecen enfermedades crónicas, como el caso de Brenda Muñoz que tiene una enfermedad poliquística en el hígado y el riñón. O personas como Max Francisco Cruz, habitante de la isla de Ometepe, que fue herido durante su secuestro y permanece en la cárcel con una infección grave. Muchas de las personas en condición de prisioneros políticos han presentado cuadros de hipertensión, epilepsia y convulsiones producto de la cantidad de golpes y lesiones que reciben por parte de los oficiales de la policía orteguista.
Relato de las detenidas sobre las torturas sufridas en la cárcel
Al régimen no le basta con la tortura física y psicológica sino que también se mete con los familiares de los prisioneros políticos. Hay varios reportes de hostigamiento permanente e incluso detenciones a los familiares de las víctimas de la represión. Por ejemplo el caso de Ruth Matute, originaria de Masaya, que fue secuestrada el 7 de Octubre cuando iba a dejar comida a su esposo que estaba preso en la estación de policía. También se tiene conocimiento de que más de 50 presos llevan meses en aislamiento, sin poder ver la luz del día y en condiciones insalubres. Asimismo, se han reportado brutales golpizas dirigidas a los prisioneros políticos. Solo en la cárcel “La Modelo” se tiene conocimiento de ataques durante el 7 y 31 de Diciembre. Y en la cárcel de mujeres “La Esperanza” las compañeras han denunciado el hostigamiento constante y el uso de la violencia física por parte de las fuerzas policiales hasta tal punto que las golpizas han provocado abortos forzados como son los casos de Alejandra Castillo, y Elsa Valle, dos estudiantes universitarias que se encontraban embarazadas al momento de ser detenidas. Ambas tienen la edad de 19 años.
Testimonios durante la visita de los eurodiputados
Una comisión de parlamentarios europeos visitó Nicaragua a finales de Enero con el objetivo de recopilar información sobre la situación actual y analizar el estado de la democracia en el país. Este grupo de diplomáticos, conformado por 11 miembros de 6 grupos del Parlamento Europeo, logró entrar a las cárceles y confirmar lo que ya sabíamos por medio de los familiares de todos los prisioneros políticos de Nicaragua: las condiciones en que están nuestros compañeros y compañeras son totalmente repudiables e inhumanas. La diputada socialista Ana Gomez publicó en su cuenta de Twitter una serie de videos de su visita a las cárceles de Nicaragua. En uno de los primeros videos se puede ver a Karla Vanegas Gutiérrez y Cindy María Castillo González explicando que han renunciado a recibir visitas de sus hijos para garantizarles seguridad. “Mi mamá los cuida, yo no les hablo, no los miro y no tengo ninguna comunicación con ellos desde hace tres meses”, dice Vanegas con la voz entrecortada en el video.
En otro video se observa a Irlanda Jerez mostrando los moretones que le dejan las golpizas por parte del cuerpo policial. Se la mira fuerte y acuerpada por sus compañeras de celda, quienes en acto de protesta decidieron grabar un video cantando el himno de Nicaragua. También salieron imágenes de Amaya Coppens denunciando que a ninguna de las prisioneras políticas de la cárcel de mujeres “La Esperanza” le han permitido ver a su abogado o defensor. Estas son solo algunas de las miles de irregularidades que enfrentan a diario nuestros compañeros y compañeras en las cárceles nicaragüenses.
Los eurodiputados también compartieron un testimonio de Miguel Mora, director de 100% Noticias, quien permanece preso en una celda de máxima seguridad sin poder ver la luz del sol. Mora aprovechó para mandar un mensaje de aliento a sus compañeros periodistas en el exilio y al pueblo nicaragüense en rebelión.
Con las dictaduras no se dialoga
Al final de su visita los parlamentarios europeos dieron una conferencia de prensa donde instaban al diálogo entre el gobierno y la sociedad nicaragüense “para la pronta resolución del conflicto”. En cuanto a lo planteado en esa conferencia, estamos de acuerdo en que los problemas de Nicaragua solo pueden ser resueltos por el pueblo nicaragüense sin intervención extranjera. Sin embargo, diferimos en su visión de un posible “Diálogo Nacional” o “Proceso de Negociación” con la dictadura Ortega-Murillo. Es muy fácil plantear la política del diálogo cuando se piensa desde afuera. Si no preguntémosle a cualquier familiar o cercano a una víctima de la represión si estarían dispuestos a sentarse en una mesa de negociación con quien mandó a matar a su ser querido… ¿lo harían ustedes, señores eurodiputados? No. Entonces es necesario plantear una condición innegociable: no se dialoga con la dictadura. Ya aprendimos de la amarga experiencia en el diálogo nacional durante Mayo-Junio. El régimen en Nicaragua no está dispuesto a cambiar, ni a reformarse, hay que destruirlo todo de raíz.
Solo el pueblo nicaragüense tiene la salida a esta crisis, por medio de una Asamblea Constituyente libre y soberana, sin la dictadura y sin presos políticos. Exigimos la libertad inmediata de todos los presos políticos así como también la conformación de una Comisión Investigadora Independiente integrada por las organizaciones de familiares y las personas que pusieron el cuerpo en la resistencia contra la dictadura. Y por “dictadura” es necesario entender el amplio espectro del régimen; la dictadura económica, la dictadura política, la dictadura militar, y todos los demás poderes que en conjunto se han tomado Nicaragua por asalto durante todos estos años. Los prisioneros políticos nos demuestran su valentía y convicción para el cambio; desde la cárcel acusan a la dictadura y llaman a la sociedad nicaragüense a no dialogar con los asesinos del pueblo.
Tito Castillo