El domingo 26 de mayo el ejército pakistaní reprimió con balas de plomo una manifestación de la etnia pashtun en la frontera con Afganistán, a la que fueron a apoyar los diputados Ali Wazir y Mohsin Dawar del Movimiento de Defensa Pashtun (PMT). El resultado de la brutal agresión fue de 13 manifestantes muertos, 30 heridos, la detención de los dos dirigentes y varios activistas. El MST y la LIS impulsan la campaña internacional por su liberación inmediata.
Pakistán es un país de Asia Central que cuenta con 200 millones de habitantes, ubicado en una zona estratégica bisagra entre Asia del Sur y Medio Oriente, convulsionada por la agresión imperialista yanqui y las disputas entre las potencias de la región. Su población, de religión mayoritariamente musulmana, está formada por distintas etnias que se extienden más allá de sus fronteras. Éstas fueron delimitadas artificialmente cuando logró la independencia del imperio británico en 1947 junto a su rival regional, la India, con la que tiene fuertes choques por la región de Cachemira.
Cuando la ex URSS invadió Afganistán en 1979, su dirigencia política, sobre la que tiene un peso fundamental el ejército, hizo un acuerdo con EEUU y su territorio fue base de organización de la insurgencia muyahidín que terminó por expulsar a los soviéticos, oportunidad en la que forjó fuertes lazos con los talibanes afganos. Luego del ataque a las torres gemelas el 11S de 2001, los yanquis exigieron que Pakistán fuera parte de la represión a los talibanes afganos que la invasión imperialista desalojó del poder en el limítrofe Afganistán.
La lealtad hacia EEUU de la dirigencia pakistaní fue a medias ya que nunca terminaron de romper lazos con sus aliados talibanes (1), a los que el ejército pakistaní permitió refugiarse con miles de milicianos en la zona fronteriza de Waziristán. Esta zona está poblada por la etnia pashtun (2), que es la segunda etnia en importancia en el país, la que durante muchos años tuvo que soportar la tiranía de los talibanes de Al Qaeda que actuaban en forma brutal contra las comunidades que se le oponían. Por ejemplo, trece de los parientes de Ali Wazir, entre ellos su padre y su hermano, fueron asesinados en una de las masacres producidas durante la ocupación talibana.
Ahora que la región ha vuelto al control del ejército pakistaní, la población local, que ha sido victima de los conflictos armados contra la presencia talibán, debe soportar la prepotencia militar en una región en la que hasta el 2018, cerca de 5 millones de pakistaníes vivían en lo que se llamaba Área Tribal Administrada por el Gobierno (FATA), zonas que no tenían derecho a elegir sus propias autoridades locales. Esta opresión a una etnia importante es la que dio origen y masividad al Movimiento de Defensa Pashtun (PMT), dos de cuyos líderes el trotskista Ali Wazir (3) y Mohsin Dawar, fueron electos diputados a la Asamblea Nacional por Waziristán del Sur y Waziristán del Norte, respectivamente.
Como informa Asian Marxist Review en su llamamiento internacional para exigir la libertad de Ali Wazir: “El PTM exige el fin de las operaciones militares en la región fronteriza con Afganistán. Esta región está habitada por pastores étnicos. Sus demandas los han puesto en conflicto con los poderosos militares del país. Durante los últimos dos meses, el portavoz militar ha estado pasando amenazas al PTM. Además, los medios de comunicación fueron informados públicamente por los militares para que no dieran ninguna cobertura al PTM.” Y no solo no han dado cobertura, sino que son parte de una campaña que sindica a los diputados y activistas detenidos como “terroristas” violentos enemigos del país.
Las luchas contra el ajuste del FMI
Pakistán es un país que tiene un régimen de gobierno, en el que bajo formas parlamentarias tiene un fuerte peso de la institución militar. Está gobernado por el Partido de la Justicia (PTI) que ganó sorpresivamente las elecciones del 2013 y llevó a su líder, hoy primer ministro, Imran Khan, un ex jugador de cricket internacional, a la presidencia.(4) Este deportista venció a la Liga Musulmana de Nawaz Sharif, luego de que este ex primer ministro fuera condenado por corrupción por su participación en el affaire de los “Panamá papers”, con lo cual, se quebró la alternancia entre esta formación y el Partido Popular dirigido por el clan Bhutto.
Las peleas de la población pashtun por sus derechos democráticos se enmarcan dentro de un cuadro en el que, como nos indican los compañeros de La Lucha, se avecinan procesos de “resistencia, movimiento, protestas” como respuesta del pueblo pakistaní a la entrada del país a un “programa del FMI” que “en las próximas semanas y meses” traerán “privatizaciones masivas, subidas de precios, inflación y reformas en la economía que afectarán a millones de trabajadores y jóvenes”.(5)
Y esta crisis se desarrolla en “uno de los países más desiguales del mundo. Sólo 22 familias controlan el 66% de los activos industriales de Pakistán y el 20% más rico consume siete veces más que el 20% más pobre. Nombres como Khan y Sharif significan ‘gobernante’ o ‘noble’” y “el 45% de todos los titulares de un cargo en Pakistán son originarios de una de estas familias ‘dinastías’”. En el que la participación de los jóvenes en educación superior es muy baja, un 44% de los niños menores de cinco años tienen moderada o severa atrofia y la mayoría no tiene acceso al agua corriente o sanitarios conectados al alcantarillado.(6)
La campaña por la libertad de Ali Wazir, Mohsin Dawar y todos los presos políticos
Ali Wazir fue detenido junto a otros activistas en la protesta del 26 de mayo cuando estaba asistiendo a un herido. En una acción ilegal, ya que posee fueros parlamentarios, fue remitido al “Departamento de Lucha contra el Terrorismo”, repartición en la que fue torturado. Duramente golpeado, ha sido privado de atención médica y medicinas para sus padecimientos crónicos de diabetes e hipertensión. Mohsin Dawar se encuentra igualmente detenido luego varios días en que se encontraba perseguido y con orden de captura.
La brutal persecución del gobierno de Imran Khan ha llegado a reprimir movilizaciones pacíficas, a inhabilitar los celulares de la región que se encuentra bajo un régimen de excepción y desconoce el reclamo de la oposición parlamentaria que exige la liberación de los detenidos.
Desde la Liga Internacional Socialista (LIS), de la cual es parte el MST, llamamos a realizar una gran campaña, firmando el petitorio, sacándose fotos de apoyo, realizando acciones frente a la embajada pakistaní y todas las que sean necesarias, por:
- La liberación inmediata de los diputados Ali Wazir y Mohsin Dawar.
- Juicio y castigo a los que cometieron la masacre y los que la ordenaron.
- Juicio y castigo a los que torturan a Ali Wazir y otros detenidos en el Centro Contra el Terrorismo.
- Eliminación del toque de queda en la región. Fin de las políticas opresivas contra el pueblo pashtun.
- Fin a la difamación “terrorista” para las minorías que exigen sus derechos.
Gustavo Giménez
1-Trump ha sancionado a Pakistán eliminando una asistencia por 2.000 millones de dólares por la negativa de este país a desterrar los “santuarios” talibanes. En el pasado Pakistán fue beneficiado con la asistencia de 11.000 millones de dólares para combatir a los talibanes. Dinero que utilizó en cambio para rearmarse en su conflicto contra la India.
2-Los pashtunes viven en los territorios limítrofes con Afganistán. Según datos del diario El País de España del 24/11/07, 27 millones viven en territorio pakistaní y otros 12 lo hacen en Afganistán.
3-Ali Warzin pertenece a la organización La Lucha, el partido trotskista más importante de Pakistán, que recientemente ha enviado un saludo a la reunión fundadora de la LIS manifestando su predisposición para participar en este proyecto político de organización revolucionaria internacional.
4-El actual presidente del país es Alif Alvi del Partido de la Justicia (PTI). ungido presidente el 3 de septiembre de 2018 luego de unas elecciones fraudulentas.
5-Saludo de La Lucha a la reunión constitutiva de la LIS en Barcelona (mayo de 2019)
6-Cita y datos del artículo “Pakistán: algo más que el cricket” de Michael Roberts, publicado por Sin Permiso el 26/07/2018