Turquía: la lucha del pueblo kurdo

Entrevista con V.U. Arslan, Partido Socialista de los Trabajadores (SEP)

La cuestión kurda tiene una larga historia de 150 años. Kurdistán era un territorio del Imperio Otomano. Siguiendo a los armenios y a los pueblos de los Balcanes, el movimiento nacional kurdo surgió dentro del Imperio Otomano. El destino de los kurdos y todo el Medio Oriente se determinó al final de la Primera Guerra Mundial. Al final de esta guerra, Kurdistán se dividió en cuatro partes: Turquía, Irán, Irak y Siria. La parte dentro de las fronteras de Turquía, Kurdistán del Norte, es la parte más grande y poblada.

Cuando se estableció la República Turca en 1923, se declaró un Estado basado en un solo grupo étnico y se ignoró la existencia de los kurdos. Sin embargo, en la guerra nacional contra Grecia, se hicieron promesas de autonomía a los líderes kurdos, y se libró una lucha conjunta contra la ocupación. Sin embargo, después de la victoria militar bajo el liderazgo de Mustafa Kemal, la realidad fue que la República se estableció sobre una estructura centralista, unitaria y de una sola etnia. Incluso se negó la existencia de los kurdos, se les llamó «turcos montañeses». Esto causó una reacción nacional del pueblo kurdo. Aunque las primeras revueltas tuvieron características feudales, tribales y religiosas, en realidad fueron reacciones nacionales. Pero estos procesos fueron claramente aplastados por el Estado turco después de la década de 1930, con la sangrienta represión de la rebelión. El movimiento kurdo fue aplastado y retrocedió, hasta la década de 1960.

Los 1960 fueron los años en que el movimiento de izquierda en Turquía, bajo un régimen relativamente más democrática, dio un salto adelante. En este punto, una dinámica nacional kurda comenzó a manifestarse en el movimiento de izquierda. Para la década de 1970, se habían formado muchas organizaciones kurdas con tendencias socialistas, y la última fue el «Partido de los Trabajadores del Kurdistán» (PKK). Fue una organización que surgió más tarde, de la violencia en las peleas dentro de la izquierda, y fue más dominante. Pero el golpe militar de 1980 derrotó a las organizaciones de izquierda y al movimiento nacional kurdo. El movimiento kurdo se protegió huyendo a Siria. Assad apoyó a los grupos izquierdistas y guerrilleros de los campamentos guerrilleros palestinos. Entre estos grupos, vemos que el PKK se destaca porque fue la organización más decidida a comenzar la lucha armada. Y lo más importante, su dirección había sobrevivido. Las otras organizaciones estaban en crisis porque sus dirigentes habían sido arrestados.

El movimiento guerrillero no podía comenzar desde el lado sirio de la frontera debido a la alianza con Assad, tuvo que comenzar desde el lado iraquí de la frontera, que estaba controlado por Barzani. Barzani apoyó al PKK, abriendo corredores a lo largo de la frontera iraquí. En 1984, el PKK lanzó un movimiento guerrillero. Hubo una coyuntura muy apropiada para el PKK porque el golpe militar fue brutal en Kurdistán: fuertes torturas, decenas de miles de personas detenidas… La reacción del pueblo kurdo se acumuló y estaba a punto de explotar. En una era en la que los otros movimientos de izquierda habían sido aplastados, el PKK se había convertido en una organización dominante y unificadora con su estrategia guerrillera. Después de 1984, el movimiento guerrillero se aceleró gradualmente y llegó a tener decenas de miles de combatientes. Por otro lado, el Estado ganó experiencia en la guerra contra la guerrilla y organizó un proceso de uso de tribus kurdas colaboradoras como unidades de autodefensa mediante la organización de los llamados «guardias de aldea». Fue una guerra sucia: ejecuciones extrajudiciales, prisioneros «perdidos bajo custodia», fuertes torturas… Como resultado de todo esto, el movimiento guerrillero se detuvo a principios de los 90, el PKK se debilitó y retrocedió.

En este proceso, el PKK experimentó una transformación ideológica. Si bien hubo un PKK más cercano al socialismo en los años 70, en los 90, especialmente después del colapso de la URSS, sacó la hoz y el martillo de su bandera. Se ha convertido más en una organización que cree en la UE, en sus propias palabras, la «Europa democrática», e intentó establecer conexiones internacionales desde entonces. Su principal dirigente, Ocalan, planteó un nuevo proyecto de izquierda, alegando que había «superado a Marx» con una perspectiva posmoderna y políticas de identidad. Se intentó llegar a un compromiso con el Estado, pero el Estado nunca lo aprobó y no quiso organizar un proceso de negociación real.

Luego, a finales de los 90, Ocalan fue arrinconado. Turquía envió un ultimátum a Assad y amenazó con una ocupación si insistía en mantener a Ocalan en su país. Finalmente, Ocalan fue arrestado con el apoyo de los Estados Unidos (CIA). En la década del 2000, comenzó el proceso de retirada de la organización de la lucha armada. El PKK comenzó a retirarse a Qandil (una región en la frontera Irán-Iraq) y sufrió muchas bajas durante este retiro; pero mantuvieron su apoyo social. A pesar de que Ocalan dio mensajes moderados e incluso dijo «estoy listo para servir al Estado turco», no perdió el control del movimiento. Excepto por algunas voces contradictorias, el PKK no experimentó ninguna división.

A partir de este momento, los partidos legales kurdos pasaron al frente. Los partidos predecesores del HDP han aumentado su apoyo público desde 1999, avanzaron en las elecciones municipales en las ciudades kurdas y ganaron terreno en la política democrática. Los kurdos conservadores se acercaron al movimiento nacional kurdo secular.

El gobierno del AKP había estado buscando un consenso al afirmar: «resolveremos la cuestión kurda». Al decir: «negociaremos, resolveremos el problema kurdo de forma democrática», Erdogan llegó al poder con el discurso de la UE y la «democracia avanzada». El movimiento nacional kurdo tenía una actitud positiva hacia el AKP y estaba más dispuesto a negociar con el AKP que con los kemalistas. En esos años, los liberales también apoyaban la agenda del AKP, incluida su política sobre la cuestión kurda. Sin embargo, el objetivo real del AKP no era la llamada democratización. El objetivo a largo plazo era liquidar a los kemalistas del Estado y quería ganar algunos aliados para eso. Entonces, para el AKP, los kurdos eran solo una parte de esta táctica. Al final, como era de esperar, se terminó el llamado «proceso de paz».

En este proceso, el PKK formó milicias irregulares de la juventud y fuerzas urbanas. El YPG (rama siria del PKK) llenó muy bien el vacío de poder creado en la guerra civil siria y creó su propio territorio de dominio. De hecho, la parte más importante de esta región es Kurdistán del Norte (la parte dentro de Turquía). El PKK se desarrolló como un movimiento del Kurdistán del Norte e intentó establecer su hegemonía en otras partes del Kurdistán. Lo logró en Rojava y, en cierta medida, en Irán a través del PEJAK. En Iraq, Barzani lo impidió. El PKK, después de una guerra sangrienta bajo la influencia de la colaboración de Barzani con el Gobierno de Turquía, se vio obligado a conformarse con el control de una región alrededor del Monte Qandil.

Las negociaciones del PKK con Turquía sobre el establecimiento de la estructura de Rojava en las ciudades de Turquía no salieron bien. Tras la liquidación de los kemalistas por parte del AKP, la institucionalización del régimen unipersonal naturalmente causó desacuerdos. La dirección del PKK siempre ha impuesto su disciplina a los partidos legales. Pero el dirigente del HDP Demirtas se presentó como una figura más independiente en este sentido, mostró un gran liderazgo a las masas y se hizo muy popular, incluso entre los turcos. Ha surgido una diferencia estratégica entre el PKK y Demirtas. Demirtas quería liderar un movimiento de masas a través de los éxitos electorales del HDP; Y el ala militar quería dirigir al ala política con la hegemonía de la lucha armada tras la experiencia de Rojava.

Como resultado, el proceso de negociación con el Estado fue interrumpido también por iniciativa del PKK y comenzó una sangrienta guerra civil en las ciudades kurdas. Las feroces batallas urbanas tuvieron lugar en muchas áreas como Nusaybin, Cizre, Sirnak, Sur, Diyarbakir, Yuksekova y Mazidagi. El PKK entró en estos procesos con el entusiasmo de las jóvenes milicias de la región sin ninguna preparación militar que pudiera soportar tal guerra. Como resultado, el movimiento kurdo fue aplastado y las consecuencias fueron muy severas. Porque, aparte de los partidarios sectarios del PKK, las bases del HDP cuestionaron mucho esa orientación. Este fue también el período en que el HDP era muy fuerte y popular como partido de oposición en el parlamento. Cuando tuvo lugar la lucha armada, demasiados jóvenes kurdos perdieron la vida y sus posiciones políticas. Debido a la política opresiva, se perdieron todas las conquistas del pueblo kurdo. Los logros, los derechos políticos y el progreso político se han revertido. También allanó el camino para el establecimiento de un régimen autoritario en Turquía.

El PKK también llevó a cabo una serie de ataques con bombas en Ankara y Estambul. Estas acciones fueron ataques suicidas que mataron a civiles y causaron una reacción pública. Fueron funcionales a la atmósfera chovinista en el país. Hoy, fuentes no oficiales informan que organizaciones que cooperan con el PKK han quemado los bosques como un acto de represalia, sin dar el nombre del PKK pero con el discurso del PKK. Estos actos de represalia sirven principalmente al militarismo y abren el camino a una mayor opresión.

Finalmente, las elecciones locales fueron importantes. Han llevado a una transformación en Turquía. Por primera vez, el AKP sufrió una grave derrota en las elecciones, y la coalición anti-AKP del movimiento kurdo con el CHP e incluso con partidos de derecha tuvo un gran impacto. La presencia del HDP en esta alianza marcó una diferencia significativa. En ciudades como Estambul, Adana y Mersin, que tienen grandes poblaciones kurdas, el HDP desempeñó un papel fundamental contra el AKP y apoyó a sus aliados. Y el HDP había ganado los municipios en las ciudades kurdas. Sin embargo, Tayyip Erdogan ya había dicho que si el HDP ganaba nuevamente, nombraría interventores para reemplazar a los alcaldes del HDP. Cuatro meses después de las elecciones, Erdogan nombró interventores en las tres ciudades kurdas más importantes, Diyarbakir, Mardin y Van. Hoy, el HDP y la oposición están tratando de hacer algo en contra de esto.

Por supuesto, los partidos burgueses que se oponen al gobierno protestaron contra el «golpe de los interventores» en los municipios kurdos solo con palabras. Desafortunadamente, la reacción del HDP en las calles no fue muy fuerte. También hemos visto el declive de las movilizaciones en las ciudades kurdas. El movimiento kurdo, que solía movilizar a decenas de miles, ya no tiene esa capacidad. La gente no puede salir a la calle debido a la tremenda presión y la brutalidad policial. Aunque hay acciones relativamente más vívidas en Estambul, existen problemas para crear un movimiento de masas en las calles. Nosotros, desde el SEP, apoyamos estas movilizaciones. Sin embargo, cuando salen menos personas a la calle, aumenta la presión estatal.

En resumen, el poder del HDP se ha quebrado en este proceso. Desde que Demirtas fue encarcelado en 2016, la capacidad de movilización del HDP ha disminuido drásticamente. Por otro lado, hizo importantes contribuciones al éxito del CHP en las elecciones locales y rompió la brutal dominación del régimen unipersonal y de partido único. Por otro lado, Tayyip Erdogan continúa jugando la carta kurda para mantener su presión sobre la oposición. Defender a los kurdos no es fácil, incluso para los partidos burgueses.

La evolución de Rojava será decisiva. El YPG se encuentra actualmente bajo protección estadounidense en Rojava. Si Estados Unidos les retira su apoyo, no será difícil para el ejército turco dispersar el dominio del YPG en Rojava. Los logros históricos del pueblo kurdo en Rojava están en manos de Trump y el Pentágono. Hace dos años, cuando Barzani intentó un referéndum, fue abandonado por EEUU, y los avances significativos de Barzani desaparecieron repentinamente.

Nuestra actitud es la siguiente: por ejemplo, apoyamos la decisión del referéndum de Barzani porque los kurdos tienen derecho a independizarse. Esto es lo mismo para Rojava. Por otro lado, deberíamos ser críticos con el movimiento kurdo. La historia ha demostrado que nadie debe confiar en Estados Unidos. Aunque Barzani había sido durante mucho tiempo un aliado de Estados Unidos, estos lo abandonaron, y si el gobierno de Bagdad hubiera querido, incluso habría tomado Arbil y Barzani habría perdido todo lo que tenía. El gobierno central de Bagdad permitió que Barzani sobreviviera. Si no lo hubiera hecho, todos los logros de 100-150 años podrían haber desaparecido en un instante. Este es también el caso de Rojava. Por lo tanto, es nuestro deber luchar contra las políticas de represión, asimilación y exterminio del Estado turco. Estamos tratando de proporcionar esta cooperación bajo la bandera de la lucha socialista. Y defendemos el derecho de autodeterminación del pueblo kurdo, incluido el derecho a ser independiente.

Pero el problema kurdo es un mega problema en Medio Oriente. Y no hay posibilidad de resolverlo dentro del sistema existente, dentro del sistema capitalista imperialista. Para resolverlo, se necesita un programa de revolución permanente. Al igual que Palestina: incluso si la pelea es justa, no hay posibilidad de derrotar a Israel. Es por eso que los kurdos y los palestinos solo pueden lograr la igualdad y la libertad con un salto socialista en todo el Medio Oriente. Esto solo puede suceder si la bandera roja del socialismo vence al imperialismo.