El viernes 2 de octubre una nueva multitudinaria movilización del pueblo haitiano ocupó las calles de Puerto Príncipe y de los centros poblados más importantes del país. Existe en este país caribeño un levantamiento contra los representantes de la más extrema explotación imperialista, el presidente Jovenel Moise y la presencia de tropas de la MINUJUS. A continuación, presentamos una entrevista que realizamos a Henry Boisrolin, Coordinador del Comité Democrático de Haití en la Argentina y en América del Sur.
¿Qué volumen tuvo la manifestación del viernes?
HB: Es muy difícil encontrar en nuestra historia una masividad similar a la de esta manifestación. Quizás la del 17 de octubre o el 18 de noviembre del año pasado. En Puerto Príncipe se habla de centenares de miles, de más de 500.000 personas. Yo conociendo la ciudad, por cómo llegaban las columnas que llegaban a la ciudad de Chorrillos, te puedo decir que este número ha sido superado largamente. Fueron centenares de miles que salieron a expresar su rechazo a la intromisión de la comunidad internacional y a exigir la renuncia de Jovenel. Fue rechazada la propuesta de que tiene que haber “diálogo” entre el ejecutivo actual y la oposición.
La movilización se dirigió a la principal base de la MINUJUS y a pesar de que la policía pretendió impedirlo finalmente una delegación de diputados, senadores, referentes sociales entregaron un documento en el cual se exigía el retiro del apoyo de la ONU al presidente.
También hubo enfrentamientos. Hay una militante muerta por balas de la policía en el norte haitiano, en Cabo Haitiano, la segunda ciudad. Hubo varias detenciones también. Hubo represión. Hubo un uso abusivo de los gases lacrimógenos por parte de la policía en la Capital. No hubo una sola ciudad en Haití donde la gente no salió a la calle para manifestar esto.
La jornada del viernes da un empujón a la lucha. Se confirmó que Jovenel Moise es el pasado. Que es una página que ya fue. Que el pueblo haitiano ha expresado claramente que exige la renuncia de este hombre. La jornada dio una gran visibilidad a la lucha, donde los que dudaban sobre dialogar o no, terminaron por entender que Jovenel no va más. El pueblo haitiano ha revocado a Jovenel. Está, pero no dirige nada.
Incluso la semana que viene hay una movilización de solidaridad en la República Dominicana frente a la embajada haitiana organizada por la izquierda. Lo que es muy importante ya que es el país con el cual compartimos la misma isla y cuya clase dominante apoya la política imperialista contra Haití.
¿Hay desabastecimiento energético luego de la ruptura con Venezuela?
Al romper con Maduro no llega más el petróleo de Venezuela. Pero no es solamente eso. Sino fundamentalmente es que el Estado ha robado tanto que no tiene plata para pagar. Para cubrir los cargamentos de combustibles que vienen de afuera, ya que el país no produce petróleo. No tiene dinero, adeuda pagos. Además, ellos tienen la necesidad de aumentar el precio y no pueden porque el país se incendia de norte a sur y de este a oeste. Ante esta incapacidad el gobierno tiene las manos y los pies atados.
Esto se da en el marco de un gobierno que está en el poder y que no tiene el Presupuesto aprobado desde un año y pico atrás. La gente no sabe cuánta plata entra y cuánta plata sale.
El otro problema es que no tiene gobiernos aprobados desde hace seis o siete meses. Todos los primeros ministros que él quiso imponer tenían que ser aprobados por las dos cámaras, tanto la de diputados como la de senadores y no se pudo.
Entonces hay una situación difícil. Vive en la inconstitucionalidad, violando todo lo que está escrito en la Constitución haitiana que data de 1987.
¿Cómo ha evolucionado la situación en Haití?
HB: En primer lugar, Haití es una formación social que podemos llamar neocolonial, dependiente fundamentalmente de los Estados Unidos de Norteamérica, después de Francia y de Canadá. Los tres países mandan, pero fundamentalmente los Estados Unidos, el imperialismo norteamericano es el que domina.
El sistema neocolonial es un sistema impuesto desde 1915 hasta 1934 con la primera invasión norteamericana del país. Esa es la base negativa del empobrecimiento cada vez mayor, hasta llegar ahora a esta estructura y condiciones de existencia infrahumanas.
Algunos datos reflejan esto: 70% de la población activa no tiene trabajo, la tasa de mortalidad infantil es la más alta de toda la región, un haitiano promedio en la renta per cápita no supera los 400 o 600 dólares anuales, millones viven con menos de u$s 2 al día, hay importante una inflación ahora y un dólar vale 95 gourdes, la moneda nacional. La clase media prácticamente no existe, sobrevive. Pululan bandas armadas. Los bandidos estos están armados por gentes ligadas al poder, al partido que está en el gobierno, el Partido Haitiano Tet Kale.
En medio de todo esto, el pueblo haitiano trata de tomar en sus manos su destino, recuperar su soberanía que ha sido violada hace rato, pero sobre todo en el 2004 con la ocupación del país por la MINUSTAH, la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití. Una especie de ayuda humanitaria que terminó por violar niñas, jóvenes, mujeres, cometiendo masacres en barrios populares, reprimiendo manifestaciones, manipulando elecciones fraudulentas, etc., etc.
¿la MINUSTAH fue reemplazada por otra misión?
HB: Sí la MINUSTAH existió desde 2004 hasta el 2017. Pero frente a la avalancha de acusaciones de violación a los derechos humanos de toda naturaleza y sobre todo a la epidemia del cólera introducido por las tropas de Nepal que son miembros de la MINUSTAH, que costó más de 20.000 muertos y casi 1.000.000 de personas infectadas, el propio secretario general de las Naciones Unidas Ban Ki Moon, antes de abandonar su cargo tuvo que reconocer la responsabilidad de la ONU. Científicos internacionales lo comprobaron, nacionales también, organismos de derechos humanos, etc. Ban Ki Moon dijo que no podía haber resarcimiento para las víctimas porque las tropas de la ONU gozan de inmunidad. Entonces, ante crímenes de lesa humanidad invoca el tema de la inmunidad diplomática ¡lo que es una barbaridad!
Ahora bien, tener un presidente electo en elecciones fraudulentas, ya que oficialmente dicen que participó el 21% del electorado, y que él ganó, según dicen ellos, oficialmente las elecciones con 500.000 votos.¡Ese presidente podría tener legalidad, pero no legitimidad!. El padrón electoral era de 6.200.000 y él ganó, según ellos, con 500.000. Lo cual es nada…
Este presidente, después de investigaciones hechas por miembros del Senado y por una institución del Estado haitiano, reconoció su participación en actos de corrupción, en los cuales él participó activamente en el despilfarro y en el robo de 4.2 millones de dólares de los fondos de Petrocaribe. Su esposa también está implicada en un escándalo de corrupción en torno a la fabricación de documentos de identidad nacionales.
El nombre del presidente Jovenel está citado como 69 veces en un informe de una institución estatal acusando al presidente. Entonces el pueblo pide cuentas. Reclama saber dónde está la plata de Petrocaribe y pide la renuncia del presidente.
Los estallidos empezaron fuertemente en julio del año pasado, cuando por orden del Fondo Monetario Internacional el gobierno quiso subir los precios de los combustibles y el país estalló.
En menos de tres años este presidente ya tuvo cuatro primeros ministros, hay una situación de ingobernabilidad, y no solamente en Puerto Príncipe sino en todos los rincones del país. Esa es la situación actual. Ahora el pueblo de masa pide la renuncia. Sujetos colectivos como grupos de profesionales, de escritores, religiosos… Hasta dentro del foro económico que agrupa a varios altos comerciantes piden la renuncia de este presidente. Pero él no deja el poder porque tiene el apoyo de los norteamericanos y de lo que se llama el CoGroup. El CoGroup está formado por el embajador norteamericano, el de España, Alemania, Francia, Canadá, Brasil y el representante del Secr. Gral de la ONU y el de la OEA. Son ellos los que dictan. Dicen que el presidente no puede irse, que tiene que terminar su mandato y llaman a un “diálogo”.
Pero ante tantos crímenes, ante tantos actos de corrupción y masacres, como la masacre ocurrida el año pasado, el 13 de noviembre, en un barrio llamado La Saline, donde masacraron a 80 personas, tiraron 21 cadáveres descuartizados y filmaron a chanchos comiendo los restos. Masacres como la del barrio llamado Carrefour Feuilles. Hasta la oposición moderada no acepta dialogar con este hombre. Es una situación caótica.
Hasta ahora se habla oficialmente de 20 muertos, centenares de heridos y detenidos, desde que empezó la última rebelión popular hace cuatro semanas. El único apoyo que tiene el hombre es el que te he descrito, el imperialismo, algunos ricos que le están protegiendo, la policía haitiana y grupos de mercenarios extranjeros y nacionales.
Frente a una nueva intromisión del CoGroup en los asuntos del país, en la que tuvieron la caradures de llamar a algunos miembros de la oposición para decir que habría que tener un diálogo con el presidente, propuesta que como comenté fue rechazada, se armó esta gran manifestación del viernes 2, una gran movilización, en todos los rincones del país, pero fundamentalmente en Puerto Príncipe, porque ahí justamente la movilización llegó frente a los locales de la MINIJUS, la Misión de las Naciones Unidas en apoyo de la Justicia Haitiana, ese engendro que reemplazó al otro engendro, la MINUSTAH.
¿Quién dirige este proceso?
HB: La inmensidad del movimiento tiene como consecuencia que no está hegemonizado en particular por alguien. Pero si hay partes organizadas. No todo es espontáneo. Hay estrategias de lucha, hay tácticas para luchar en la calle. Hay organizaciones que llaman, algunas con mayor inserción que otras. El liderazgo este va a salir a partir de las luchas, no de una mesa de café. Eso es fundamental.
Entrevistó Gustavo Giménez