Francia: ¡sin retiro del proyecto, no hay tregua ni vuelta a clases!

Frustrandos todos los pronósticos, la determinación y la tenacidad de los huelguistas siguen intactas el 24º día de huelga contra el proyecto Macron para liquidar el sistema jubilatorio de reparto (basado sobre el salario diferido) para establecer un sistema “universal de puntos”, antesala de la capitalización.
Decir que la lucha es dura es un eufemismo. Al entrar en su cuarta semana, la huelga ya bate el récord de duración de la de 1995 en el transporte (RATP) y los trenes (SNCF). Así, pese a las maniobras de la dirección, pese al uso excesivo de ejecutivos y carneros, pese a la propaganda, pese al período de vacaciones escolares, hoy funcionan apenas el 50% de los TGV (trenes de alta velocidad) y menos del 30% de los trenes interurbanos. Lo mismo en el transporte, donde 6 líneas de subte están totalmente cerradas y 8 operan sólo de 6.30 a 9.30 y de 16.30 a 19.30. Baste decir que los dirigentes de estas empresas públicas se ven obligados, contra su voluntad, a aplicar el mínimo sindical.
Pero lxs trabajadorxs del transporte no están solxs en la lucha. Entre otros, citemos a lxs empleadxs de la empresa de electricidad (EDF) que, desde hace dos semanas, realizan cortes de energía en edificios públicos (comisarías, administraciones), reconectan la corriente a quienes se las han cortado por facturas impagas o incluso rebajan a la tarifa “hora pico” a cientos de miles de hogares. ¿Cómo no mencionar a lxs trabajadorxs de la petroquímica y en especial a quienes mantienen 7 de las 8 refinerías nacionales en huelga? ¿Cómo no pensar finalmente en lxs trabajadorxs de la Ópera Nacional de París, bailarinxs, músicxs, administrativxs, técnicxs y obrerxs?


Este sábado 28 de diciembre también está marcado por la organización de más de 50 movilizaciones “descentralizadas” y varios cientos de acciones (peajes gratuitos, piquetes, marchas, volanteadas…). Rara vez la historia social y política de este país ha experimentado un conflicto de esta magnitud en esta época del año. Es una señal clara de la bronca de las masas.
A la luz de estas consideraciones se deben evaluar las encuestas y el apoyo popular a la huelga. Esta misma población considera en su gran mayoría que el proyecto Macron es “malo” y que la responsabilidad de la “crisis” recae en primer lugar en el gobierno. El otro marcador del apoyo popular a los huelguistas es la solidaridad financiera obrera. De hecho, se han creado docenas de fondos de huelga para ayudar y sostener a lxs trabajadorxs y sus familias: el mayor de esos fondos hoy tiene casi un millón y medio de euros.
Por su tenacidad y su unidad intacta en la base, los sindicatos, activistas y trabajadorxs infligen una doble derrota: por un lado a Macron y Philippe, que pierden su apuesta a pudrirla y a dar vuelta la opinión pública y, por otro lado, a los aparatos sindicales burocráticos que ven volar su sueño de “tregua”. Contra todas las expectativas, lxs huelguistas están a punto de concretar el “puente” de las fiestas, imponiendo en las asambleas generales la continuidad de la huelga, organizando en todos lados acciones locales cuando las direcciones sindicales decidieron que no pasaría nada entre el 19 de diciembre y el 9 de enero.
Además, la época de fiestas de fin de año no es a priori propicia para las marchas… Desde este punto de vista, la huelga es tan poderosa que muchas empresas están inactivas, muchas administraciones y servicios públicos están cerrados, y muchxs trabajadorxs están de vacaciones, como lxs de la Educación nacional.
El lunes 6 de enero es la vuelta a clases. Y todos los ingredientes para un inicio 2020 explosivo están ahí. Macron y su gobierno lo saben. Por eso tratan de desactivar en algunos sectores “negociando” arreglos a la reforma. Es el caso, por ejemplo, de militares, policías, aduanas, guardiacárceles, camioneros y pilotos, a quienes se les promete el reconocimiento de “especificidades”. ¡Que incluya mantener todos los regímenes jubilatorios existentes, como reclaman justa y legítimamente lxs huelguistas para todxs!
Dividir a lxs trabajadorxs también implica el humo de “negociaciones” con las direcciones sindicales. El gobierno obviamente depende de centrales “reformistas” como la CFDT, la UNSA, la CFTC y la GSC para lograrlo. Pero la táctica implementada el 17 de diciembre fracasó penosamente y hoy tiene los mismos límites. Si los burócratas de la CFDT y la UNSA llamaron a manifestar el 17 de diciembre fue para mejor anunciar la “tregua”. Ese llamado a “suspender” la huelga, como sabemos, fue rechazado por la base. Activistas y huelguistas dejaron en minoría a sus direcciones federales y confederales, sacando a luz tensiones y desacuerdos internos.
Lo mismo vale para el bloque CGT-FO-FSU-SUD. Dispuestos a las “negociaciones”, fueron invitados desde el 7 de enero y durante un mes a la mesa de “diálogo social” montada por el gobierno. Martínez y Veyrier se vieron obligados por la presión de la huelga a retomar la consigna de abajo la reforma, pero ambos se cuidan de no romper las “discusiones” con el gobierno y argumentan que “otra reforma es posible” y que “el proyecto del gobierno puede mejorarse”.
Mientras lxs huelguistas exigen que caiga el proyecto y se mantengan todos los regímenes, la vuelta de la edad legal de retiro a 60 años, de las 37.5 anualidades, del cálculo sobre los mejores 10 años, aumento salarial general, más empleo, y el cese y devolución por la patronal de las exenciones a sus contribuciones sociales, Veyrier y Martínez proponen “aumentar las tasas de aportes” y “gravar la renta financiera” respectivamente.
Desde hace un año, con el inicio del movimiento de los chalecos amarillos, la irrupción de las masas en la arena política ha sido un factor objetivo en la aceleración y amplificación de la lucha de clases. Vemos que sus efectos concretos están muy lejos de terminar. Con la consigna “sin retiro del proyecto no hay tregua” nacida en las asambleas generales en la mañana del 18 de diciembre, ahora tiene éxito el de lxs docentes que advierten: “sin retiro no hay vuelta a clases”. Es el rumbo de la huelga general que buscan las masas.
Por nuestra parte, no haremos ningún pronóstico sobre el curso o el resultado de la huelga actual. Porque el resultado de la lucha lo da la lucha. Pero si la pulseada no terminó, tengamos en cuenta que el nocaut puede venir mucho más rápido de lo que algunos creen. Así Chirac y Juppé pagaron el precio en 1995. Por ahora, hay mucho por hacer a lxs huelguistas y trabajadorxs en lucha. ¡Viva la huelga!
París, 28 de diciembre de 2019
(circular de La Comuna N° 123)