Por: Socialismo y Libertad
Es necesario construir una nueva y fuerte alternativa de izquierda. La conformación del autodenominado “gobierno de coalición progresista” PSOE-Unidas Podemos implicó un cambio cualitativo del partido de Pablo Iglesias. Al ocupar importantes carteras ministeriales en el ejecutivo presidido por Pedro Sánchez, los morados sellaron su adaptación a la “la casta” del régimen del ´78 y el sistema capitalista. Fue un paso plenamente avalado por Izquierda Unida, el PCE y los Comunes.
Sin embargo, Anticapitalistas (sección española del Secretariado Unificado-IV Internacional) rechazó tal decisión. El eurodiputado Miguel Urbán se retiró del partido. En un video con Iglesias, la dirigente Teresa Rodríguez expresó que no aspirará a renovar su cargo en la coordinación de Podemos Andalucía. Y un comunicado en la página web de Anticapitalistas sentenció el distanciamiento, por no compartir el actual rumbo de integración al régimen de Podemos, ni “la política de pacto y consenso social, que renuncia a confrontar con los grandes poderes económicos”. No asistirán a la próxima Asamblea Estatal por evaluar que será “una mera ratificación de su dirección y de la estrategia adoptada de subalternización al PSOE”.
La decisión de Anticapitalistas de romper con Podemos es un paso positivo que saludamos. El interrogante más importante radica en qué definición adoptará Anticapitalistas con relación a su futura organización política: ¿Se dedicará sólo al crecimiento de su partido o hará un llamado más abarcador? Ante el rumbo adoptado por Podemos, ERC y otros reformistas, miles de jóvenes trabajadores, estudiantes, mujeres, inmigrantes y colectivos sociales verían con simpatía una convocatoria amplia de Anticapitalistas para conformar una nueva alternativa de izquierda. Esto se podría multiplicar si también lo hiciera la CUP a nivel del Estado español.
Activistas de distintos orígenes podrían tomar como propio un programa que incluyera, entre otros puntos, la derrota del “Trifacho”, el enfrentamiento a las medidas reaccionarias que tome el trípode gobierno-régimen-bloque imperialista de la UE, la autodeterminación y la amnistía a los presos políticos catalanes. El reconocimiento de la independencia político-organizativa de sus integrantes y la adopción de mecanismos democráticos facilitarían la posibilidad de confluir. En tal caso, no dudaríamos en integrarnos a un proyecto de este tipo.
Las compañeras y los compañeros “Anticapis” comunicarán la decisión final de relacionamiento con Podemos, que en definitiva es con el actual gobierno, luego del 28 de marzo cuando culmine su proceso de deliberación interna. Aguardaremos los resultados del debate sin echar mano al mecanismo sectario de exigir como condición sine qua non un inmediato balance autocrítico.
Ya habrá ocasión de intercambiar opiniones sobre las conclusiones a las que arriben. No hay nada que impida un intercambio paciente, fraternal y fructífero entre organizaciones que nos reivindicamos internacionalistas, revolucionarios y socialistas. En lo inmediato tenemos que encontrarnos en las calles, apoyando juntos las luchas por aumentos de salarios y pensiones, por la anulación de la reforma laboral, la ley mordaza y las movilizaciones feministas ante el próximo el Día Internacional de la Mujer Trabajadora del 8M.