Por Rubén Tzanoff, SOL Estado Español
Es la pregunta que se plantea ante la desigualdad social en la «normalidad» y las consecuencias del Covid-19.
El Eurogrupo llegó a un acuerdo para desbloquear 500.000 millones de euros. Se destinarán 25.000 millones del BEI (Banco Europeo de Inversiones) en avales que servirán para movilizar hasta 200.000 millones de euros y subvenciones de la Comisión Europea a los ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo). El Ejecutivo comunitario se financiará con garantías de los estados para conseguir movilizar 100.000 millones destinados a evitar la pérdida definitiva de puestos de trabajo.
Finalmente, no habrá condiciones añadidas a la concesión de un crédito por parte del MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad), lo cual era uno de los principales puntos de debate. El único requisito será “utilizar esta línea de crédito para financiar internamente los costos relacionados directa o indirectamente con la atención médica, la cura y la prevención debido a la crisis de la Covid-19”. Además, establecieron las bases de un fondo de recuperación económica para inyectar dinero a la economía que entre en recesión.
Hasta hace unos días Alemania-Holanda por un lado y Francia-España estaban enfrentados, pero se pusieron de acuerdo por la ambigüedad de la formulación. El escrito le permitió a Holanda afirmar que “También podrá utilizarse para apoyo económico, pero con condiciones” ,y a España decir que es un buen acuerdo porque “tiene una triple red de seguridad para trabajadores, empresas y estados”. Además, han dejado “para más adelante” las decisiones más controvertidas sobre la financiación y las condiciones de acceso al fondo que aprobaron crear. Es decir, decidir sí habrá eurobonos, denominados «coronabonos» al estilo de un «Plan Marshall Europeo» como ha reclamado Pedro Sánchez sin éxito, o sí habrá créditos con duras condiciones para los países que tienen grandes deudas como España e Italia u otros que entren en crisis. Esta diferencia es la que ha llevado a la UE a una tensión extrema que incluyó advertencias de los involucrados sobre el futuro del espacio. Sin embargo, lo fundamental es que, más allá de los matices, están de acuerdo en destinar millones de euros a garantizar las ganancias empresariales.
Los planes de «austeridad» diseñados en Bruselas provocaron los recortes en salud pública y las privatizaciones que hoy ponen en peligro la vida de millones de personas.
Las medidas incluyen paliativos que son propagandizados por el gobierno PSOE-Podemos como grandes concesiones a lxs más necesitadxs. Intentan esconder que la ayuda que llega a los hogares populares con una leonina “letra pequeña” al pie, es una miseria comparada con las fortunas que van a los bolsillos de un pequeño puñado de capitalistas, ricos y privilegiados. El cinismo de Pedro Sánchez y de Pablo Iglesias se agranda proporcionalmente a la magnitud de la crisis.
¿Recordáis cómo ha actuado la UE en otras situaciones críticas? Cuando quebró Grecia, la receta de la troika (Banco Central Europeo, Comisión Europea y Fondo Monetario Internacional) fue ajustar y otorgar préstamos usurarios que condicionaron el presente y futuro de lxs griegxs. Cuando la crisis de la economía capitalista mundial se instaló en Europa, dejó un tendal de personas sin empleo, sin vivienda y en pésimas condiciones de empleo por las reformas laborales. ¿A dónde fueron a parar los millones de euros que aportó la UE? A las arcas de los bancos, las empresas y los ricos, los mismos que causaron la crisis.
En 2017, cuando el pueblo catalán practicó el derecho a la autodeterminación votando en el Referéndum del 1-O, la UE se ubicó del lado del régimen monárquico parlamentario, de su rey y sus instituciones heredadas del franquismo. Tampoco atendieron los reclamos sociales que hicieron en Francia los «chalecos amarillos», sino que se pusieron del lado de la represión de Macron. A fines de 2018 y durante 2019 miles de inmigrantes intentaron llegar a Europa escapando del hambre, las guerras y otros padecimientos. La UE dejó morir a muchos en el Mediterráneo, a otros los detuvo en países vecinos o en las fronteras propias. A los que logran pasar los devuelve “en caliente” o no les otorga derechos y castiga a las ONG que ayudan a lxs inmigrantes. Ante el desastre humanitario que involucra a miles de refugiadxs en la frontera turco-griega, financiaron al gobierno turco para que evite las migraciones y cuando esto fracasó, hicieron lo mismo con el gobierno griego para blindar las fronteras helenas como “escudo de Europa”. Ante la crisis sanitaria y económica sin precedentes, la UE ha sido incapaz de responder rápidamente con un plan conjunto y ha dejado a cada país librado a su suerte. Los planes de «austeridad» diseñados en Bruselas provocaron los recortes en salud pública y las privatizaciones que hoy ponen en peligro la vida de millones de personas.
…el sistema capitalista no se puede humanizar… El sistema que hace falta es el socialismo con democracia…
¿No os parece que es necesario reflexionar sobre la UE? Muy lejos de las mentiras que embellecen a la Unión como la depositaria de los derechos humanos, de las conquistas sociales y las “democracias avanzadas”; es un bloque imperialista al servicio de garantizar las ganancias capitalistas, la libre circulación del capital financiero, la explotación de lxs trabajadorxs y la opresión de los pueblos. Es un conglomerado de instituciones que fomenta el recorte de derechos humanos, sociales y democráticos obtenidos a lo largo de años de luchas. Los “europeístas” y “euroescépticos” sólo tienen diferencias tácticas que giran en torno a dirimir quien ofrece el mejor esquema para administrar los negocios capitalistas y fortalecer los regímenes democrático-burgueses. No tenemos nada que ver con ellos.
Ante las consecuencias del Covid-19 hay incertidumbre sobre el futuro. Lo que seguro es que el regreso a la «normalidad» será la vuelta a un mundo de desigualdades sociales que se habrán profundizado y de nuevos ajustes. Lejos del llamado a «esforzarse más» de las patronales y las direcciones de los sindicatos mayoritarios como UGT y CC.OO. habrá que luchar, la organización, la movilización y las huelgas son el único camino para evitar que los efectos de la crisis recaigan una vez más sobre las espaldas del pueblo trabajador. Frente a la doble crisis economía-Covid-19, los gobiernos burgueses han tomado medidas ineficaces, tardías, insuficientes y autoritarias. Enfrente, el programa de transición que hemos presentado los socialistas revolucionarios ha vuelto a demostrar tanto su corrección como su vigencia. Desde la izquierda tenemos que postular una alternativa anticapitalista, fuerte y amplia, ya que el sistema no se puede humanizar, como nos quieren hacer creer Unidas Podemos y otros reformistas. Es necesario romper con la UE con una agenda independiente, para que no la encabece la burguesía como el Brexit., con propuestas favorables a las grandes mayorías.
¿Has pensado cuál es la solución ante las crisis recurrentes? Estamos convencidos que está en otro modelo de sociedad. Un sistema en el que no haya explotadores y explotados, donde la vida y la solidaridad estén por encima de todo. Con una economía democráticamente planificada para satisfacer las necesidades de trabajo, salud, vivienda, educación y salud públicas de la población. Y con plenas libertades democráticas de expresión y organización, sin burócratas privilegiados y opresores como los stalinistas que en el pasado dominaron en el Este Europeo, ni los que hoy encabezan el proyecto explotador y autoritario en China. El sistema que hace falta es el socialismo con democracia que levantamos como bandera los que integramos la Liga Internacional Socialista.