Te dejamos nuestro análisis y propuestas sobre la crisis, las medidas tomadas y las que deberían tomarse. Desmitificamos la versión oficial con una visión socialista.
Por Sergio García
La magnitud de la crisis capitalista, económica, social y sanitaria en curso y en constante agravamiento coloca el debate sobre qué medidas se toman y cuáles habría que tomar viendo a quiénes afectan. Desde el gobierno de Fernández, la oposición burguesa de Juntos por el Cambio y los grandes medios de comunicación, hacen fluir la falaz idea de que ante un problema que nos afecta a todos, tenemos que poner el hombro para salir juntos. El término «todos» o «todes» en lenguaje inclusivo, solo es real para los discursos oficiales o de medios hegemónicos, comprometidos con el sistema capitalista decadente. Por fuera de esta unidad discursiva por conveniencia, no es verdad en absoluto que «todos» o «todes» estemos haciendo un esfuerzo y sacrificio común. Menos aún que la salida contente todos (es).
Falacia 1: la misma cuarentena, el mismo esfuerzo
No es así, en absoluto. En 40 días de aislamiento social lo vivido no es igual y menos aún sus consecuencias. Los dueños de grandes empresas y corporaciones, de bancos y grandes extensiones de tierra, los jerarcas del poder judicial y las castas políticas viven en un mundo de ostentación, en grandes mansiones, departamentos lujosos en Puerto Madero, otras zonas vip o en countries privados. Una cuarentena top, con sus servicios y necesidades garantizadas, al amparo de cuentas bancarias y tarjetas de nivel.
Mientras millones de familias trabajadoras vivimos como podemos, en miles de casos hacinados en casas precarias, midiendo cada peso, y viendo qué se puede comprar y que no. Inventando juegos para nuestros hijos a falta de recursos para comprarles algo más. Yendo a trabajar en malas condiciones sanitarias a riesgo de contagio, o no pudiendo salir ni a changuear si no hay trabajo genuino. Esa es la cuarentena nuestra, necesaria pero desigual, y así la padecemos las mayorías.
Falacia 2: ayudar a las empresas que «están mal»
Con su planificada desigualdad clasista, un discurso hegemónico te dice a diario que se debe ayudar a las empresas porque son las que garantizan el trabajo. Pero esas empresas son las únicas que han ganado fortunas todos los años previos. Cualquier estudio serio mostraría sus fabulosas ganancias que se esconden detrás del secreto bancario. A las empresas no hay que «ayudarlas» sino «exigirles» que usen sus millonarios recursos y cumplan con todas sus obligaciones salariales y sanitarias con los empleados. Lejos de esto, el gobierno acaba de apoyar el acuerdo UIA-CGT para rebajar salarios y les da una ayuda estatal a empresarios. Es decir que con plata de la ANSES, con plata tuya, los capitalistas pagaran los salarios. Mientras seguirán guardándose sus ganancias.
Además, es falso que haya que ayudarlas porque «dan» trabajo. Las empresas capitalistas solo actúan en función de sus ganancias, despiden y suspenden a diario según su conveniencia y en medio de la pandemia lo hacen más. El trabajo se puede garantizar sin presencia empresaria. Los trabajadores somos los únicos capacitados para que funcione cada fábrica. Por eso decimos empresa que no cumple, que sea estatizada y puesta a funcionar bajo control de sus trabajadores. Y que el Estado garantice la compra de la producción realizada.
Falacia 3: Hacen lo que pueden, con los recursos que tienen
Otra excusa del gobierno en defensa de la clase capitalista. El gobierno tiene muchos recursos económicos y si quiere, podría tener muchos más. Pero no quiere tocar los intereses de quienes más tienen. Si los trabajadores gobernáramos sí lo haríamos: por ejemplo, si queremos tener los recursos necesarios para afrontar la crisis económica y la pandemia, junto con declarar un no pago soberano de la ilegítima deuda externa, también le pondríamos fuertes impuestos a todos los que más tienen. Con eso responderíamos a las necesidades de la salud pública y a las sociales en general.
El gobierno apenas evalúa debatir un proyecto de un impuesto muy parcial, limitado y por única vez. Cuando bien se puede hacer mucho más. Por ejemplo, el FIT – Unidad presentó en el Congreso un proyecto que le pone fuertes impuestos a los grandes patrimonios, a los bancos, dueños de grandes extensiones de tierra y de inmuebles ociosos en las ciudades, pero el gobierno no quiere discutir nada de esto. Exponiendo su voluntad de defensa de los grandes capitalistas. Y demostrando, por la negativa, que no es verdad que no hay más recursos, lo que no hay es decisión política de generarlos.
Falacia 4: Cuidan la salud sin ajuste
Como resumen de las tres primeras falacias llegamos a esta última, donde a modo de condensar todo lo dicho, la conclusión surge evidente: si recortan tu salario, suspenden y despiden, dejan que aumenten los precios y no hay subsidios universales para los que no pueden trabajar; ¿te están ajustando o no? Claro que sí. Y no hacen lo mismo con los grandes empresarios a quienes, como ya dijimos, les pagan enormes subsidios. Mientras al consumo popular no le sacan ni el IVA a los productos. Esta es la única realidad del país. Lo demás son relatos gubernamentales cada día más difíciles de sostener.
Socialista, la única salida
Estamos presenciando una pandemia que va creciendo cada vez un poco más y, en medio de eso, el gobierno utiliza la situación para impulsar, avalar o dejar correr distintos tipos de ajuste. Frente a esto tenemos que denunciar cada uno de estos ataques e impulsar la organización de los trabajadores y la juventud, en las formas que sean posibles. Desde el MST en el FIT Unidad proponemos todo tipo de medidas económicas y sociales para que esta crisis la paguen los capitalistas atacando fuerte sus ganancias y pasando a manos del Estado la banca, el comercio exterior y todo el sistema de salud. Entre otras medidas en sentido socialista que son las únicas que pueden cambiar el curso de esta crisis a favor de las mayorías obreras y populares.