Por Gustavo Giménez
Si hay un tema que identifica las luchas y anhelos de los trabajadores a nivel mundial, ese es “La Internacional”. Este 1° de mayo nuevamente millones a lo largo del globo, gran parte desde sus cuarentenas, hemos vuelto a escuchar con emoción su melodía y muchos acompañamos cantando su hermosa letra. Vale la pena recordar su historia y significado.
Fue escrita y musicalizada por dos obreros franceses. Eugenio Pottier (1816-1887) escribió el poema y Pedro Degeyter (1848-1932) creó su música.
Pottier fue un trabajador cuyo oficio era dibujante industrial. Escribió su letra en 1871 y luego la incluyó en su libro llamado Cantos revolucionarios. Como él mismo relata en su adhesión a la logia “Los Igualitarios”, había participado en la Revolución Francesa de 1848, organizando años más tarde a quinientos trabajadores de su oficio a los que adhirió a la Federación Sindical perteneciente a la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), como se llamó la Primera Internacional. Posteriormente fue electo miembro de la Comuna de París, el primer gobierno obrero de la historia, que se sostuvo entre marzo y mayo de 1871, en la cual estuvo encargado de la alcaidía del segundo distrito hasta su caída a manos de los versalleses.
Así, la letra de La Internacional surgió de un combatiente obrero de la Comuna. La escribió luego de su derrota en el mes de junio de ese año y se la dedicó a su compañero de esa gesta, Gustave Lefrançais. Luego Pottier parte al exilio a EEUU y a su regreso muere el 6 de noviembre de 1887. En sus funerales en París desfilaron diez mil personas con centenares de banderas detrás de su carroza fúnebre.
Degeyter, quién la musicalizó, fue un tallador de madera, miembro del Partido Obrero Francés. Lo hizo en 1888 cuando trabajaba como montador en los talleres de Fives-Lille. A pesar de que sostuvo una larga querella con su hermano Adolfo, con quién disputaba la autoría de la música, hoy las investigaciones históricas consideran al obrero Pedro Degeyter como su realizador. Mucho después se afiliará al Partido Comunista en los años de formación de la III Internacional.
El himno que se convertirá en la canción de los trabajadores, fue interpretado por primera vez el 23 de julio de 1888 por el coro de la “Lyre des Travailleurs”, en un acto de la Junta Sindical de vendedores de periódicos. El poeta Pottier, fallecido un año antes, no pudo escuchar su obra. Su partitura, de la cual se imprimieron en la primera edición 6.000 ejemplares, fue publicada en 1889.
La Segunda Internacional la adoptó y popularizó en la década de 1890 y en su Congreso de Copenhague de 1910 la designó oficialmente como uno de sus símbolos más importantes. En 1919, Lenin la convirtió en la canción de la Tercera Internacional y fue himno de la Unión Soviética hasta 1944, año en que Stalin decidió reemplazarla por un himno patriótico. La IV Internacional es la que ha recogido su tradición y la entona en todos sus actos importantes.
Traducida y cantada por todos los trabajadores del mundo ha sido adoptada por innumerables organizaciones socialistas, comunistas, anarquistas y trotskistas. Su texto ha sufrido distintas variaciones desde su versión original en francés. Incluso dos estrofas fueron suprimidas por el estalinismo: «Con humos nos emborrachan / Los reyes y los déspotas / ¡Fraternidad entre soldados / Para las guerras acabar! / Si estos caníbales se empeñan / En tener soldados leales / Sabrán que nuestras balas matan / A nuestros propios generales».
El himno internacional se ha mantenido vivo, pasado ya más de un siglo de su creación, en las luchas y en los sueños de los trabajadores. Ha sobrevivido, pese a la utilización que al servicio de fines contrarios a su espíritu han hecho tanto los burócratas de la socialdemocracia, como el aparato estalinista mundial. Sánchez, el presidente español, un neo liberal dirigente del PSOE, ha entonado sus versos hace pocos años, pretendiendo revestir de socialismo su imagen, ante la indignación de todos los que amamos la canción. El estalinismo la desechó un año después de haber clausurado oficialmente la III Internacional. Era ya una liturgia poco útil para sus fines. El himno patriótico con que la reemplazó, funcional a sus intereses de burocracia gran rusa, le era más útil.
Por eso, el trotskismo es la corriente que la ha defendido, conservando el espíritu revolucionario con el que surgió y al que acompañó desde su creación. La traición socialdemócrata y estalinista, su pretendida utilización de este símbolo de las luchas obreras, no logró arrancarla de los corazones de millones de trabajadores en el mundo. De la misma forma que los socialistas franceses peleaban en sus actos contra el espíritu patriotero de los que pretendían seguir cantando la “Marsellesa”, los trotskos seguimos bregando, con las consideraciones tácticas que el momento imponga, contra las corrientes estalinistas y nacionalistas de izquierda que quieren anteponer el himno nacional de la burguesía a la canción de nuestra clase obrera, La Internacional.
Su fuerza esta tan viva que ha llegado al cine y su melodía ha resonado en la entrega de los Oscars en la gala de 1982, cuando Reds (Rojos), la película protagonizada y dirigida por el conocido artista norteamericano Warren Beatty, obtuvo varios premios de la Academia. Este film que narra la vida de John Reed, el célebre escritor y periodista yanqui que participó de la revolución rusa desde los meses previos a la toma del poder y la narró magistralmente en su obra “Los diez días que conmovieron al mundo”, muestra a La Internacional como el himno de la revolución. Quizás, como es algo común en los artistas y sus obras de arte, ese hecho en el corazón del imperialismo, anticipó que hoy en EEUU el espíritu del socialismo se haya hecho carne en gran parte de la juventud norteamericana.
Este 1° de Mayo, al final de los discursos de los compañeros dirigentes del FIT (U), sonó una Internacional interpretada por un numeroso grupo de compañeros integrantes de todas las corrientes que integramos el frente, provocó una emoción colectiva que atravesó a todos los que participábamos de esa acción desde nuestras casas y ubicaciones. Fue como si una tela invisible nos uniera con todos los trabajadores y pueblos que están luchando contra las consecuencias de la pandemia capitalista y quieren terminar con este sistema de explotación y opresión.
En homenaje a Pottier, Lenin había señalado: “murió en la miseria, más dejó levantado a su memoria un monumento imperecedero. Fue uno de los más grandes propagandistas por medio de la canción”. (V.I. Lenin, en el nº 2 de “Pravda”, del 3 de enero de 1913).
Aquella conocida consigna de Marx “proletarios del mundo uníos”, fue recogida por el poema de Pottier y es a la vez la tarea pendiente, la construcción imprescindible que las las primeras internacionales emprendieron y que hoy en épocas de pandemia y crack del sistema capitalista imperialista, es más necesaria que nunca. Los que construimos la Liga Internacional Socialista (LIS) estamos empeñados en dar todo en esta pelea y te invitamos a sumarte a la misma.
La Internacional
(Texto íntegro del poema original en lengua francesa)
C’est la lutte finale:
Groupons-nous, et demain,
l’Internationale
sera la genre humain!
Debout les damnés de la terre.
Debout les forçats de la faim.
La raison tonne en son cratère,
c’est l’éruption de la fin.
Du passé faisons table
rase:
Foule, esclave, debout, debout.
Le monde va changer de base;
nous ne sommes rien, soyons tout.
Il n’est pas de sauveurs suprêmes:
Ni Dieu, ni César, ni Tribun,
producteurs, sauvons-nous nous-mêmes,
décrétons le salut commun.
Pour que le voleur rende
gorge,
pour tirer l’esprit du cachot,
soufflons nous-mêmes notre forge,
battons le fer quand il est chaud.
L’Etat comprime et la loi triche,
l’impôt saigne le malheureux.
Nul devoir s´impose au riche,
le droit du pauvre est un mot creux.
C’est assez languir en tutelle,
l’égalité veut d’autres lois:
Pas de droits sans devoirs, dit-elle,
égaux, pas de devoirs sans droits!
Hideux dans leur apothéose,
les rois de la mine et du rail
ont-ils jamais fait autre chose
que dévaliser le travail?
Dans
les coffres-forts de la banque
ce qu’il a créé s’est fondu.
En décrétant qu’on le lui rende
le peuple ne veut que son dû.
Les rois nous soûlent de fumées,
paix entre nous, guerre aux tyrans.
Appliquons la grève aux armées,
crosse en l’air et rompons les rangs!
S’ils s’obstinent, ces cannibales
a faire de nous des héros,
ils sauront bientôt que nos balles
son pour nos propes généraux.
Ouvriers, paysans, nous sommes
le grand parti des travailleurs.
La
terre n’appartient qu’aux hommes,
l’oisif ira loger ailleurs.
Combien de nos chairs se repaissent?
Mais, si les corbeaux, les vautours
un de ces matins disparaissent,
le soleil brillera toujours.
La Internacional
Música de Pierre Degeyter
Letra (en francés) de Eugène Pottier
Arriba, parias de la tierra,
en pie, famélica legión.
Atruena la razón en marcha,
es el fin de la opresión.
Del pasado hay que hacer añicos,
legión esclava, en pie, a vencer.
El mundo va a cambiar de base,
los nada de hoy todo han de ser.
Agrupémonos todos
en la lucha final.
¡El género humano
es la Internacional! (bis)
Ni en dioses, reyes ni tribunos,
está el supremo salvador,
nosotros mismos realicemos
el esfuerzo redentor.
Para hacer que el tirano caiga
y al mundo siervo libertar,
soplemos la potente fragua
que al hombre libre ha de forjar.
Agrupémonos todos…
La ley nos burla y el Estado
oprime y sangra al productor,
nos da derechos irrisorios,
no hay deberes del señor.
Basta ya de tutela odiosa,
que la igualdad ley ha de ser.
No más deberes sin derechos,
ningún derecho sin deber.
Agrupémonos todos…
Reproducimos a continuación el video de la Internacional cantada al final del acto del 1°de mayo del FIT (U)