Por Alternativa Socialista
Brasil se encamina a las elecciones municipales de noviembre, en el marco de una fuerte crisis política, sanitaria y económica. El gobierno de Jair Bolsonaro, aislado de sus antiguos aliados, y debilitado en el medio esta turbulenta crisis, consigue aire de la mano de un acuerdo de gobernabilidad con partidos de derecha e izquierda del régimen. Como dijimos en artículos anteriores, Bolsonaro puede caer porque las condiciones objetivas están dadas, pero hace falta la determinación de las principales direcciones sindicales y políticas del movimiento de masas para tirarlo. Pero estas direcciones, por el contrario, apuestan a recomponer la institucionalidad burguesa y sostener al gobierno hasta las elecciones presidenciales del 2022. Mientras tanto, claro, exigen al desgastado gobierno que termine con las tareas pendientes de ajustes y reformas contra el pueblo trabajador y pobre.
Por más esfuerzos que hagan, la lucha contra sus ataques, no se detiene. En las últimas horas el gobierno y todo el arco parlamentar burgués, recibió un nuevo golpe esta vez por parte de sectores y organizaciones que defienden la educación pública. Se frenó, por medio de la lucha, un criminal recorte presupuestario que significaba hacer desaparecer el FUNDEB, fuente de financiamiento esencial para garantizar la educación pública básica y el pago a sus docentes. La realidad es que son cada vez más los sectores como estos que luchan y se enfrentan al gobierno y las patronales, protagonizando movilizaciones, huelgas, acciones de lucha a pesar de las direcciones que frenan y traicionan estos procesos una y otra vez.
Frente Amplio como estrategia
En ese contexto, es un error de gran magnitud la política de conformar Frentes Amplios con el PT y demás sectores reformistas que han sido el sostén del capitalismo en Brasil, cumpliendo un rol sub-imperialista en Latinoamérica durante años, enviando tropas a Haití o como pieza clave para disciplinar al chavismo y al bolivarianismo -proceso que más se enfrentó al imperialismo generando fuertes contradicciones y crisis- y frenar el giro a izquierda latinoamericano de principio de siglo. Lamentablemente hoy es una política impulsada por gran parte de las corrientes del PSOL, con excepción de quienes defendemos la independencia de una alternativa política a favor de los trabajadores, las mujeres, las juventudes, los pueblos originarios y las periferias. No hay posibilidades de construir unidad política y programas de gobierno con quienes administran a favor del capital, como lo hicieron durante 12 años de gobierno nacional petista y lo hacen en los estados y municipios donde hoy gobiernan tanto el PT como el PCdoB o el PDT. Eso significa darle la espalda a todos y todas aquellas que están dando batalla y enfrentándose al gobierno y las patronales.
La traición del PT, que provocó una masiva decepción en grandes sectores de masas, es lo que explica la llegada de Bolsonaro al gobierno. No fue la fortaleza de ése proyecto de recorte de derechos, sino la desmoralización de las mayorías explotadas y empobrecidas que sufrieron gobiernos petistas gestores de las políticas neoliberales, lo que permitió el avance de la ultraderecha. Así es como éste mismo elemento permite también entender el porqué de la acelerada y profunda crisis actual del gobierno y ese proyecto, colocándolo muy lejos de expresar un avance de la “onda conservadora” con posibilidades de protagonizar un golpe de estado, o un autogolpe como pronostican algunos.
Tres posiciones
Este es un debate nodal ya que de ahí se desprenden las distintas políticas y sus correspondientes justificaciones. Podemos sintetizar en tres los campos que hoy existen dentro del PSOL:
- Corrientes que sostienen que todavía está planteado un crecimiento y fortalecimiento de la onda conservadora “bolsonarista”, colocando como posibilidad un golpe de estado que limite los marcos de la democracia burguesa. La conclusión para estos compañeros es que debemos ubicarnos a la defensiva y “refundar” el PSOL, formando un gran frente amplio para responder a este peligro y que éste debe expresarse en las próximas elecciones municipales.
- En las antípodas de éste planteo, estamos las organizaciones que nos apoyamos en los ejemplos de cada vez más sectores de nuestra clase que lucha, incluso a pesar de la pandemia, protagonizando grandes movilizaciones, cacerolazos, actos y distintas expresiones de lucha provocando una crisis política a un gobierno que surgió con una agenda ultraderechista y que a los pocos meses se debilitó. Por lo que ahora más que nunca debemos ser la herramienta política de todos estos sectores y proponer un Frente de Izquierda con un programa anticapitalista y socialista.
- Y en el medio de estas posiciones están las corrientes que van cristalizando su centrismo y oportunismo, poniendo como eje su beneficio electoral que los lleva a tener políticas diferentes por estados y argumentos poco claros.
De elaboración colectiva y participación de las bases, poco y nada…
Otro elemento muy negativo de la orientación que desarrolla la mayoría de la dirección es la burocratización cada vez más acentuada de los organismos de participación, debate y decisión partidaria. El estatuto votado es letra muerta y mucho más las declaraciones que hablan de “defender la democracia” contra el autoritarismo o el neo-fascismo para afuera. En lo concreto la vida interna del partido se reduce a una disputa de corrientes que están en una carrera desesperada por la postulación de candidaturas o posibles bancas, y por el control del aparato millonario de un PSOL que anda por la senda de la adaptación al régimen democrático burgués a paso firme y rápido.
El proceso de Previas Electorales fue un claro reflejo de ésta burocratización. Con anulación de previas y proscripción de candidaturas en algunos municipios, la dirección canceló los espacios e instancias de participación y decisión de las bases, evitando así que se discuta el rumbo político tomado de cara a las próximas elecciones. O sea, evitó el debate y la confrontación de ideas, para garantizar su política. Política que no casualmente es opuesta al programa fundacional del PSOL y significa una verdadera liquidación de éste al avanzar en la conciliación de clases como estrategia.
Nuestro rumbo: la lucha en las calles
La tesis de enfrentar a la derecha, con la derecha, no va. Para terminar de derrotar a Bolsonaro y todo su gobierno, para luchar y defender los intereses del 99%, tenemos que presentar un proyecto político dispuesto a ir por todo. Las medias tintas o copias falsas de viejos proyectos de izquierda aliada al capital, no encantan a nadie. Quienes ya no tiene nada que perder como los millones que enfrentan la desocupación, la precarización, la pobreza, el racismo, el machismo, la homofobia o la destrucción ambiental, van en la dirección opuesta a aquellos que defienden negocios antes que nuestras vidas. La voracidad de un capitalismo en crisis y recesión pos (y durante) la pandemia es radical, por eso nuestra respuesta también debe ser radical. De lo contrario, una vez más dejaremos un espacio vacante que la derecha ocupará como lo hizo con Bolsonaro.
El PSOL nace como proyecto político superador al PT pero fruto de orientaciones políticas equivocadas desde hace años, se ha ido convirtiendo en un seguidor de los lineamientos de Lula y el PT. Esto, viene debilitando al PSOL. El no surgimiento de una alternativa política de izquierda socialista fuerte y dinámica que se transforme en un polo de organización y atracción para grandes sectores, en parte está influenciada por esta debilidad del PSOL y que ahora pega un salto con la política de alianzas y frentes amplios con el PT.
Nosotros y nosotras de Alternativa Socialista hacemos un llamado a todas las fuerzas, corrientes y militantes independientes a fortalecer el Bloque de Izquierda Radical del PSOL y pelear juntos contra este rumbo liquidacionista que lleva adelante la actual dirección mayoritaria. Convocamos a todos los compañeros y compañeras que rechazan este rumbo de asimilación al proyecto reformista y de conciliación de clases, a unir nuestras fuerzas en la defensa de un PSOL de lucha, radical, democrático y socialista. Te invitamos a que te sumes y juntos demos esta batalla.