Nicaragua / Hugo: “Un modelo en el que todos (los patrones) ganan”

Hugo, Jumpers, Piki, Uber Eats, entre otras, son apps de reparto conocidas que se extienden cada vez más por Centroamérica y el mundo. Estas empresas se presentan con la engañosa invitación a “ser tu propio jefe” en “una opción cómoda y flexible”; pero en realidad recrudecen lo que llamamos precarización laboral, es decir: la negación total o el recorte parcial de derechos y garantías laborales a les trabajadores. Desde el caso #TodosSomosAndrew en Nicaragua, poco a poco la discusión en torno a estos negocios digitales empieza a estar en la mirada pública. Con estas líneas queremos dar un aporte al debate y análisis sobre este nuevo modelo de explotación capitalista, y también nuestra propuesta programática para enfrentarlo.

Por Alternativa Anticapitalista

En Centroamérica los niveles de precarización laboral antes de la pandemia ya eran alarmantes. En abril de este año el BID calculaba en 5.8 millones los trabajos formales en los 7 países de la región y “pronosticaba” pérdidas del empleo formal entre de 20 y 26 puntos porcentuales según el país, si la crisis generada por la pandemia se traduce en una recesión prolongada por más de 4 semestres.[1] En Nicaragua, FUNIDES asegura que a final de año habrán más de 238 mil nuevas personas desempleadas.[2]

En el marco de este sistema, los patrones de todos los rubros necesitan sostener una rotación constante de trabajadores para reducir al máximo los salarios y elevar así el margen de ganancias privadas. En este contexto, la pandemia de Covid-19, potenció que las empresas aprovechen más los altos niveles de informalidad y desempleo, y manejen a su antojo el enorme “ejército de reserva”; puesto que ese flujo creciente de “servicios” se realiza con el uso de trabajadores tercerizados, precarizados y sin garantías laborales.

En Nicaragua por ejemplo, este ejército de trabajo informal o desempleado alcanza el 70% del PEA y somos principalmente los jóvenes quienes engrosamos esos números. Frente al aumento de la pobreza, la carestía de la vida y resistiéndose a desterrarse como migrantes forzados, muchas personas buscan en estas apps una opción para generar ingresos, y hasta se endeudan para poder acceder a sus propios medios de movilidad y conexión (motos o bicicletas + smartphones y datos móviles).

Una vez que entran a trabajar en empresas como Hugo, se terceriza el servicio y es el empresario quien define a su conveniencia las tarifas por comisiones de entrega, al tiempo que no paga prestaciones sociales o seguros de ningún tipo; tampoco asigna los uniformes y mochilas propios de la marca (que venden al “módico” precio de U$150) requeridas para realizar el servicio. Menos que asuman los planes de datos móviles justamente en Nicaragua que tiene la tarifa de internet más alta de la región con la peor cobertura del istmo. En fin, no se hacen responsables ni siquiera en caso de accidentes mientras los drivers reparten. Todo va a cuenta del trabajador que en vez de ganar, siempre queda debiendo.

A este modelo de explotación el capitalismo ha tratado de denominarlo de diferentes formas, una de ellas: Economía Colaborativa que se escucha lindo, pero es todo lo contrario. Con el auge y expansión de las llamadas empresas “colaborativas sin patrones”, los inversionistas se deslindan de toda responsabilidad laboral aplastando derechos, mientras siguen acumulando riqueza a costa de exprimir cotidianamente a les trabajadores; no es casualidad que en menos de 3 años la compañía Hugo se convierta en uno de los primeros “Unicornios” centroamericanos valorados en $1,000 millones.

Drivers”: El que reparte se lleva la peor parte

Decir que un trabajador de reparto, subordinado a una empresa transnacional, es libre para elegir cuando repartir es una burda manipulación comercial. Con el caso #TodosSomosAndrew quedó en evidencia que las bajísimas tarifas por comisión de entrega que asigna Hugo, obliga a los “drivers” a olvidarse incluso de su tiempo para comer, en el afán de no perder pedidos y acumular algo de ganancia al final de la jornada.

Frente al escándalo que provocó el caso, Hugo lanzó una campaña deplorable para lavarse las manos, usando la oportunidad para lanzar promociones que les dieran más réditos de ganancia ¡el descaro!. Sin embargo, en sus redes sociales  no dijeron ni una palabra sobre el reciente fallecimiento por accidente laboral de 2 trabajadores afiliados a la App; uno de ellos fallecido luego de semanas en UCI de un hospital público, sin derecho a atención con seguro médico, y sin cobertura de gastos funerarios.

Claramente, la llegada de estas empresas al país es producto de una flexibilización en las políticas de empleo, de un gobierno y sus ministerios que abren la puerta para que los inversionistas incumplan sin restricciones las condiciones laborales básicas. Si sumamos la falta de oportunidades en los sectores desposeídos más los altísimos niveles de informalidad y desempleo, se naturaliza el aceptar la falta de condiciones con la idea de “mejor poco, pero seguro”. Y otra vez la alianza Estado-Capital avanza sobre los derechos de quienes generan la riqueza y hacen todo el trabajo: las trabajadoras y trabajadores, obvio.

Las empresas dedicadas a brindar servicios de transporte de alimentos, productos y demás objetos, requieren esencialmente del trabajo de repartidores para poder cumplir con el objetivo de su actividad económica: hacer delivery. Sin embargo, empresas como Hugo alegan que  los repartidores que contratan “no pertenecen a su estructura empresarial”; que la relación entre los transportistas y Hugo no representa una relación contractual laboral y que por lo tanto, “el contrato” que firman los repartidores no puede ser utilizado para exigir que se cumpla con sus derechos laborales.

Ser tu propio jefe”: ¿Qué dice la ley?

Según el código del trabajo nicaragüense en su artículo 6:

“Son trabajadores las personas naturales que en forma verbal o escrita, individual o colectiva, expresa o presunta, temporal o permanente se obliga con otra persona natural o jurídica denominada empleador a una relación de trabajo, consistente en prestarle mediante remuneración un servicio o ejecutar una obra material o intelectual bajo su dirección y subordinación directa o delegada.”

Claramente, los repartidores de empresas como Hugo son remunerados por el trabajo de repartir y están subordinados a Hugo, cuya App centraliza, orienta y reenvía los pedidos disponibles y direcciones de entrega. Hugo es la persona jurídica que contrata motorizados para que brinden el servicio de transporte. Aunque intentan negarlo, Hugo funge como el empleador que estipula el artículo 8 del código del trabajo nicaragüense.

Según el marco legal nacional, los derechos que se reconocen en este son irrenunciables, y  las disposiciones de dicho código laboral son de riguroso cumpliento. Sin embargo, los dueños de las Apps de reparto en el modelo de “economía colaborativa” insisten en que no hay vínculos de dependencia entre repartidores y las empresas; y que los drivers son “colaboradores autónomos”; entonces aprovechan los vacíos legales en este nuevo rubro para recortar derechos y sacarle más plusvalor al trabajo de los repartidores.

Cuando los repartidores de empresas como Hugo han intentado organizarse, los dueños de las apps les despidieron sin que nadie pudiera reclamar. La tienen tan fácil como “correr a 50, ingresar a 80”, aprovechándose de la necesidad social. Una de nuestras propuestas es fortalecer los procesos organizativos de las y los trabajadores en estos sectores; porque no confiamos en los partidos políticos tradicionales, ni en los ministerios del régimen, y menos en la burocracia sindical que negocia con las patronales de la empresa privada.

  • Organización independiente por todos los derechos laborales

En varios países, los trabajadores de reparto están construyendo organizaciones para luchar por sus derechos y conquistar nuevos, ejemplos los hay en México, Argentina, Brasil o España. Las imágenes de las movilizaciones en Brasil por los dos paros nacionales son impresionantes e  inspiradoras. A la fecha ya van 3 paros internacionales de trabajadores de reparto de Apps digitales, y se está preparando una nueva huelga mundial de repartidores.En Nicaragua y Centroamérica podríamos avanzar en esa forma de organización e impulsar la organización de base de los repartidores, con asambleas democráticas, delegados revocables, que todo se discuta y se someta a votación, no aceptar imposiciones ni personalismos vacíos. Impulsemos una herramienta de lucha independiente de empresarios, gobiernos y burócratas bajo dos perspectivas a futuro:

  1. Conformar desde abajo una organización, en camino a sindicato único de trabajadores precarizados que en nada se parezca a lo viejo, ni a los mafiosos, ni a los burócratas que traicionan nuestras luchas; sino que esté al servicio de conquistar todos nuestros derechos, ni uno menos.
  2. En paralelo impulsar la organización más allá de las fronteras nacionales que nos quieren separados. Hugo precariza no sólo en Nicaragua, sino que en El Salvador, Honduras, Costa Rica, Guatemala y República Dominicana; una lucha internacional para unificar nuestras demandas nos fortalece en ese sentido.

Desde Alternativa Anticapitalista proponemos una base programática mínima por la cual luchar:

  • Reconocimiento de situación de dependencia laboral bajo contrato.
  • Aumento de todas las tarifas por entrega. Hasta lograr un salario base equivalente al costo de vida.
  • No más sistema de puntuación “average”, ni chantajes o coerción empresarial.
  • Todas las prestaciones del Seguro Social. Seguro a cargo de la empresa, contra robos, accidentes y muertes laborales. Vacaciones, aguinaldo y días de descansos pagos.
  • Garantizar las condiciones mínimas laborales. Depreciación del vehículo y pago del combustible. Datos móviles y conexión a Internet. Todos los insumos para bioseguridad. Las mochilas, uniformes y chalecos reflectivos a cargo de la marca.
  • Prohibición de despidos y “castigos” por luchar. Reincorporación de los despedidos, suspendidos y desconectados de las apps.
  • Justicia para los repartidores que fallecieron en la jornada laboral, reparación integral a sus familias.

Es necesario unificar las luchas de las y los precarizados en las Apps de deliverys, en los call centers y en las maquilas; para luchar contra las transnacionales, así como contra los patrones de las mineras y los ingenios, y el Estado capitalista. Nuestra lucha y organización con perspectiva local, centroamericana e internacional.  Existen organizaciones de trabajadores precarizades activando en varios países, desde la LIS podemos dar la pelea a ese nivel, interconectados, con política propia, e independientes de los que intentan someternos y silenciarnos. ¡Sumate!

#NoSomosDescartables

#PrecarizacionEsPandemia

#ExigimosDerechosLaborales


[1] https://publications.iadb.org/publications/spanish/document/C%C3%B3mo_impactar%C3%A1_la_COVID-19_al_empleo_Posibles_escenarios_para_Am%C3%A9rica_Latina_y_el_Caribe.pdf

[2] https://funides.com/wp-content/uploads/2020/04/FUNIDES-Informe-de-Coyuntura-de-Nicaragua.-Abril-2020.pdf