Por V. U. Arslan
Azerbaiyán y Armenia combaten una vez más en su pantano de conflictos interminables. Como es convencional, ambas partes afirman que la otra inició los conflictos. Lo único que cambia en el frente de Karabaj es la participación de la Turquía de Erdogan en los juegos de guerra. En otras palabras, esta vez el nuevo escenario de la locura neo-otomana es el Cáucaso sur del. El gobierno del AKP se dedica a provocar guerras e intervenciones. El orgullo técnico del militarismo neo-otomanista, los drones T2 Bayraktar, atacaron objetivos militares armenios, y mercenarios sirios bajo la dirección del servicio de inteligencia turco (MIT) fueron enviados a Azerbaiyán…
El presidente azerbaiyano Aliyev, envalentonado por la inacción de Putin, es la fuente de estas oportunidades para Erdogan, que por otro lado, es adicto a los juegos neo-otomanistas y no puede prescindir de ellos. Mientras reprime al HDP (el Partido Kurdo en Turquía) y ataca a la oposición, acusándola de traidora y terrorista, el gobierno turco necesita mantener vivas las aventuras internacionales.
Después de todo, las muertes son de mercenarios sirios o de desgraciados azerbaiyanos. Además, como Turquía descarga la crisis económica sobre los pobres, causando una profunda miseria, la agenda principal no debe estar dominada por la crisis económica, sino por estas aventuras. Las encuestas de opinión publicadas recientemente enfadan al AKP. Por eso es necesario llamar la atención de la gente hacia otra agenda artificial.
Por lo tanto, hasta que Putin, el matón jefe, haga un movimiento, el AKP tendrá la oportunidad de generar el entorno nacionalista que necesita. Pero, ¿Cuándo eso suceda, qué?
Entonces, como saben, harán un giro en U, al igual que con las cuestiones del Mediterráneo y el Egeo. ¿Una desgracia? Sí, pero el descaro de Erdogan no tiene límites. Cuenta con un coro de medios que intentan mostrar cada desgracia como un éxito. No lo han logrado del todo, pero estos ataques siguen siendo vitales para Erdogan. No hay tolerancia para las voces de oposición y de aquellos que intentan mostrar la verdad. Es por eso que Halk TV (un canal de televisión opositor) fue cerrado durante 5 días como castigo.
¿Qué busca el oso ruso?
Putin quiere enterrar el primer ministro armenio Pashinyan. Así como en Bielorrusia primero dejó que Lukashenko fuera derrotado y luego lo respaldó, la Armenia de Pashinyan debe caer para luego ser rescatada por Rusia. Pashinyan fue el líder de las protestas que derrocaron a Sarkisyan, hombre de la política tradicional prorrusa, en abril de 2018, y desde ese momento recibe un importante apoyo de Occidente. Se sabía que Pashinyan quería equilibrar la influencia de Rusia con el apoyo de Occidente. Pero como puede verse, no es posible que Armenia, que depende completamente de Rusia en términos militares y económicos, cambie de dirección dentro de los límites burgueses.
Consciente de la brecha abierta entre Moscú y Ereván, el frente Aliyev-Erdogan busca sacar provecho de esta situación. Hicieron sus planes en base a esto y completaron sus preparativos para el enfrentamiento. Pero Putin no permitirá que su posición como gobernante absoluto de la ex URSS se vea afectada. No puede permitir que los otomanos entren en las antiguas tierras zaristas. Una vez que Pashinyan y los armenios que lo apoyan se vean en problemas, Armenia se alineará plenamente. El plan de juego del Kremlin es obvio.
Parecía que Erdogan y Putin tenían una buena relación. Tanto es así que cuando se habla de su cooperación en Siria, la venta de misiles S-400 provocó una grieta en la OTAN y mucha gente se sorprendió. Pero cuando lo miras más detenidamente, fue Putin quien luego evitó que Erdogan derribara a Assad.
De acuerdo, Putin permitió que Erdogan atacara a los kurdos en Siria, pero cuando Estados Unidos dejó solas a las YPG, fue Putin quien detuvo a Erdogan nuevamente. También fue Putin quien ordenó el ataque que provocó la muerte de 33 soldados turcos tras los bombardeos en Idlib. Putin estuvo también entre los que detuvieron a Erdogan en Libia. Antes de que la ofensiva neo-otomana pudiera realizar sus planes, Sirte tuvo que enfrentarse a ellos. Putin también intervendrá pronto en Karabaj. Y parece que Putin y Erdogan se enfrentarán en Idlib, que comenzó a calentarse nuevamente estos días. Después de todo, en esta relación supuestamente amistosa, ¡está claro quién gana y quién va al pie! Especialmente cuando consideramos que los sistemas S-400, que las TAF nunca podrían haber usado, se pagaron con hasta 2.500 millones de dólares.
Conclusión
Los gobernantes de ambos países, como lo han hecho en repetidas ocasiones, hoy están tratando de hacer que los trabajadores armenios y azerbaiyanos se maten entre sí con el veneno del nacionalismo. Siempre son los capitalistas y dictadores que se llenan los bolsillos en estos conflictos, pero los que mueren son trabajadores pobres.
El AKP debe poner fin a sus políticas que provocan guerras en nuestra región. Los imperialistas que venden armas a ambos bandos constituyen el otro ganador de esta guerra.
Ni los intereses del pueblo azerbaiyano ni los del pueblo armenio son comunes con los de sus gobernantes, que hoy están al borde de la guerra. Su salvación sólo es posible librándose de este orden abominable, que vive de sangre, lágrimas y odio, y levantando la lucha por el socialismo, en el que reinará la hermandad de los pueblos, se asegurará la igualdad y se establezca la libertad.