Elecciones en Ecuador: crisis, incertidumbre y movilización.

Por Alberto Giovanelli

En un contexto atípico, el próximo 7 de febrero los ecuatorianos irán a las urnas en medio de una fuerte crisis politica economica e institucional atravesados por la pandemia. Los últimos años del ex delfín de Rafael Correa, Lenín Moreno en la presidencia, fueron muy complicados. No solo tuvo que lidiar con el colapso económico y social  luego de los levantamientos populares de fines del 2019, sino que debió afrontar la crisis sanitaria en uno de los países más golpeados por el virus. El Gobierno no pudo ocultar su absoluta ineficiencia reflejadas en las imágenes como las que se vieron en Guayaquil con cientos de fallecidos abandonados en la via pública y funerarias colapsadas y con respuestas sociales insuficientes para la inmensa mayoria de la población. Al final, las medidas agudizaron la problemática económica. El desempleo se disparó, y el precio del petróleo cayó por los suelos.

Desde el momento en que Lenin Moreno se posesionó como presidente en 2017 ungido por Correa de quien fue su vice presidente, encaminó sus esfuerzos en deslegitimar a quien lo llevó al cargo. Pero su plan tuvo el efecto contrario.  A pesar de que Correa se encuentra exiliado en Bélgica debido a proceso judicial en su contra por numerosos casos de corrupción, continua siendo un factor muy influyente dentro de la politica ecuatoriana, y apelar constantemente al correísmo como el culpable de la ineficiencia del Gobierno de Lenín ha evitado que el nombre de Correa quede en el pasado. Mucha gente cree que con Correa tuvo mayores oportunidades de acceso a la salud o a la educación y que las cosas estaban mejor. 

Ahora, el nombre de Correa se materializa en un nuevo candidato presidencial, Andrés Arauz, un jóven ex funcionario del Gobierno de su mentor, economista y formado en EEUU con buenas relaciones con los grandes operadores internacionales, 

Candidato por el movimiento Unión por la Esperanza (Unes),  Arauz cuenta con las mayores posibilidades de llegar a la presidencia, puntea en las encuestas,  y se plantea el desafío de ganar en primera vuelta. En una segunda vuelta, el panorama para Arauz podría complicarse. Su rival directo es el conservador Guillermo Lasso, un banquero y político de 65 años, del partido Creo, candidato por tercera vez de la derecha tradicional. También entra en la disputa Yaku Pérez, del movimiento político indígena  Pachakutik. Estos tres candidatos se destacan entre las 16 fórmulas que se presentaron, la inmensa mayoria como expresiones de la derecha ó centro derecha que no pudieron avanzar en la unidad para enfrentar el Correísmo y que parecen no tener oportunidad alguna, ya que el porcentaje de votos que puedan acaparar no debería alterar los resultados generales. Tambien tenemos que destacar, la ausencia de una verdadera oposición por izquierda que exprese entre otros procesos, la insurrección del 2019 ya que por ahora todos los partidos del regimen, correístas y anti correístas, han logrado encausar todo el proceso a las vías muertas de la institucionalidad burguesa.

La lucha electoral tomó así un rumbo conocido. Para los lassistas, el correísmo es el monstruo del que hay que librarse, comparando una victoria de Arauz con la catástrofe actual de Venezuela. Para el correísmo, la fórmula es la misma, pero aquí el monstruo es la crisis bancaria sufrida por el país en 1999  y la perdida de conquistas que pretende la derecha. En todo caso, las dos campañas apelan al miedo, sin anticipar como encararían los verdaderos problemas del país, la indefinición de Arauz acerca de que hará con  la deuda con los organismos internacionales, concretamente si va a pagar ó no, genera esceptisismo en un sector no menor incluso entre los votantes del correísmo. No es extraño entonces que las encuestas también anticipen una importante abstención a la participación y tambien un porcentaje superior del voto en blanco.

Mientras tanto los ecuatorianos siguen preocupados por el covid-19, un factor que también podría ser decisivo en las urnas. La pandemia será uno de los temas que decida el nuevo presidente, y quizás esa es la razón por la que muchos candidatos ofrecen, de forma demagógica, ‘negociar’ la llegada de más vacunas o incluso hacer ‘pruebas rápidas’ de covid como parte de su campaña. Arauz anunció recientemente un acuerdo no confirmado con Alberto Fernandez para que en caso de ganar, el Gobierno Argentino le enviara millones de dósis de la vacuna rusa, descición absolutamente improbable de acuerdo a las propias restricciones que la Argentina esta viviendo en la recepción de la misma.

Algunas perspectivas

Si ganara Lasso, Ecuador revalidaría los tratados de libre comercio firmados por Moreno y apostaria por profundizar las relaciones con EEUU 

Si Arauz ganara, estaría por verse si Ecuador hará un cambio drástico con respecto a su política internacional y si impulsará acciones concretas contra el FMI. Hasta hoy, debemos advertir la indefinición sobre estos temas, y solo ha hecho alarde de su  alianza con los sectores politicos latinoamericanos que mas alla de sus declaraciones, terminan cediendo a las exigencias de los grandes acreedores internacionales. No obstante la posibilidad de un cambio de politica es la que ha aglutinado a la mayoria de la izquierda ecuatoriana detrás de la candidatura de Arauz.

Lo cierto es que aquel que llegue al Palacio de Carondelet ( Casa de Gobierno ) se encontrará con la economía hecha trizas, un sistema de salud colapsado y la sociedad fragmentada que desconfía de todos los políticos, Por eso creemos como siempre, que el futuro del Ecuador se definirá en las calles, con la capacidad demostrada de movilización del pueblo ecuatoriano y el indispensable desarrollo de organizaciónes independientes de los diferentes sectores de la burguesia , las iglesias y el imperialismo.