Obreras y obreros al poder. La Comuna de París, a 150 años

El 18 de marzo de 1871 es el primero de los 72 días de existencia de la Comuna de París.

Aquí es donde sucede: en Montmartre, sobre la colina, en este terreno de abajo, del lado de la ladera, aquí se almacenan los cañones que los parisinos se llevaron para sacar a los prusianos. Ahí está, ahí abajo.

Los prusianos, ¿por qué? Porque, de hecho, desde julio de 1870 el imperio de Napoleón III está en guerra contra la Prusia de Bismarck.

Entonces, el 2 de septiembre de 1870, el ejército francés fue derrotado y Napoleón III fue hecho prisionero. Y allí comenzará la revolución en París, Marsella y Lyon, y se proclamará la República.

El 4 de septiembre de 1870, en París, los manifestantes invadieron la Asamblea Nacional. Inmediatamente los diputados republicanos moderados se apresurarán a ir al Hotel de Ville (Municipio) para declararse gobierno provisional y sobre todo para evitar los avances de los manifestantes de los suburbios, los militantes de la Internacional y los socialistas.

El 19 de septiembre comienza el sitio de París que durará cinco meses, donde el supuesto gobierno “de defensa nacional” oscilará entre simular que lucha contra Prusia y de hecho negociar la rendición con Bismarck para aplastar mejor a la clase obrera.

¡Y finalmente, el 28 de enero de 1871 caerán las máscaras, el gobierno firmará el armisticio con Prusia, aceptará perder Alsacia y Lorena contra la certeza de poder hacer marchar a sus ejércitos contra los insurgentes parisinos!

El 18 de febrero Adolphe Thiers fue nombrado “jefe del poder ejecutivo”. Y a la noche decidirá desarmar París, apoderándose de los cañones que el propio pueblo ha pagado por suscripción. Será la máxima traición.

En la noche del 17 al 18 de marzo de 1871, el consejo de ministros, presidido por Adolphe Thiers, decidirá apoderarse de las armas que se agrupan en Montmartre, Belleville y otros lugares de París, estas armas que la Guardia Nacional había trasladado el 26 de febrero de 1871 para ponerlas fuera de alcance cuando los prusianos entraron a París, los prusianos que vinieron a “dar un paseíto” a principios de marzo en París. Esos cañones y ametralladoras, más de 400 en total, se pagaron mediante suscripciones populares durante la guerra y el sitio. En Montmartre hay alrededor de 170, todos agrupados en este campo de al lado, llamado “campo de los polacos”.

Pero el 18 de marzo de 1871 nada ocurriría como estaba previsto, nada ocurriría como había imaginado el gobierno: sí, a las tres de la madrugada, apenas una hora después de finalizada la reunión de gabinete, las tropas se apoderan de los diferentes barrios de París, asaltan las colinas, se empieza a hacer el desmonte de los cañones. Pero de hecho resultará mucho más complicado de lo esperado, ya que en realidad el ejército no ha previsto los enganches. Y sobre todo, lo que pasa es que la población se despierta. En los barrios populares de Montmartre y Belleville se despiertan y evitan la toma de los cañones; y las tropas se niegan a obedecer a sus oficiales y a disparar a la multitud. Y hay que saber que fueron las mujeres las que estuvieron al frente de esta batalla.

Les voy a leer una cita de las Memorias de Louise Michel: “La colina estaba envuelta en una luz blanca, un espléndido amanecer de liberación. De repente vi a mi madre cerca mío y sentí una angustia terrible; preocupada, ella había venido, todas las mujeres estaban ahí, arriba al mismo tiempo que nosotras, no sé cómo. No era la muerte lo que nos aguardaba en las colinas donde el ejército ya enjaezaba los fusiles, para unirlos a los de los Batignolles secuestrados durante la noche, sino la sorpresa de una victoria popular. Entre nosotros y el ejército, las mujeres se arrojaron sobre los cañones y las ametralladoras; los soldados se quedan inmóviles. Mientras el general Lecomte ordena disparar a la multitud, un suboficial que sale de las filas se para frente a su compañía y más alto que Lecomte grita: ¡Culata al aire! Los soldados obedecen. Fue Verdaguerre, que fue, sobre todo por ese hecho, fusilado por Versalles unos meses después. La Revolución se había hecho”.

Sí, la colina de Montmartre aquí es el sitio de la revolución de 1871… pero las huellas, como verán, fueron metódicamente borradas. Así es como allá arriba, en la colina de Montmartre, que se convirtió en un alto punto turístico, se alza la basílica del Sagrado Corazón, construida para expiar los crímenes de los comuneros.

Pero el 18 de marzo de 1871, la Guardia Nacional tomó posesión de París.

Ante la contraofensiva, Thiers y su gobierno huyeron y llegaron a Versalles por la tarde. Y a medianoche, el Comité Central de la Guardia Nacional toma posesión del Municipio. Aquí es donde comenzó todo, en la madrugada del 18 de marzo de 1871.

¡Viva la Comuna de París!

¡Viva la revolución y viva el socialismo!