Colombia: Declaración contra las patentes, por vacunación gratuita y universal

Nuestros compañeros de Impulso Socialista, la sección de la LIS en Colombia, nos hacen llegar esta declaración del Bloque por el Paro General Indefinido que ellos integran.

CONTRA LAS PATENTES, VAMOS POR VACUNACIÓN GRATUITA Y UNIVERSAL

A LAS CALLES CONTRA DUQUE Y EL CAPITAL

Según la OPS en su reporte de febrero de 2021, se han presentado más de 49 millones de contagios y más de 1,2 millones de muertes en América Latina. Cifras alarmantes teniendo en cuenta que las muertes por Covid – 19 a nivel mundial superan los 2,7 millones, es decir, nuestro continente registra casi la mitad de los fallecimientos. En este sentido, Colombia va por un camino de baja o nula respuesta por parte del actual gobierno de Duque para frenar la situación de la crisis sanitaria que hoy acumula los 2,38 millones de contagios y más de 62 mil muertes.

Estos datos ponen sobre la mesa dos cuestiones importantes que se están debatiendo a nivel mundial, la recesión económica que continúa y las vacunas como única forma de contener la pandemia. En el último informe del Banco Mundial para el 2020, se señalaba que esta recesión es la más profunda después de la ocurrida durante la II Guerra Mundial, se registraron datos como que el 30% de las empresas redujeron las horas de trabajo, el 35% redujeron salarios y el 20% despidieron trabajadores. Por otro lado, la desigualdad aumentó de forma drástica, los 10 hombres más ricos del mundo han aumentado sus ganancias en medio billón de dólares durante la pandemia, cifra que podría financiar la vacuna universal para el covid-19, mientras tanto 250 millones de personas en el mundo enfrentan la pobreza absoluta. Este empobrecimiento se ensañó particularmente contra las mujeres y la juventud, que fueron los primeros en ser despedidos, y los últimos en ser reenganchados.

Vacunas insuficientes y un sistema de salud privatizado

La situación de la pandemia en el país no tiene perspectiva de mejora, pues la medida de cuarentena es insuficiente a pesar de ser necesaria mientras no exista la cantidad de vacunas que se requieren para inmunizar gran parte de la población. Al mismo tiempo esta medida choca con la pobreza que aumentó durante el 2020 y que no fue contenida bajo ninguna política, pues el gobierno se negó a dar la renta básica como salida para millones de familias que sacaron los trapos rojos como símbolo del hambre.

El gobierno de Duque sale hipócritamente a condenar la falta de cuidado individual y las aglomeraciones, mientras abrió de forma irresponsable la economía y promovió el turismo masivo, llevando a miles de trabajadores a las calles y los medios de transporte sin ninguna política real para impedir el aumento de contagios, pues el sistema de salud sigue desfinanciado y la privatización en Empresas Promotoras de Salud (EPS) sigue definiendo la atención y las barreras de millones. El gasto nacional de salud alcanza solo el 5,9% del PIB (4,1% público y 1,8% privado), y el gasto de bolsillo que pagan las familias de forma particular es del 16% en relación con el gasto total.

En Colombia, en 2020 el Covid fue la primera causa de muerte. Antes que comenzara la lucha contra el virus actual, el sistema arrastraba problemas en aspectos como cobertura, oferta de médicos especialistas y tiempos de atención, es decir, ya era un sistema en crisis antes de la pandemia fruto del proceso progresivo de desfinanciación y privatización que profundizó la Ley 100.

Hoy, volver a una cuarentena total no es una opción para el gobierno y la burguesía, que prefieren contar los muertos antes que perder ganancias, y mientras no haya un ingreso básico asegurado, tampoco es una opción para miles de trabajadores. Duque, pero también los gobiernos falsamente alternativos de Medellín con Daniel Quintero, o de Bogotá con Claudia López, junto al resto en las diferentes regiones del país, solo han asegurado las condiciones para los empresarios, pues no han hecho nada frente a las medidas necesarias que se deberían tomar, como los testeos masivos, las cuarentenas y aislamiento de casos detectados, el aumento de las UCI con equipamiento necesario, la contratación formal de trabajadores de la salud en masa puesto que hoy el 85% trabajan con contratos ilegales de prestación de servicios, la apertura y expansión de servicios de salud para la atención de la emergencia,  la unificación del sistema de salud etc. Por el contrario, la ocupación de las UCI ya ronda el 70 al 80% a nivel nacional y les trabajadores de la salud trabajan en condiciones precarias de multiempleo por salarios bajos, contratos de prestación de servicios que los excluye de la planta permanente y con muy pocos elementos de protección personal.

Ante esta situación, el tema de la vacunación cobra una importancia relevante, sin embargo, la situación a nivel mundial es desigual. Los países imperialistas y sus farmacéuticas compiten por el desarrollo de la vacuna, concentran el capital científico y bajo la patente con el secreto comercial, no comparten los avances para que millones de personas puedan salvarse y los diferentes países en el mundo dispongan recursos para la investigación y perfeccionamiento de la misma. Toda una locura, existe la posibilidad de la cura, pero no puedes conocerla.

Es así que Pfizer, AstraZeneca, Moderna y el Centro de Epidemiología y Microbiología Nikolái Gamaleya, que fabrica la vacuna rusa Sputnik V, van por el mundo con su patente negociando la venta de las vacunas, imponiendo los precios y firmando contratos millonarios donde la letra chica dice que no se hacen cargo de los efectos adversos.

En este marco, el gobierno de Duque que le destinó millones a los bancos, empresarios y a la represión, hoy siguió defraudando con respecto a la negociación de las vacunas. Primero dijo que llegarían en enero, luego que en febrero y en marzo, por fin llegaron las primeras vacunas del proyecto COVAX de la ONU para países pobres, más las que se lograron negociar con las farmacéuticas. Si bien el ministerio de salud afirma haber comprado ya 20 millones de dosis, las dosis que han llegado son casi 3,7 millones de vacunas para un total de 35 millones de personas a vacunar para obtener el 70% que es la meta.

Al momento de escribir este texto,  en Colombia se han aplicado 3.0 millones de dosis, con una modesta meta de 3 millones de vacunados para el 17 de abril, con un ritmo aproximado de 100 mil dosis diarias.  Si el ritmo de vacunación sigue igual, la inmunización del rebaño que se requiere para contener la pandemia, se demoraría aproximadamente 1.227 días, es decir, 3.3 años.  Con lo cual no solo una tercera, sino varias olas de contagio y muerte se cernirán sobre las mayorías trabajadoras.

Todo esto muestra que el gobierno de Duque quedó relegado de las negociaciones respecto de otros países. Es decir, hay una competencia entre los propios países pobres para adquirir alguna de las vacunas, mientras los países imperialistas las utilizan desesperadamente para evitar el colapso de sus economías. Esto, por supuesto no absuelve la corrupción y los malos manejos de este gobierno, que va a buscar por todos los medios garantizar el acuerdo a favor de las farmacéuticas y de las potencias imperialistas.

Liberar las patentes para lograr una vacunación gratuita y universal

El motivo por el cual la pandemia sigue desarrollándose con fuerza es que el sistema capitalista privilegia las ganancias por encima de la salud y la vida de millones, llegando al colmo de obstaculizar la vacunación masiva necesaria para detener la pandemia de Covid-19.

Más allá de las desigualdades, toda la producción de vacunas solo alcanzaría a una pequeña proporción de la población mundial a lo largo de 2021. Según el Wall Street Journal, para fin de año sólo se alcanzaría a vacunar al 10% de la humanidad. Lo insólito es que sobra capacidad instalada para producir vacunas en masa para distribuir y aplicarlas rápidamente. Pero las farmacéuticas dueñas de las patentes de las mismas se reservan el “derecho” exclusivo de la producción y distribución de su producto para asegurarse la mayor ganancia posible, aunque no tienen la capacidad de proveer las vacunas necesarias en el tiempo adecuado.

En Colombia existe capacidad instalada para producir vacunas, sin embargo, se necesitan dos cosas, retirar las patentes y que se financie de forma integral el sistema de salud junto a la investigación científica, pero en los últimos años las decisiones han actuado en sentido contrario, desfinanciando el Instituto Nacional de Salud de manera progresiva. Ya la Asociación de Industrias Farmacéuticas de Colombia (ASINFAR) planteó que están listos para producir vacunas, incluso señalan que cuentan con capacidades intelectuales y de recursividad de capital humano para el proceso, así como el compromiso y entrega de los Centros de Investigación de la Academia, como universidades públicas y privadas, entre otras iniciativas.

Claramente detrás de ASINFAR hay una lógica empresarial de usar lo público para la investigación, producir de forma privada y obtener ganancias a costa de la vida de millones, lo que queremos mostrar con esto, es que existe capacidad para producir vacunas e impedir el contagio y la muerte de miles. Igualmente, debemos insistir en la gratuidad y oponernos a la venta privada de la vacuna, que la convertirá en un privilegio de clase y pondrá la vida de los más ricos por encima de los más vulnerables

por lo cual se hace necesario que ante la crisis sanitaria más importante de la historia se tomen medidas a la altura, es decir:

  1. Retirar las patentes como formas de apropiación del conocimiento científico
  2. Declarar de utilidad pública todos los laboratorios y la capacidad instalada para producir vacunas bajo control de trabajadores, científicos, profesionales y técnicos.  
  3. Plan de vacunación único y centralizado. Que se unifique el sistema de salud y se declare de utilidad pública toda la capacidad instalada de clínicas y hospitales privados, aumentando el presupuesto en salud para que de esta manera se realicen contrataciones de planta permanente para todos y todas las trabajadoras del sector salud, más la garantía de equipos y tecnología necesaria para enfrentar la pandemia.
  4. Control popular y obrero sobre el proceso, que se rindan cuentas públicas y que las organizaciones de los trabajadores y los territorios puedan hacer veeduría constante del proceso.
  5. Campaña masiva educativa en contra del negacionismo científico y la difusión de mentiras.
  6. Se deben realizar test masivos y gratuitos para la población para identificar casos de contagio y poder aplicar las medidas necesarias para contener una mayor propagación.

Este 28 de abril salgamos a las calles por la conquista de todos nuestros derechos, convocamos para que toda la clase trabajadora y los sectores populares tomen en sus manos la lucha contra las patentes y por una vacunación gratuita y universal junto a todas nuestras reivindicaciones, pues entendemos que todo derecho es conquistado luchando en las calles y organizando desde ya un verdadero paro general indefinido.

Bloque por el Paro General Indefinido

11 de Abril de 2021