Declaración
¡A tumbar la reforma tributaria de Duque!
Por pan, empleo y salud para millones
El paro del 28 es necesario, pero insuficiente
A fortalecerlo y darle continuidad
El Comando Nacional de Paro, encabezado por las direcciones de las centrales sindicales, ha convocado un paro nacional el próximo miércoles 28 de abril, bajo el lema “Por vida, paz, democracia y el nuevo paquetazo de Duque”.
De cara a esa convocatoria, Democracia Directa, el Grupo de Trabajadores Socialistas (GTS) e Impulso Socialista declaramos ante los trabajadores y ante todos los explotados y oprimidos del país, lo siguiente:
Dos enemigos terribles amenazan la vida de los trabajadores de las ciudades y el campo, las minorías sociales, étnicas y populares. Por una parte, la sindemia, es decir, las consecuencias de la pandemia del coronavirus que actúa, principalmente, sobre los más pobres. Por otra parte, el uribirus, es decir, la política del gobierno uribista de Duque que se derrama en beneficios para los grandes capitalistas, los bancos y los patronos,mientras derrama sangre, desempleo y miseria en nuestros hogares, en detrimento constante de la calidad de vida de los de abajo o de su misma capacidad de subsistencia. Hay 4 millones de desempleados en el país, lo que obliga a la informalidad, la mendicidad y la violencia. Campean el hambre, la falta de atención en salud, las masacres, la represión a todo lo que huela a justos reclamos populares.
Es decir, existen razones de sobra para realizar un paro contra las medidas adoptadas por el gobierno de Duque en los meses anteriores y contra sus políticas y propuestas actuales. Todas esas políticas y medidas solo buscan descargar sobre los hombros de los trabajadores, oprimidos y explotados la crisis que ya venía de antes, y que se ha agudizado hasta niveles sin precedentes.
El gobierno de Duque, agente incondicional al servicio de los intereses de unos pocos potentados, de las grandes empresas, del capital financiero, de las multinacionales y del imperialismo hace todo lo necesario para garantizar las ganancias millonarias de los detentadores del poder económico, político y social.
Para responder a lo anterior, llamamos a todas las organizaciones sindicales, barriales, populares, de campesinos pobres, de indígenas, comunidades afro, estudiantiles y voceras de todos los explotados y oprimidos a unir fuerzas en un solo haz de voluntades que permita que el paro del 28 sea lo más fuerte y tenga la mayor extensión nacional posible.
Sin embargo, esta acción justa y necesaria será insuficiente para obligar al gobierno a echar atrás las medidas adoptadas y para frenar sus planes y políticas. Para lograrlo es necesario asumir el paro como un primer paso de un Plan Nacional de Lucha, permanente y sistemático, que potencie nuevas y más radicales acciones de movilización, con las cuales se consiga doblegar al gobierno.
Y sin embargo, las fuerzas políticas mayoritarias, que tienen a su cargo la dirección de las principales organizaciones sindicales y populares del país, no defienden dicha orientación. Todas ellas asumen como norte estratégico la contienda electoral de 2022 (parlamentaria y presidencial) en lugar de asumir como objetivo central el infligir, por la vía de la movilización masiva y organizada de millones, una derrota al actual gobierno. Es decir, buscan poner la lucha y la movilización al servicio de sus planes y actividades electorales. Como consecuencia, en lugar de fortalecer el movimiento, lo debilitan.
Esas direcciones sindicales mayoritarias no han realizado las tareas necesarias para preparar el paro en los sitios de trabajo, en los barrios, en los pueblos, entre los estudiantes, los indígenas y demás sectores sociales oprimidos por el Estado y los patronos. Poco o nada han hecho por convocar a todas las organizaciones sociales para centralizar y coordinar la lucha, no han acudido a la mayor arma que tenemos los de abajo: la democracia directa para definir qué hacer, cómo y cuándo.
A pesar de que el tiempo para subsanar esta débil preparación ya es mínimo, deben intensificarse los esfuerzos para que en la próxima jornada del 28 participen en forma activa y organizada la mayor cantidad de trabajadores. En ese sentido, en los días que faltan, es necesario fomentar asambleas y reuniones de preparación y organización, en la medida en que las condiciones de cada sector lo permitan.
Las fuerzas que con una vocación distinta trabajamos en el impulso al movimiento, agrupadas en distintos niveles (como la CNSSP, el Bloque por el Paro Indefinido, los Comités de Solidaridad o cualquier otra), algunas de las cuales expresan una relativa independencia de la dirección mayoritaria de las centrales, debemos unificar tareas, actividades y compromisos, buscando la acción conjunta, exigiéndole a la dirección mayoritaria una modificación sustancial de la orientación actual y denunciando abiertamente su política de conciliación, que termina facilitando la aplicación de las políticas gubernamentales y empresariales. A la vez, debemos exigir que la dirección del movimiento se unifique en un solo organismo nacional, en el cual tengan representación todos los sectores comprometidos con la lucha contra el gobierno y dispuestos a impulsar la movilización para derrotar sus políticas y planes.
Desde ya el Comando Nacional de Paro debería convocar un Gran Encuentro Nacional Obrero, Campesino, Indígena, Afro y Popular, con amplia participación de delegados elegidos directamente por la base de las organizaciones, con capacidad decisoria y que evalúe los resultados del paro del 28.En este espacio deberían definirse, de la manera más democrática posible, unas consignas centrales que unifiquen el movimiento y a partir de las cuales se pueda trazar un plan de acción y movilización. Solo así será posible derrotar las medidas y políticas del gobierno de Duque.
Ese plan de acción debería plantearse la realización de un nuevo paro, a más tardar a mediados de julio.Durante los meses previos se debe garantizar una preparación y organización suficientes para que este próximo paro sea más fuerte y extenso que el que se realizará el 28.
Un Gran Encuentro Nacional Obrero, Campesino, Indígena, Afro y Popular debería definir con precisión las exigencias centrales del movimiento.
Para obligar a echar atrás las antipopulares medidas adoptadas por el gobierno y derrotar sus planes, es necesario levantar, como mínimo, un programa que contenga las siguientes exigencias centrales:
–¡Abajo la reforma tributaria impuesta por el FMI y la OCDE!
–Para garantizar la vida y salud de los colombianos, ¡no al pago de la deuda externa! ¡Uso de esos recursos en entrega masiva y gratuita de alimentos, bienes y servicios, controlada directamente por el Estado, pagada directamente a los productores, cero ganancias para los pulpos distribuidores!
–Plan de emergencia en salud que garantice vacunación masiva y gratuita de la totalidad de la población.¡Por la libertad de las patentes para garantizar el abastecimiento masivo e igualitario de vacunas!¡No al enriquecimiento de las multinacionales farmacéuticas a costa de la vida de millones!
–Plan de emergencia que garantice trabajo para todos, incluyendo la reducción de horas de trabajo sin rebaja salarial.
–Derogatoria de todas las leyes y decretos laborales lesivos que han sido emitidas por el gobierno de Duque aprovechándose de la crisis generada por el covid-19. Derogatoria del Decreto 1174.
–¡Fin a la temporalidad laboral en toda la planta estatal!¡Un millón de trabajadores estatales con contratos temporales constituye el más grave atentado del gobierno contra los derechos de los trabajadores!
–¡Matrícula cero para todos los y las estudiantes de primaria, secundaria y universidad, tanto en la educación pública como en la privada!¡Que el Estado asuma los costos y el control de todo el aparato educativo nacional! ¡Basta de que la educación sea un negocio!
–¡Por plenas libertades democráticas! ¡Cese de las masacres de luchadores y luchadoras! ¡Cese de la represión contra las luchas populares!
Bogotá 18 de abril del 2021