Por Joaquín Araneda, Movimiento Anticapitalista
El gobierno de Piñera recibió otro golpe al declararse inadmisible el requerimiento presentado en el TC para frenar el tercer retiro del 10% de las AFP. Un nuevo fracaso generado por la presión popular, el llamado a huelga para el 30A, los debates internos y posibles renuncias ministeriales. Con el gobierno debilitado es momento de seguir el ejemplo de los portuarios: hacer efectivo el paro para derrotar a Piñera y poner en pie medidas de emergencias para las y los trabajadores.
Crónica de un fracaso
El gobierno ha vivido una dura semana al apostar detener el tercer retiro de los fondos de las AFP, sin embargo, tras sus primeras declaraciones, la presión popular sintonizó con el descontento acumulado derivado de la crisis económica y sanitaria y presionó a través de cacerolazos y barricadas, tensionando al ya debilitado gobierno.
El escenario deslumbraba la crisis en el bloque de Chile Vamos, la política impopular de acudir al TC semanas previa a las elecciones del 15 y 16 de mayo no encontraba eco en el conjunto de la derecha, hecho que fue ratificado en las votaciones de Diputados y el Senado. Es por eso que, acusando recibo, Piñera debió retroceder en su discurso “anti retiro” y el día domingo a través de Cadena Nacional propuso su propio retiro del 10% de las AFP. Similar en forma al de la oposición parlamentaria, este incorporaría el retorno de capitales a las aseguradoras de los fondos a manos del empresariado y del Estado, ratificando su compromiso con las AFP.
En términos de diálogo para afrontar la crisis interna, el gobierno debió afrontar reuniones desde el día jueves pasado para cerrar filas en su propio bloque, acto que certificó mientras hablaba al país junto a las candidaturas de la derecha y sus ministerios, ausentándose Evopolis solamente. Y a su vez, aquel dialogo que, encuesta en mano, en primer lugar, afrontó con Chile Vamos, necesitaba de igual forma “cocinar” la propuesta con la oposición, partiendo por la ex – Concertación para descomprimir la caldera social, aunque no logró éxito por mantener la búsqueda de freno del proyecto del Congreso a partir del TC y también, porque el proyecto del gobierno no estaba redactado, por lo tanto, tardaría más de la cuenta, según declararon los propios representantes de la oposición.
La última voz llegó a través del antidemocrático TC, la cual no quiso apoyar con bencina al fuego del repudio popular que se ha erigido en los últimos días, aumentando la agonía de Piñera al negarle el recurso. Un duro revés que demuestra, una vez más, el crítico momento de un gobierno que apuesta por mantener las ganancias de los grandes capitalistas en un contexto de profunda crisis económica. Tras horas de esta sentencia por parte del Tribunal, Piñera debió afrontar una nueva Cadena Nacional para anunciar que promulgará el retiro del 10% del Congreso, debiendo ceder y no acudir al “veto” que significaba incertidumbre sobre su permanencia en el poder, planteando que “no son sordos” acepta la derrota por paliza que recibe por estos días. Una vez más, el camino de la movilización es claro, con la fuerza de las calles se puede doblegar todo gobierno, ahora lo decisivo: es clave mantener la huelga general para que se vaya y que la crisis no la pague el pueblo trabajador.
El camino lo marcan los portuarios: hacer efectiva la huelga y poner en pie un programa de emergencia para las y los trabajadores
La presión popular, la entrada en escena de los portuarios, que paralizaron 25 puertos en el país y enfrentaron la represión decididamente, y el llamado a huelga general, fueron los factores centrales para ver el nuevo fracaso de Piñera. A esta altura, que siga en el poder responde a las necesidades del Pacto y que el descontento sea canalizado por vías institucionales en vísperas de las elecciones, por tal motivo la oposición no impulsa medidas que hagan pagar la crisis a los capitalistas, sino que su máxima responde al autofinanciamiento con ahorros previsionales, mientras que ante un gobierno violador de los derechos humanos, con nula aprobación y que se esfuerza por conservar los intereses de una minoría concentrada en el poder no buscan que se vaya, la mayor parte guarda silencio sobre la continuidad del gobierno, por su parte el PC, reimpulsa la Acusación Constitucional, confiando en el parlamento (¡y los 2/3 que necesita para que se logre!), en vez de potenciar la huelga que llama la CUT.
Por nuestra parte, opinamos que existe alternativa si confiamos en las fuerzas sociales y que, si nos apoyamos en el camino emprendido por los portuarios, no sólo damos fuerza al #FueraPiñera, sino que, también se puede imponer un verdadero programa de emergencia que responda de manera inmediata a las necesidades urgentes de nuestro pueblo:
- Cuarentena sin hambre. Impuestos a las grandes fortunas para financiar una renta universal básica de emergencia para todas y todos quienes habitamos el país, no menor a $550.000.
- Sistema único de salud, gratuito y universal. Centralizar todo el sistema sanitario, personal e infraestructura a mano del Estado y con control de las y los trabajadores de la salud para enfrentar de forma efectiva la pandemia. Anulación de las patentes y producción estatal de vacunas.
- Represión no es salud. Fin al toque de queda, eliminar poder de fiscalización al aparato represivo, basta de violaciones de DDHH a nuestro pueblo. Disolución de carabineros y presas y presos políticos libres.
Es evidente que sobran fuerzas para ir por más que un retiro, que las demandas de Octubre siguen marcando la agenda y que, por lo tanto, los movimientos sociales, los sindicatos, el activismo y toda la izquierda que esté por cambios profundos, por transformarlo todo, tenemos que avanzar de manera unitaria en la pelea por estos puntos y por definir la situación a favor de las mayorías.
La experiencia de nuestro continente y el mundo es clara, no alcanzan las medias tintas y las fórmulas parlamentarias e institucionales para derrotar a la derecha, hay que apostar a la movilización y la organización popular y a partir de allí constituir alternativa política para contraponer a las viejas estructuras.
Desde el Movimiento Anticapitalista te invitamos a construir en común para fortalecer este camino.