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Compañera Francia:
Los abajo firmantes, organizaciones revolucionarias, luchadores y luchadoras sociales y gente del pueblo trabajador y marginado, nos dirigimos a usted para compartir las siguientes reflexiones y hacerle una honesta invitación.
El pasado Paro Nacional nos mostró que el pueblo colombiano está exigiendo una profunda transformación de nuestra sociedad, una transformación radical, una transformación revolucionaria. La creciente desigualdad social por la desatención del Estado llevó a millares de luchadores a mostrar su furia aun con riesgo de perder su vida por enfrentar las políticas criminales de este gobierno.
Después de un gran estallido social de más de mes y medio, donde se evidenciaron las más diversas demostraciones de inconformismo popular no se logró que el gobierno de Iván Duque, los empresarios y las transnacionales retrocedieran en la aplicación de la totalidad de sus planes, a pesar de las victorias parciales donde se hizo retroceder la primera reforma tributaria, o se impidió la Ley 010 contra la salud. La realidad es que ese mismo gobierno, de común acuerdo con sus amos imperialistas, ha continuado con la implementación de medidas que nos sumirán aún más en la miseria, el desempleo, la desesperanza y la violencia.
Sabemos que usted, como una mujer del pueblo, negra, líder social, defensora de las comunidades racializadas y del medio ambiente conoce en carne propia esos padecimientos. Por eso confiamos en que nuestras palabras serán escuchadas con la sensibilidad social que la caracteriza.
El principal obstáculo que las luchas sociales en nuestro país aún no logran superar es la ausencia de una dirigencia política radical, honesta, luchadora, dispuesta como usted lo propone a “construir desde abajo” y a eliminar las desigualdades, las injusticias y conquistar las reivindicaciones por las que tanto se ha luchado.
La ausencia de esa dirigencia revolucionaria hace que las expectativas de millones de trabajadores y gentes del pueblo se estén volcando a conquistar un cambio en las próximas elecciones. Ya en el pasado lejano y reciente hemos recorrido ese camino. Otros pueblos latinoamericanos también lo han hecho. De esta manera la gran burguesía y sus regímenes políticos han logrado sobreaguar profundas crisis y la rueda de la explotación, la opresión y la marginación ha seguido girando. A lo sumo se han obtenido pequeñas migajas que, como limosnas, calman el hambre de hoy, a cambio de mayores penurias mañana.
Debemos decir: ¡Basta ya! ¡Es la hora de las y los trabajadores! ¡Es la hora del pueblo empobrecido! ¡No queremos más migajas! ¡Queremos todo, porque todo es nuestro! ¡Somos nosotros y nosotras quienes producimos la riqueza y merecemos una vida mejor!
Francia, usted se ha postulado como candidata presidencial independiente, por el movimiento Soy Porque Somos, pero participará en la consulta que promueve el Pacto Histórico en la que estará postulado Gustavo Petro; también ha expresado claramente “que sus propuestas y su integridad no están sometidas a lealtades por ningún partido y mantendrá una postura crítica frente a la alianza”.
Es comprensible que millones de trabajadores consideren la unidad como una condición para triunfar en luchas como la que acabamos de librar en el Paro Nacional, y trasladen ese sentimiento al terreno electoral. De esa justa aspiración se aprovechan personajes que provienen de lo más podrido del establecimiento, como Roy Barreras o Armando Benedetti, incluso, el propio Alfredo Saade, representante de sectores anti-derechos de las mujeres y las disidencias sexuales, quienes ahora se suman de manera oportunista a las filas de Petro. La explicación es simple: el programa político de Gustavo Petro no representa ningún riesgo de fondo para los privilegios del gran capital, las transnacionales y los terratenientes que han monopolizado el poder en nuestro país.
Con ese programa no se lograrán las soluciones a los problemas estructurales que afectan a la mayoría de la población: pleno empleo con salarios dignos, salud y educación de calidad a cargo del Estado, vivienda para todas las familias y, sobre todo, entrega de tierras al campesinado pobre al que le fueron arrebatadas sus parcelas y fue desplazado violentamente a los cinturones de miseria de los centros urbanos. Esas medidas exigen, como mínimo, una profunda revolución democrática que sólo se puede lograr con la movilización de millones, no en las urnas, sino en las calles.
Francia: usted puede presentarse como alternativa con ese programa radical, usted puede crecer como figura independiente que personifique las aspiraciones de los que salimos a las calles a enfrentar la represión del régimen genocida que encabeza Iván Duque. El Pacto Histórico que Petro propone y en el que convoca a los trabajadores y a los pobres de Colombia a colaborar con los dueños del capital –pues según él, hay un capitalismo humano y tendríamos intereses comunes– es una nueva trampa, un engaño para evitar que radicalicemos nuestra lucha. Requerimos de una organización política independiente de la burguesía y el imperialismo, que se proponga ser la dirección de una revolución que impida la catástrofe en la que nos está sumergiendo el capitalismo; esa es una tarea inaplazable. Levantando una política electoral revolucionaria podríamos avanzar rápidamente en esa dirección. La invitamos a asumir este reto: Construyamos juntos un partido revolucionario, con un programa socialista y con el método de la movilización social de masas.
El positivo resultado electoral del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT-U) en Argentina el pasado 14 de noviembre, demostró que es posible canalizar el descontento y rabia de millones contra un sistema electoral, proponiéndoles un programa anticapitalista y socialista. ¡No hay capitalismo con rostro humano! Todo el sistema capitalista chorrea sangre, hambre, miseria y opresión contra millones por todos sus poros.
Pero aún si no tuviésemos pleno acuerdo en lo anterior, consideramos posible actuar en común en torno a una candidatura como la suya, que se comprometa con un programa verdaderamente revolucionario, sin acuerdos y compromisos con políticos burgueses corruptos, como algunos de los que hoy comparten las tarimas en las manifestaciones del Pacto Histórico. Tenemos conocimiento de las propuestas que se hacen por varios sectores del Polo Democrático Alternativo de avalar su candidatura. Su independencia política es un factor fundamental para aglutinar las esperanzas de decenas de miles de jóvenes que se jugaron la vida en el Paro Nacional.
El compromiso mínimo, inicial del programa, sería que su primer decreto como Presidenta de la República fuese la cesación de todo proceso judicial y libertad a todos los procesados o detenidos por motivos de las protestas de los últimos años contra los gobiernos que han descargado la crisis contra los pobres.
Una ubicación electoral como la que le proponemos, que contaría con nuestro respaldo, sería la mejor continuidad y expresión electoral de las grandes y heroicas luchas del pueblo colombiano en los años anteriores. Esta es nuestra propuesta.
Grupo de Trabajadores Socialistas – GTS Impulso Socialista – IS en la Liga Internacional Socialista
Bogotá, 17 de noviembre de 2021