Jean Mendoza es un trabajador de base de la empresa maderera transnacional Masisa en Venezuela. Tiene 21 años de servicio. Ha luchado junto a sus compañeros de trabajo en exigencia del cumplimiento de compromisos contractuales adquiridos por la empresa y que ha incumplido hasta la fecha. Además, ha respaldado solidariamente las luchas de los trabajadores de las empresas básicas y otros sectores laborales de la región.
Jean, recientemente fue encarcelado, acusado de «instigación al odio» y de «simulación de hecho punible» a raíz de sus reclamos laborales, y fue puesto en «libertad» bajo una medida cautelar que lo deja judicializado, tras desatarse una campaña nacional e internacional de solidaridad. Esta acción antiobrera patronal-judicial se convirtió en la motivación para que organizaciones de trabajadores, sindicales y políticas obreristas se pronunciaran por su libertad plena. La solidaridad no solo fue nacional, toda vez que, desde la Liga Internacional Socialista, a la que está vinculado como militante de Marea Socialista, decenas de organizaciones le expresaron su apoyo desde distintas latitudes. Asimismo, lo hicieron reconocidas personalidades del mundo político internacional y el espacio «Encuentro, Memoria y Verdad» de Argentina, destacado por su lucha contra los delitos de lesa humanidad impunes de la dictadura militar de los años 70-80 en ese país. Además, en Pakistán, Francia y Argentina, organizaciones políticas de trabajadores se plantaron frente a las embajadas de Venezuela en sus respectivos países para pronunciarse en contra de la criminalización de los conflictos laborales y por la #LibertadPlenaParaJeanMendoza.
Mendoza, quien además de dirigente de los trabajadores de Masisa es miembro de la organización política Marea Socialista, nos ofrece una entrevista en la que explica detalladamente la lucha que lleva adelante junto a sus compañeros, las acciones de la patronal y cómo las políticas que se aplican en Venezuela desde el gobierno de Nicolás Maduro, van en contra de la clase trabajadora.
ZM: Hemos sido testigos de cómo una transnacional ha sido capaz de criminalizar a un trabajador por el simple hecho de luchar por los derechos laborales y contractuales… ¿Nos puedes contar qué fue lo que la empresa incumplió? ¿Cuáles son las exigencias de los trabajadores?
JM: En Masisa comenzamos a organizarnos a partir de haber sido objeto de una política salarial que nos dejó un pírrico salario, equivalente a 3 dólares. La empresa llevó a sus trabajadores a «Salario Cero» comparado con la Canasta Básica.
Es por ello que, ante la indiferencia de los integrantes de la directiva sindical que opera en Masisa, algunos de los cuales ya han renunciado y otros siguen actuando de espaldas a los trabajadores, nos vimos en la necesidad de organizarnos desde las bases en defensa de nuestro salario y del valor de nuestro trabajo. En Masisa Venezuela llegamos a una situación de tal precariedad que vimos cómo nuestros compañeros renunciaban, familias se desintegraban por el tema de la migración forzada y hasta vimos como trabajadores guardaban la comida del almuerzo que servían en el comedor para llevársela a sus hijos y familia.
Es así que, sensibilizados por la situación, en el 2018 hicimos nuestro primer intento de organización y estuvimos como observadores en la discusión para tratar el asunto salarial. Pero al parecer, nuestra participación les era incomoda, y terminaron discutiendo en Caracas los acuerdos del acta. La empresa logró que el sindicato firmara un acta convenio, incluso bajo amenazas, en la que se comprometía a mantener lo que llamamos aumentos a la misma proporción de los aumentos presidenciales; sin embargo, nosotros defendimos en su momento que los aumentos deberían ser a partir de la base del Art. 91 de la Constitución (CRBV), como lo recoge la «cláusula de oro» de nuestro contrato colectivo, la número 24, por la que luego de establecer la base salarial equivalente al costo de la Canasta Básica, corre en el tiempo la indexación con ajuste por el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC). Esta cláusula ha sido violada y desconocida por la patronal desde el año 2016, aprovechándose de la falta de publicación por el Banco Central de Venezuela de las cifras macro económicas y del INPC. Esta acta convenio firmada en el 2018 de manera temporal hasta diciembre del mismo año, nos daba la indexación salarial necesaria para salir de las condiciones de miseria en las que nos había sumido la empresa.
El incumplimiento de este acuerdo firmado por la empresa, es lo que hemos exigido con fuerza, es la razón por la que la empresa ha mostrado no sólo su cara explotadora, sino que es capaz de usar métodos que van contra toda ética, al punto de criminalizar en combinación con el sistema judicial propatronal, a los trabajadores que hemos llevado adelante esta exigencia, al extremo de encarcelarme y penalizar un conflicto laboral.
ZM: ¿Cómo se expresa desde el sector privado la política de ajuste contra la clase trabajadora?
JM: En Masisa prácticamente desde el año 2016 todo el salario se convirtió en ganancia, en excedente, se transformó todo en plusvalía y fue a las arcas de la empresa al imponerle al trabajo un «Salario Cero», insignificante. Pero es necesario saber que esto sucedió por la apertura que diera el gobierno nacional, al eliminar en los hechos el valor del Salario Mínimo Mensual y porque el gobierno nacional desde el año 2016 eliminó la publicación de las cifras macroeconómicas como el PIB y el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) que eran los índices que nos permitían indexar el salario cada cierto tiempo a través de la «cláusula de oro» que mencioné anteriormente, contemplada en la convención colectiva.
La empresa, aprovechándose de la prerrogativa que le brindaban las políticas que desde el gobierno afectaban profundamente a los trabajadores, comenzó a dar «aumentos» discrecionales hasta que toda su producción en Venezuela se hacía a mano de obra casi gratuita. Lo peor de toda esta situación es que la comercialización de lo que nosotros producimos esa sí la hacían a precio indexado según la inflación, incluso contrataron empresas consultoras económicas privadas para que les orientara en relación al precio de los productos madereros que nosotros producimos en la más absoluta miseria y precariedad.
Nosotros, estamos trabajando a mano de obra semiesclava desde el 2016, la firma del acta en el año 2018 tiene el objetivo de rescatar la cláusula contractual que se incumple bajo la argumentación de la ausencia de presentación de cifras por parte del gobierno nacional. Luego de la firma en abril, la empresa «cumplió» su compromiso solo en los dos primeros anuncios presidenciales ¿qué compromiso firmó la empresa? Firmó que se aumentaría con un piso en el que se alcanzara 8 veces el Salario Mínimo Nacional y a partir de allí los aumentos presidenciales para tratar de alcanzar la Canasta Alimentaria, ojo ni siquiera la Canasta Básica.
En agosto de 2018, cuando el gobierno impuso la reconversión monetaria, que dejó el ingreso por el piso, ya que se eliminaron seis ceros a la moneda, la empresa se aprovecha para dejarnos otra vez en la misma o peor situación de precariedad con el nefasto Memorándum 2792 emitido por el gobierno. Así vemos cómo la política antiobrera del gobierno de Nicolás Maduro ha beneficiado de manera extraordinaria al sector privado para quedarse con toda la ganancia generada con mano de obra semiesclava.
ZM: ¿Cómo es que llegan a una demanda ante los tribunales laborales?
JM: Nosotros acudimos a la inspectoría del trabajo, el tema es que la inspectora encargada del caso de Masisa ha actuado más como una agente de la transnacional en la institucionalidad del Estado, que como una funcionaria pública que debería hacer cumplir los compromisos firmados con los trabajadores.
Después de muchas actuaciones que evidentemente perseguían la intención de que los trabajadores desistiéramos del reclamo contractual, se inhibió del caso y así presionó para que se convirtiera en una demanda ante los tribunales laborales. Ni la transnacional ni esta funcionaria se imaginaron que nuestra determinación es muy fuerte.
Así que cuando nos hicieron de todo para desistir desde el año 2019, con toda la determinación acudimos a los tribunales laborales y procedimos a demandar a la empresa. Es importante decir que esta demanda fue admitida y en esa lucha estamos.
ZM: ¿Qué conclusiones se pueden sacar de la actuación de Masisa Venezuela en contra de la clase trabajadora?
JM: La totalidad de los trabajadores en Venezuela se pueden ver reflejados en el conflicto de Masisa. Las conclusiones que podemos sacar están a la vista: la primera, es que tanto los trabajadores de la empresa privada como los del sector público estamos siendo objeto de la más brutal explotación. Se ha eliminado en los hechos el valor del salario y se han desconocido todos los derechos laborales y hasta constitucionales. La otra conclusión importante que debemos sacar los trabajadores es que la solución no es la privatización de las empresas nacionalizadas porque el sector privado y empresarial de este país, apenas el gobierno le dio la oportunidad ha actuado como su naturaleza explotadora le manda: ha desconocido todos nuestros derechos, criminaliza las exigencias laborales y se embolsilla la totalidad de las ganancias y el excedente que nuestro trabajo les produce. La conclusión más importante que podemos sacar es que nosotros los trabajadores debemos tomar nuestra posición natural de lucha. Patrón es patrón, y nosotros nos tenemos que organizar como clase trabajadora y darles la pelea a estos dos sectores (burocracia estatal y capital privado) que en el fondo están de acuerdo cuando de ir en contra de los obreros se trata.
ZM: De acuerdo con lo que nos has contado, la empresa ha ejercido el chantaje a los trabajadores para que renuncien por mucho menos de los que verdaderamente les correspondería ¿Se puede decir que la empresa está a la ofensiva?
JM: La gerencia de la empresa Masisa Venezuela ha hecho todo lo que está a su alcance para que sus trabajadores sigan produciendo en las más precarias condiciones. Sin embargo, la empresa no está a la ofensiva, todo lo contrario. La lucha y nuestra constancia ha hecho que la empresa esté a la defensiva, por supuesto esto significa que se defiende de la peor manera frente a la resistencia de los trabajadores. Teníamos un salario de 3$ y aunque es realmente irrisorio, lo «aumentó» a 10$. Aquí debemos aclarar que, aunque aún es una atrocidad, la gerencia ni siquiera quería esto. Por supuesto que mantiene bonificado el ingreso del trabajador, pero «aumentó» el bono de asistencia de 20$ a 80$. Este bono no tiene incidencia en los beneficios de los trabajadores. La gerencia se vio obligada a reenganchar a tres trabajadores a los que había despedido injustamente, eso también se ganó en la lucha junto con todo lo anteriormente mencionado. Después de 18 meses… y faltan otros compañeros por lograr el reenganche. Pero no descansamos a pesar del desgaste y del estado de necesidad al cual estamos siendo sometidos.
Por otro lado, la patronal «exhorta» a trabajadores para que renuncien y comienza una macabra «negociación» en dólares con obreros que tienen años sumidos en la más absoluta pobreza a causa de la política salarial de esta gerencia; insisto jugando a la necesidad y cansancio de los trabajadores; por supuesto, los montos que ofrece son muy-muy por debajo de lo que al trabajador le corresponde. Ejerce el chantaje con los «requeridos» que ganan bono de asistencia que no tiene incidencia, dejando claro a los trabajadores que no tienen prestaciones sociales, perdiendo su antigüedad y con los «no requeridos» que ganamos un salario base de 10$ mensuales; claro está que somos los que conformamos la vanguardia de la lucha.
Lo que está detrás de esta actuación de la empresa, es realmente el temor que tiene a la fuerza de los trabajadores. Me encarceló y lo que vino fue una fuerte campaña nacional e internacional que permitió que yo saliera en libertad, a pesar de quedar criminalizado aún, pero seguros estamos que conseguiremos mi plena libertad y, por supuesto esta gerencia sabe que tenemos todas las oportunidades de ganar la demanda por el incumplimiento del acta que firmó y va a tener que pagar los miles de dólares que le adeuda a cada trabajador. Aunque reconocemos que en el medio ha realizado un despido masivo e indirecto, sin indemnización, de cientos de trabajadores. De una nómina de 1400 trabajadores y quedamos 600, y lo hemos sufrido quienes hemos llevado la peor parte en su actuación de odio hacia la clase obrera masisera, todo lo que hemos logrado lo hemos conseguido al calor de la lucha quienes hemos soportado vivir por años sin salario y sin ser «convocados», pero cada día se suman más y más compañeros a la pelea y no descansaremos hasta convencer hasta el último trabajador de que a la empresa hay que obligarla a pagar lo que nos debe.
Ya se lo demostramos realizando nuestra elección de delegados de prevención, un espacio de defensa del trabajador, para la mejora de sus condiciones laborales, que a pesar de que tanto el gobierno como la empresa quisieran dejarlo de lado, pero lo hicimos, logramos recuperar un espacio nuestro y útil para nuestra organización. Pasamos por encima de un sindicato que ha traicionado y dejado solos a los trabajadores de Masisa. Con un método asambleario, democrático, que hemos puesto en práctica en Masisa, estamos tratando de empoderarnos, porque siempre hubo una política sindical de caudillismo y nos acostumbramos a delegar y los sindicalistas nos traicionaron, se burocratizaron… Con las políticas correctas, estamos arrinconando a un tigre de papel.
ZM: ¿Un último mensaje?
JM: El llamado es a los trabajadores de Masisa, que, por un lado, se sumen a la demanda, que el que aún tenga dudas, supere los miedos, la indiferencia e incluso el egoísmo; combatamos todo eso con solidaridad y amor al prójimo y seamos toda la vanguardia en esta lucha. Pero, por otro lado, el llamado es a toda la clase trabajadora a que demos un salto, que avancemos en la organización, concientización y lucha. Estemos decididos a movilizarnos, con las políticas correctas, con autonomía, incluso a ser el embrión de un gran partido de los trabajadores, necesario hoy día en Venezuela. Estamos convocando al resto de los sectores de trabajadores de Guayana y del país a que demos ese salto… Al sector madera, aluminio, hierro, eléctrico, educativo y salud… En fin, a todos los trabajadores y trabajadoras de todos los sectores, que internalicemos que todos somos clase trabajadora, somos asalariados. Dejar de etiquetarnos y de vernos de un bando a otro… el llamado es a la unidad de la clase obrera, ir al encuentro, ir a una disposición de querer mejorar este país, que estamos a tiempo de recuperarlo. No nos resignamos a ser una generación de emigrantes y sin futuro. Tomemos este 2022 como el año de inicio de reorganización de la clase trabajadora.
Yo, personalmente pertenezco a una organización nacional de trabajadores como lo es Marea Socialista que es integrante de un partido internacional de la clase obrera como lo es la Liga Internacional Socialista. Porque… más allá de la lucha reivindicativa en cada empresa y por los derechos laborales, no queremos que el país siga administrado por burócratas corruptos y por patronos explotadores; los trabajadores queremos y debemos, junto a nuestro pueblo, dirigir la sociedad para el bien común. Demostramos que juntos podemos vencer, en esa gran campaña que se hizo por mi liberación. La fuerza de la solidaridad obrera mundial me sacó de la cárcel y seguro estoy que lograremos mi libertad plena. Pero más allá de eso, estamos escribiendo la historia de la clase obrera mundial en una organización que da la pelea en cada uno de sus países y se entrelaza con la lucha de todos, porque es cierto que la clase obrera es una y sin fronteras.
Entrevista realizada por Zuleika Matamoros