8M Colombia: Vamos por más conquistas, hasta lograr la igualdad y el socialismo

Por Impulso Socialista en la Liga Internacional Socialista

El 8 de marzo es el día de las mujeres trabajadoras: las mujeres históricamente hemos participado e impulsado las luchas más importantes en materia de los derechos de nuestra clase y de los sectores populares. En los últimos años, la ola feminista ha tomado un carácter internacional, el ascenso de las luchas de las mujeres y las disidencias sexo-genéricas se enfrenta a los gobiernos y Estados, que en el marco de la crisis capitalista y siendo apoyados por los fundamentalismos religiosos y sectores anti derechos, sacan a relucir su carácter retrógrado y reaccionario. Venimos de un levantamiento social histórico en el cual las exigencias feministas han hecho eco, donde incluso se llamó a una huelga mundial en conmemoración del 8M. En Colombia la ola verde se ha tomado las calles; después de dos años exigiendo la eliminación del delito de aborto, conquistamos la despenalización parcial del mismo hasta la semana 24. Esta lucha aún debe continuar hasta lograr el aborto libre, legal, seguro y gratuito junto a todos nuestros derechos democráticos como mujeres trabajadoras y disidencias sexuales. 

Contra el capitalismo y el patriarcado

En 2020 y 2021, la conquista del derecho al aborto en Argentina, Tailandia, Corea del Sur y Nueva Gales del Sur (Australia) contrastan con el retroceso de ese derecho en Texas (EE.UU.) y los avances contra la población LGBTIQA+ en Polonia, Hungría y otros países del Este europeo. Si bien en Colombia la decisión de la corte constitucional representa un triunfo y un avance, no podemos bajar la guardia, esta marea verde tiene que seguir con fuerza en las calles luchando por la garantía de nuestro derecho a decidir, necesitamos que se legalice la IVE hasta la semana 24 y continuar hasta lograr que el delito de aborto se elimine totalmente del código penal, comprendiendo que la penalización no reduce los abortos, sino que criminaliza y vulnera principalmente a las niñas, mujeres y personas gestantes de la clase trabajadora, de los sectores populares y las zonas rurales.

En países como el nuestro, los organismos multilaterales (FMI, BM, OCDE) exigen programas de ajuste a los derechos (salud, trabajo, pensión), profundizando nuestras condiciones de por sí precarizadas, en un panorama donde la desigualdad de género y la feminización de la pobreza está determinada por el modo de producción capitalista, que sostiene la opresión en beneficio de la clase dominante, se sustenta y reproduce la opresión patriarcal porque se beneficia del trabajo gratuito doméstico, reproductivo y de cuidados que nos asignan a las mujeres y a las disidencias sexuales. Por eso el patriarcado y el capitalismo son inseparables y por eso mujeres y disidencias sexuales debemos estar contra el sistema en su conjunto: el orden patriarcal debe caer junto con el capital.

La lucha contra las violencias basadas en género son prioridad. La pandemia ahondó las desigualdades estructurales del sistema capitalista, crecieron la pobreza, el desempleo y la precarización laboral que afectan en mayor medida a las mujeres que viven la doble carga del trabajo impuesta por el capitalismo. La recarga de tareas hogareñas de cuidado no remuneradas y los niveles de violencia machista son eje para la lucha. En 2021, según Medicina Legal, 98.545 mujeres fueron víctimas de algún tipo de violencia de género y se presentan 2,7 feminicidios por día. Al mismo tiempo, el Estado no garantiza nada para prevenir y evitar las violencias, por el contrario, los casos de impunidad en la justicia son ley y en las acciones de represión estatal se identificó un aumento de la violencia sexual durante el paro nacional.

En las elecciones a romper con el machismo y la burguesía: ¡anula el voto!

Las mujeres y las disidencias sexuales han puesto sus reivindicaciones en la agenda política y los sectores de derecha salen organizados en sus partidos políticos y religiosos para atacar nuestros derechos conquistados y evitar que sigamos avanzando. En ese sentido, el Centro Democrático en representación del uribismo y otros partidos como Cambio Radical o el Partido Conservador presentan su programa retardatario contra nuestros derechos en medio de la campaña electoral, a esto se le suman los sectores del Equipo por Colombia, que no son más que uribistas tratándose de separar un poco del partido de gobierno. Claramente de la derecha solo esperamos machismo y misoginia en sus políticas.

Muchas mujeres y disidencias sexuales que hacen parte de esta lucha, ven como salida al Pacto Histórico, frente a la posibilidad de mejorar las condiciones de opresión, sin embargo, es necesario ser realmente crític@s respecto a las alianzas con anti derechos que ha hecho el petrismo y que son parte fundamental de este régimen, pues es imposible conciliar nuestro programa con sectores políticos como el de Alfredo Saade, pastor cristiano que propone que Colombia llegue al “aborto cero”. Acuerdos con personajes como Roy Barreras y Mario Benedetti, son definitivamente peligrosos frente a los derechos de la clase trabajadora y de las mujeres en particular, ya que fueron parte importante en el gobierno de Uribe.

Francia Márquez, por otro lado, genera bastante simpatía entre las mujeres y los sectores oprimidos, refleja la lucha contra el racismo, el machismo y la guerra, sin embargo, no termina de cuestionar las alianzas que este realiza, incluso por encima de las mujeres que ella misma representa, las cuales fueron desplazadas de las listas y se ve limitada por el programa del Pacto Histórico al que apoya. Las revolucionarias no vemos coherencia en apoyar esta coalición carente de independencia política y de clase, por eso planteamos el voto nulo como muestra de inconformidad. El panorama electoral se ha planteado como la única salida para lograr los cambios, pero la crisis capitalista y la derechización de los proyectos progresistas, nos exige a las mujeres trabajadoras y de los sectores populares, junto a las disidencias sexuales, buscar una salida clasista, feminista y revolucionaria en conjunto con nuestros compañeros.

Organizarse y levantar un programa revolucionario que nos permita conquistar nuestras exigencias

Nuestras luchas deben tomar un carácter internacionalista y transformarse en una lucha del proletariado, por eso, les invitamos a organizarse y seguir luchando por:

  • No pago de la deuda externa y que se destinen todos esos recursos a los derechos de la clase trabajadora y sectores populares. ¡La deuda es con el pueblo y con nosotras! Requerimos presupuesto extraordinario y urgente para combatir la violencia de género y las desapariciones. Las niñas, mujeres y disidencias sexuales desaparecidas y asesinadas son negligencia y crímenes de Estado.
  • Disolución del aparato represivo del Estado. Destitución de jueces y fiscales que encubren agresores, elección de estos con voto popular y mandatos revocables.
  • Por la despenalización total del aborto: que sea libre, legal, seguro y gratuito. Para esto exigimos que no haya más barreras burocráticas que dilaten o impidan nuestra decisión, educación sexual integral laica y científica en todas las instituciones educativas, producción pública y gratuita de métodos anticonceptivos y misoprostol, creación de equipos integrales con profesionales dispuestos y capacitados desde una perspectiva feminista, acompañamiento médico y psicológico que apoye en vez de limitar, juzgar o criminalizar. ¡La decisión debe ser de la persona gestante!
  • Basta de precarización, flexibilización laboral y desocupación. Trabajo genuino para todas, salario igual a la canasta familiar. Igual salario por igual trabajo

¡Mujeres trabajadoras y disidencias sexuales, por la igualdad y el socialismo!