Colombia: elecciones del 13 de marzo, ¿El giro a la izquierda llegó?

Después de cuatro años de fuerte lucha social, donde el pueblo colombiano salió a la calle en contra del gobierno genocida y precarizador de Duque, el pasado 13 de marzo de 2022 se celebraron las elecciones parlamentarias y las consultas interpartidistas para definir los candidatos presidenciales de tres coaliciones: la del Pacto Histórico, Equipo por Colombia y la Coalición Centro Esperanza. Esta primera etapa electoral, preámbulo a las elecciones presidenciales de mayo de 2022 eran muy importantes, puesto que las principales fuerzas políticas del país se enfrentaban en un escenario atípico. Unas impulsadas por la fuerza que canalizaron del estallido social como el Pacto Histórico, y otras, fuertemente cuestionadas, como el Centro Democrático y los otros sectores de la derecha responsables de la crisis económica, política y social que llevó al pueblo a la calle.

Los resultados de este primer escenario permiten sacar varias conclusiones de cara a una primera vuelta presidencial, que estará marcada por una fuerte polarización entre el llamado “progresismo” de Petro y un uribismo versión 3.0 en el cuerpo de Federico Gutiérrez.

Las consultas presidenciales: se agudiza la polarización entre el “progresismo” y la derecha

Después del descenso de la movilización en el país, la gran mayoría de sectores nombraron la actual coyuntura electoral como la continuación de lo que no se pudo lograr en la calle. Las principales banderas o consignas que se agitaron giraban alrededor de “ahora sí se viene el cambio”, “ahora protestamos en las urnas”, “derrotaremos el uribismo”, entre otras, pero estas elecciones demostraron lo contrario, la derecha sigue más viva que nunca y terminan validando que solo la pelea organizada en la calle abrirá una salida para un verdadero cambio en Colombia.

Petro el candidato más votado, una victoria agridulce

Si nos vamos al análisis puro en términos estadísticos, el Pacto Histórico fue el gran vencedor, dicha coalición obtuvo más de 5.5 millones de votos, donde Gustavo Petro fue el triunfador obteniendo una votación histórica, con más de 4.4 millones de votos, muy por encima de Francia Márquez cuya votación fue de 780 mil, candidatura que merece una mención particular. Si bien, Petro obtuvo tan arrolladora victoria, si comparamos su votación particular con la más cercana que fue la primera vuelta presidencial del 2018, esta disminuyó en casi 360 mil votos y la Coalición sólo logró atraer un millón de votos nuevos, cuestión que preocupa teniendo en cuenta la fuerte expectativa que los rodeaba, de lo cual se podrían sacar algunas deducciones:

  1. Si bien el Pacto Histórico tuvo un importante impulso por la fuerza que se desplegó en la calle, aún no logra cautivar a gran parte de la población, la abstención aumentó casi en un 2% con respecto a las parlamentarias del 2018 y hubo más de un millón de votos en blanco. Si bien en las elecciones presidenciales no se manejan igual que las parlamentarias, el Pacto no la tiene fácil.
  2. A Petro le están pasando factura las alianzas que ha hecho por arriba en el Pacto: las participaciones del anti-derechos Saade, de Roy Barreras y Benedetti, la composición de las listas cerradas, las reuniones con el Partido Liberal y Luis Pérez, han hecho que principalmente un sector de la juventud y de mujeres tengan dudas y hayan decido apostar por otras fuerzas o abstenerse.
  3. Enfrentarse a la maquinaria, el clientelismo, la corrupción, sin la fuerza organizada en la calle, confiando en las instituciones, es solo una ilusión. El estallido social no logró darle un golpe contundente al régimen, ni a sus estructuras políticas, solo las dispersó, cuestión que demuestran los resultados que obtuvieron sus partidos en las parlamentarias.

Francia Márquez: candidata vicepresidencial del Pacto Histórico

Los resultados obtenidos por Francia Márquez en estas elecciones la convirtieron en un nuevo fenómeno político en el país. Haber obtenido más de 780 mil votos, siendo su primera vez en una contienda electoral y sin poseer maquinaria con respecto a otras candidaturas, la ponen en una posición que hace unos meses era impensable. Fue la tercera más votada en estas elecciones, obtuvo una votación superior a la de candidatos como Álex Char, David Barguil, Enrique Peñalosa, Sergio Fajardo, Alejandro Gaviria, Jorge Enrique Robledo, Juan Manuel Galán, entre otros, a quienes su experiencia, maquinaria, o respaldo de partidos, o todas juntas, no les permitió superarla en votos.

Francia, una candidata afrodescendiente, mujer de barrio popular y marginada, fue la que cristalizó el voto más radical al interior de la consulta del Pacto Histórico, la que se podría decir recogió lo más sentido el movimiento social. Su discurso, la acercó a un sector de jóvenes y mujeres, que al ver a Petro cada vez hacia la derecha, veía en Francia una persona distinta, en la cual confiar, pues sentían suyos y legítimos los cuestionamientos que ella hacía a la política de alianzas de Petro con el Partido Liberal y las contradicciones con el “provida” de Saade frente al derecho al aborto y los derechos de las mujeres y disidencias, entre otras.

Petro al no llegar a un acuerdo con los liberales, pues el puesto de vicepresidencia era la carta de negociación, optó por Francia como su fórmula vicepresidencial. Sin embargo, Petro sigue buscando el apoyo de los liberales cuestión que pone a Francia en una contradicción, pues ella no está de acuerdo con una alianza con este partido.

Llama la atención que al analizar cuáles fueron los sectores que impulsaron a Francia en estas consultas, se encuentra que la votación mayoritaria fue en Bogotá con más de 250 mil votos, mientras que en el Cauca, de donde es oriunda, apenas alcanzó los 20.000. Esto podría leerse como que hoy un gran sector de vanguardia democrática en el país es la base de esta nueva apuesta política. Si bien hay que reconocer este importante hecho en el marco de la política actual del país, Francia aún se mueve en el camino del reformismo y la construcción de un genuino proyecto revolucionario en Colombia necesita que ella se independice políticamente del proyecto del Pacto Histórico, que no es un proyecto revolucionariopara cambiar el país.  

Federico Gutiérrez, la verdadera carta del uribismo

El Equipo por Colombia fue la primera carta de la ultraderecha en el país para medir su fuerza electoral después del fracaso con Duque, el hecho que Óscar Iván Zuluaga no participara en esta consulta y su posterior retiro de la contienda presidencial lo demuestran. Federico Gutiérrez fue el vencedor con más de 2.5 millones de votos muy por encima de sus perseguidores como lo fue Alex Char y David Barguil.

Lo particular de esta coalición es que las votaciones estuvieron concentradas en algunas regiones del país, por ejemplo, en la costa colombiana Char y Barguil alcanzaron su mayor votación, y en Antioquia la mayor votación fue para Federico Gutiérrez gracias a la incidencia del Centro Democrático. Si bien el Equipo por Colombia sólo tuvo 3.5 millones de votos, el hecho que no hayan participado de estas consultas el Partido Conservador, Centro Democrático, el Partido Liberal, hacen que a partir de ahora Federico Gutiérrez se convierta en la principal carta de la derecha en el país para hacerle frente a Petro.

Ya se empiezan a ver los primeros movimientos de esta reagrupación de la derecha en el país, la renuncia de Zuluaga y posterior adhesión a la campaña de Gutiérrez, el espaldarazo del partido de la U y la decisión de Cambio Radical de no optar por las presidenciales. Todo esto va perfilando un escenario con un aproximado de más de 9 millones de votos teniendo en cuenta los resultados obtenidos por la por la derecha en el Congreso.

No hay espacio para centros, el fracaso de la Coalición Centro Esperanza.

Algo que dejó muy claro las elecciones del 13 de marzo de 2022 fue que el país hoy no está para posturas de medias tintas. Si bien la Coalición Centro Esperanza sacó más de 2 millones de votos, su participación fue todo un fracaso, aunque en el congreso la historia fue distinta con un número considerable de curules. Fajardo ganó la consulta con menos de un millón de votos y candidatos como Alejandro Gaviria y Jorge Enrique Robledo fueron superados por el hasta hoy desconocido Carlos Amaya. La expectativa alrededor del Nuevo Liberalismo liderado por Juan Manuel Galán no fue correspondida en las urnas; no le fue suficiente con instrumentalizar la figura de su asesinado padre para recoger una fuerza importante del país.

Los elementos que explican por qué hoy el centro fue el gran perdedor de estas consultas, podrían resumirse así:

  • Después de haber obtenido más de 4 millones de votos en la primera vuelta presidencial del 2018, a Fajardo le pasó cuenta de cobro el hecho de no haber tomado postura frente a la segunda vuelta presidencial y haber llamado al voto en blanco mientras sus votantes se decidían si votar por Petro para impedir la llegada de Duque al poder.
  • La cuestionada Alcaldía de Claudia López en Bogotá tuvo peso significativo, al ser ella del partido Alianza verde, cargó con su desprestigio a la Coalición, haciendo que el Pacto Histórico recuperará la capital.
  • La mayoría de las fuerzas que hacían parte de esta coalición tuvieron grandes rupturas en el proceso, las divisiones entre participar en el Pacto Histórico o en la Coalición Centro Esperanza hizo que perdieran mucha fuerza, cuestión que condicionó su participación no sólo en los debates sino en la percepción de votación.

Si bien Fajardo seguirá en la contienda de la primera vuelta presidencial, los votos de esta coalición serán un fortín tanto para la campaña de Federico Gutiérrez como para la de Petro.

La composición del congreso: ¿hubo un giro hacia la izquierda?

Está más que comprobado que lo sucedido en la calle en los últimos años, principalmente con lo sucedido en el paro que arrancó el 28 de abril de 2021, tiene a la clase dominante y sus estructuras políticas tradicionales incómodas y a la defensiva. Con el escrutinio inicial, el Pacto Histórico se alzó con la mayor votación y obtuvo 16 curules en el senado y 25 en cámara, convirtiéndola en la primera fuerza alternativa en la historia del país en alcanzar esos escaños en el congreso. Las denuncias hechas por el Pacto Histórico porque no aparecía ni un solo voto a su favor en más de 23.000 mesas y el posterior volcamiento de esta fuerza hacia el reconteo han permitido que más de 300.000 votos hayan sido recuperados. Algunas fuerzas como el partido Conservador y el Centro Democrático han perdido curules en favor del Pacto Histórico, cuestión que no ha sido fácil de manejar por parte de las instituciones del Gobierno. Uribe y Pastrana hablan abiertamente de fraude y de desconocer el resultado electoral, incentivando una crisis política de pronóstico reservado.

Con el nuevo escrutinio, si agrupamos a los llamados sectores alternativos, por Senado y Cámara, Pacto Histórico, Coalición Centro Esperanza, Comunes, comunidades indígenas, en total representan aproximadamente el 40% de la totalidad de las curules, donde la derecha aún mantiene la mayoría parlamentaria con el 55% aprox. La derecha se dispersó como bloque, algunas de sus fuerzas como el Centro Democrático tuvieron un bajón, pero partidos como el Conservador aumentaron su fuerza, lo cual crea un escenario para el próximo gobierno, el cual tendrá que ampliar su política de negociación, de conciliación de clases y clientelismo (mermelada) para que sus proyectos puedan pasar.

Más que un giro a la izquierda, tendremos un congreso sumergido en la incertidumbre, en desventaja para los llamados alternativos, que si bien tendrán mayor fuerza, aún no les será suficiente para imponer una agenda política diferente, y muchos de los proyectos que han propuesto en campaña tendrán fuertes dificultades para llevarlos a cabo.

El partido liberal: ¿quién logrará seducirlo?

El Partido Liberal es uno de los grandes responsables de la crisis económica, política y social del país, este partido siempre ha actuado de forma independiente en las primeras etapas electorales y de acuerdo con los resultados que obtengan, entra a negociar con quien tenga mayor opción de ganar. La forma clientelar con la que actúa el Partido Liberal le ha permitido participar en los gobiernos de turno de los últimos 40 años, cuestión que no cambiará, como ya lo demuestran las acciones que ha tomado en los últimos meses; las reuniones con el petrismo, el coqueteo con Luis Pérez y el poco perfilamiento hacia una candidatura concreta, muestran que están tanteando el terreno para al final decantarse por quien les de mayor repartición en el pastel de la burocracia.

Los más de 2 millones de votos que obtuvieron en el Congreso de la República le permiten al Partido Liberal estar abiertos a cualquier tipo de negociación, de aquí en adelante dado que Petro no tuvo una victoria contundente en esta primera etapa y la ruptura de relaciones que anunció César Gaviaría con el Pacto Histórico, crece la posibilidad de que los liberales se inclinen más por apoyar a Federico Gutiérrez, todo dependerá de los resultados de la primera vuelta presidencial y esos votos serán cruciales en el camino hacia la casa de Nariño.

El uribismo perdió la hegemonía pero sigue vivo: ¡En las urnas no está su derrota!

Así como Gustavo Petro y el Pacto Histórico se vieron beneficiados por lo sucedido en el estallido social, el pueblo castigó fuertemente al Centro Democrático en las urnas. El partido del actual gobierno Duque cargó con el descontento social y perdieron 6 curules en el Senado, pasaron de ser la principal fuerza en 2018 a ocupar el cuarto lugar en la actual contienda. A pesar de que sus números se hayan reducido mantiene una votación importante, 2 millones de votos no son números pequeños y dos de los candidatos más votados hacen parte de este partido.

Después de 20 años de dominio del uribismo como la principal fuerza de la burguesía en Colombia, el desgaste de su principal figura Álvaro Uribe Vélez y la crisis económica, política y social que desencadenaron fuertes movilizaciones en los últimos cuatro años, debilitaron al uribismo y terminaron de fragmentar la unidad existente en la derecha colombiana, pero al no haberse derrotado al régimen vía movilización, el uribismo y la derecha obtuvieron un respiro que les permitió acomodarse para la participación electoral actual, puesto que los partidos de la derecha con sus maquinarias lograron sobrevivir al fracaso del gobierno de Duque y mantuvieron casi intacta su fuerza.

Queda más que evidenciado que no se pueden obtener derrotas reales de la derecha en su terreno (incluido el electoral), que lo que permite verdaderos triunfos son la organización de la pelea en la calle con una dirección y programa revolucionario, y que el hecho de que las fuerzas del Pacto Histórico y la Coalición Centro Esperanza nos hayan arrastrado al escenario electoral, cuando se podía profundizar la pelea para derrotar al uribismo en el estallido social, le dio un tanque de oxígeno facilitándoles su reagrupamiento.

Del Pacto Histórico al Frente Amplio por la Democracia y la Paz: ¿Nos encaminamos hacia una mayor derechización del “progresismo”?

Los más de 5.5 millones de votos que obtuvo el Pacto Histórico en las consultas presidenciales ponen a Gustavo Petro ya en la segunda vuelta presidencial, pero este caudal político es insuficiente y no era el esperado de cara a un triunfo que liquide a la derecha en la contienda electoral. El hecho que la derecha haya mantenido sus votaciones en las parlamentarias con más de 9 millones de votos entre las distintas fuerzas, y con el anuncio de algunas alianzas para sumar a la campaña de Federico Gutiérrez ponen al Pacto Histórico una tarea difícil en la consecución de más de 7 millones de votos si quiere obtener una victoria.

El camino que le queda al Pacto Histórico es recoger votos de forma independiente en un intento de convencer a más de un millón de personas que votaron en blanco y arrastrar algún voto abstencionista, esto último poco probable. Por otro lado, tendrá que agilizar y profundizar una serie de alianzas con sectores de derecha que le garanticen una votación importante, ya sean sectores de la Coalición Centro Esperanza como Alianza Verde que ha venido anunciando la posibilidad de reunirse tanto con Federico Gutiérrez como con Petro, o proponerle una serie de concesiones importantes al Partido Liberal para que este se incline por el petrismo, pues Petro aún no pierde la esperanza de recibir el apoyo de ese sector.

Y es hacia allá donde Petro propone continuar: en su discurso tras conocerse los resultados de las consultas, propuso que el Pacto debe dar un nuevo salto hacia la constitución de un Frente Amplio por la Democracia y la Paz, donde puedan confluir fuerzas de toda índole, puesto que él entiende que para poder duplicar su votación necesitará de la derecha, y eso implicará construir un nuevo programa donde no se vean confrontados los intereses de los sectores de la burguesía que pueda incorporar. Así que el “cambio” no será más que una ilusión y se convertirá una renovación nominal de lo que ya nos gobernaba.

Pase lo que pase, nuestra tarea es organizarnos

No hay garantía alguna que en un próximo gobierno alternativo como el que propone el Pacto Histórico vayan a haber verdaderos cambios, con el panorama político actual, donde la derecha salió con un segundo aire al mantener el dominio del congreso, el camino que tendrá que recorrer el petrismo lo llevará a traicionar a las masas; cuando se pacta con la derecha son la clase trabajadora y los sectores populares quienes terminan asumiendo la crisis.

No podemos confiar en las instituciones, el fraude que se vivió demuestra que la derecha no va a ceder fácilmente y será la calle lo que permitirá imponerles una verdadera agenda de cambio. Hoy más que nunca debemos ser conscientes que debemos volver a organizarnos para afrontar el próximo gobierno, sea de Petro o la derecha. La única forma de garantizar y obtener lo que hemos venido luchando los últimos cuatros años, es construir una salida distinta, donde sean quienes pusieron sus vidas en la calle, la juventud precarizada, las mujeres, las comunidades afro, la clase trabajadora y los sectores populares, quienes abramos el camino hacia una transformación radical.

Impulso Socialista-IS-LIS y Grupo de Trabajadores Socialistas-GTS