La crisis económica y social plantea la necesidad de una respuesta unificada de la clase trabajadora. Los Partidos Conservador y Laborista han caducado. Hace falta una nueva alternativa política de izquierda y anticapitalista.
Escribe: Julio Santana – LIS, Reino Unido
Hace un mes se realizó una histórica huelga del transporte, como no se había visto en los últimos treinta años, convocada por el Sindicato Nacional de Trabajadores Ferroviarios, Marítimos y del Transporte. La medida tuvo continuidad el 27 de julio, en plena temporada de vacaciones estivales, con una nueva huelga de 24 horas que paralizó el servicio nacional de trenes y el metro de Londres. Estamos orgullosos de haber impulsado y apoyado activamente la solidaridad con la huelga.
Sigue la pulseada
Los trabajadores resisten el intento de las empresas de despedir personal para reducir costos. Siguen exigiendo seguridad laboral y un aumento salarial acorde con la inflación. El gobierno conservador también es responsable por lo que sucede ya que traba la presentación de una oferta salarial acorde con las necesidades de los trabajadores. El ejemplo de lucha es tan grande que otros sectores debaten hacer lo mismo que los ferroviarios en agosto. Por ejemplo, el sindicato Unite anunció la posibilidad de una huelga salarial en Felixstowe, el puerto de contenedores más grande del Reino Unido.
El problema de fondo es el capitalismo
Después de doce años de austeridad Tory, con salarios congelados los últimos dos años, es muy claro quien está pagando las consecuencias de la crisis: el pueblo pobre. Mientras tanto, las grandes empresas siguen enriqueciéndose en todo el mundo, incluso con subsidios gubernamentales que, en definitiva, se nutren de los impuestos que pagamos todos. Después el pueblo trabajador no puede pagar la electricidad o el gas. Nos quieren hacer creer que con un nuevo primer ministro cambiará todo. Pero es mentira, porque el problema de fondo es la rapacidad intrínseca del sistema capitalista.
Ni los unos ni los otros
Tras la caída de Boris Johnson, el Partido Conservador elegirá un nuevo primer ministro entre quienes estén más a la derecha y dispuestos a aplicar medidas de austeridad a los trabajadores y el pueblo. El Partido Laborista plantea que, para que haya cambios, hay que esperar las próximas elecciones. Están totalmente alejados de las necesidades y urgencias populares. No se puede sembrar expectativas en ninguno de los dos partidos, ambos sostienen al régimen político reaccionario y al sistema de explotación capitalista. La realidad inmediata coloca un desafío: plantear una respuesta unificada de la clase trabajadora ante la huelga del transporte, la crisis económica y el desastre político burgués.
Primera respuesta: Salarios y nacionalización bajo control obrero
El Partido Laborista prohibió a sus miembros el apoyo a la huelga del transporte y se “olvidó” de sus propuestas de nacionalización. Hay que hacer exactamente lo opuesto: apoyar las huelgas y nacionalizar las empresas privatizadas, colocándolas bajo el control de sus trabajadores y usuarios. Nadie puede cuidar el funcionamiento de estas empresas mejor que quiénes las manejan y utilizan todos los días.
Segunda respuesta: huelga general
La inflación ha llegado al 9.4 por ciento y el aumento del costo de vida alcanza indicadores que no se ven desde hace décadas. Los ingresos no sólo son insuficientes para los ferroviarios sino también para toda la clase trabajadora. La crisis de la economía capitalista, las consecuencias de la guerra en Ucrania y los desastres del gobierno y la oposición burguesa no auguran un panorama mejor. El acelerado deterioro en las condiciones de vida está provocando la reacción del movimiento obrero. Por eso, los sindicatos deben convocar a una medida unificada, contundente, en defensa del salario y los derechos obreros.
Tercera respuesta: nueva alternativa de izquierda
La tradición de lucha de decenas de miles de honestos Laboristas no debe seguir siendo falsificada al servicio de defender un sistema que solo trae pobreza y marginación. Hay que romper con el partido que no representa los intereses de la clase trabajadora y abrir paso a una nueva alternativa política, anticapitalista y de izquierda. Que apoye las luchas obreras y populares. Con un programa para que la crisis la paguen los capitalistas, que gobiernen los trabajadores y el socialismo. Quienes integramos la Liga Internacional Socialista en el Reino Unido, estamos al servicio de estas tareas. Te invitamos a pelear juntos por ellas.