La llegada de Sergio Massa al superministerio de Economía, no hizo más que agravar el giro conservador del gobierno. Recetas ortodoxas fueron anunciadas para vapulear una vez más los salarios e ingresos de los sectores populares. También se afianzan las relaciones con Estados Unidos, como se vio en la reunión del nuevo conductor del gobierno con el embajador Mark Stanley. Todo un combo que cataliza la crisis económica y social. Hay que imponer una salida en favor de las mayorías sociales y para eso hay que fortalecer al FIT-Unidad y al MST como herramientas de los trabajadores.
Escribe: Nicolás Zuttión
Luego de la aprobación del acuerdo con el FMI, Argentina no paró de profundizar día a día su crisis. Los pronósticos catastróficos que se esbozaban desde las usinas del gobierno sobre una supuesta debacle del país si no se firmaba el nuevo acuerdo con el Fondo aparecieron todos juntos, pero con el mismo organismo vigilando nuestra economía. Desde la renuncia de Martín Guzmán todo se agravó. El estado crítico de las reservas, las corridas cambiarias que se suceden, la inflación que no cesa y amenaza con superar el 80 % en el año se combina con una crisis política en las alturas.
Para suturar esta herida profunda, el Frente de Todos decidió gastar su «última bala», ubicar a Sergio Massa en el centro de la escena con una función que casi lo ubica como la nueva figura presidencial, desplazando a Alberto Fernández. Lo que muchos indican como la «última oportunidad» del gobierno, se da con la consolidación de un giro a derecha por parte del mismo y que sólo tiene como objetivo contentar a «los mercados». Un giro a derecha defendido por parte de los principales accionistas de la coalición, incluyendo a la propia Cristina Fernández de Kirchner.
Así la llegada de Massa, con un proyecto ortodoxo y ajustador bajo el brazo como lo indican sus medidas anunciadas, que entre otras cosas revelan más ajuste y tarifazos, incumple por completo con lo prometido por el Frente de Todos en 2019. Las promesas electorales de aquella época han quedado desperdigadas nada más que en la memoria, ya que la herencia macrista no sólo no se fue, sino que se profundiza. El dato de que más del 40% de la población vive por debajo de la pobreza lo reafirma.
Ante este estado de situación, las calles comienzan a calentarse. Las organizaciones sociales y piqueteras se mantienen en pie de lucha contra su estigmatización y contra la precarización de la vida. También se empiezan a sumar sectores de trabajadores como el SUTNA y docentes. El paro nacional arrancado a CTERA refleja que la bronca por abajo comienza a presionar para empezar a decirle basta a un orden político que defiende las ganancias empresariales, del 1% en medio de una crisis muy profunda. Y sí, hay que avanzar contra este modelo para armar uno que esté pensado en favor de las mayorías y con bases anticapitalistas y socialistas.
La salida es por izquierda
La oposición de derecha de Juntos por el Cambio y el sector de Milei y Espert, no se cansan de querer imponer un plan de gobierno que someta y ataque a quienes viven de su trabajo. A la vez, es una verdad de perogrullo la negativa a conquistar algo distinto desde el Frente de Todos o, más bien, desde el peronismo. Son los hechos los que se cansan de demostrar que no hay posibilidad de cambiar desde adentro lo que ya no tiene arreglo y gira a derecha.
En el mismo sentido, la dirigencia burocrática de las centrales sindicales funciona como fragmentadora del malestar en curso, siendo también una barrera para enfrentar el ajuste del gobierno. La acción convocada para el 17 de agosto es una muestra de lo dicho, lejos de reclamar paritarias para que el salario le gane a la inflación, salen en apoyo del Frente de Todos.
Mientras sucede esto con las fuerzas tradicionales del régimen político, sólo la izquierda es la que permanece en la calle enfrentando el ajuste en curso que aplica el gobierno para contentar al FMI. Hoy la izquierda, con el FIT– Unidad a la cabeza, es la única fuerza política que plantea un programa de ruptura, anticapitalista y socialista, que termine con la sumisión externa y desarrolle las luchas sociales en curso.
Es por esta vía que los trabajadores, la juventud y demás sectores oprimidos van a encontrar la forma de ponerle un freno y derrotar a este capitalismo que gestionan los gobiernos que se han sucedido. La izquierda es la fuerza política para desbaratar los planes económicos que profundizan el hambre, la desigualdad y dependencia. Ya es momento de hacer que se vayan todos, que sea la hora de otro proyecto político, uno de clase. Una orientación donde quienes decidamos todo seamos las grandes mayorías. Es en ese marco que también impulsamos que se vayan todos los que nos trajeron a este desastre, y contra un régimen antidemo-crático donde sólo dos o tres personas deciden todo, impulsamos la lucha para que se convoque a una Asamblea Constituyente libre y soberana en donde el pueblo decida democráticamente sobre todo los grandes temas nacionales.
Fortalecer al MST en el FIT-Unidad
La izquierda anticapitalista y socialista con el FIT-Unidad, es quien parte de tener la oportunidad de postularse para luchar por la salida de fondo planteada y posible. Que arranca por romper con el FMI, no pagar la estafa de la deuda, nacionalizar la banca y el comercio exterior, terminar con las privatizadas, y salirnos del modelo extractivista que saquea y contamina.
Contra la política de la resignación, la aceptación de la dependencia al Fondo y el ajuste inexorable, desde el MST en el FIT-Unidad entendemos que hay otro camino, uno que abra vía a cambios socialistas y revolucionarios. Por eso la necesidad y urgencia para enfrentar el ajuste y defender derechos sociales y laborales esenciales entendemos que se tienen que dar de la mano de fortalecer esta herramienta política de unidad de la izquierda.
Es por eso que, desde el MST y como parte del FIT-Unidad, tenemos la responsabilidad de proponer cambios para mejorar nuestro propio frente, para que en base a nuestro programa salgamos a convocar a miles de trabajadores y jóvenes decepcionados con el gobierno peronista, y a referentes sociales e intelectuales que quieran fortalecer una alternativa de izquierda, a que se sumen y sean parte de esta construcción política. Desde la unidad lograda tenemos que fortalecer la postulación y llegada sobre millones de trabajadores y jóvenes. Es para nosotros una obligación salirnos del mero plano de acuerdos electorales, para avanzar mucho más, convertir al FIT-U en una fuerza de mayor intervención política en todos los terrenos, donde se prioricen los acuerdos, los debates persistan al interior, y se abandone cualquier halo de sectarismo que retrasa y achica nuestras oportunidades.
Motorizar estas propuestas e iniciativas, en medio de la crisis política existente, es la forma de poder fortalecernos para que de una vez por todas seamos las y los trabajadores quienes podamos tener una herramienta más grande y sólida para disputar el poder. De ahí la necesidad de fortalecer al MST dentro del FIT-U para que estas ideas y batallas políticas, avancen y ganen más terreno.