Escribe: Julio Santana – LIS, Reino Unido
Todavía no hay primer ministro y el elegido aplicará políticas antipopulares. Las condiciones de vida empeoran aceleradamente. El verano está finalizando con más luchas y síntomas de recomposición del movimiento obrero. Hace falta una huelga general y construir una nueva alternativa política de izquierda.
Crecen las luchas
Hay huelgas previstas o en proceso de gestación por parte de los trabajadores del transporte, los bomberos, los abogados, los médicos, los trabajadores del servicio postal, los maestros, el personal de los ayuntamientos, los funcionarios públicos, los ingenieros de BT (la empresa de telecomunicaciones más grande del país) y los enfermeros. Salen a la lucha los obreros del puerto de Felixtowe, el mayor puerto de mercancías británico. Y el sindicato University and College Union (UCU) advirtió que las universidades deberían utilizar su superávit de 3.400 millones de libras esterlinas para aumentar el salario del personal y ayudar a compensar el costo de vida; en lugar de invertir en “nuevos y brillantes proyectos de vanidad”, refiriéndose a la construcción de nuevos edificios o enfrentarse a huelgas. Las luchas crecen y colocan la perspectiva de extenderse y profundizarse en otoño.
Simpatía popular con los huelguistas
Los huelguistas han recibido más simpatía de la población de la que esperaban el Gobierno y los medios de comunicación. Según un sondeo de Savanta ComRes, incluso el 38% de los votantes conservadores consideran que las huelgas ferroviarias fueron justificadas. Entre los más jóvenes, el apoyo fue mucho más alto: el 72% de los menores de 35 años respaldó las acciones. Estos altos niveles de apoyo se dan a pesar de que tres cuartas partes de los empleados británicos, y una proporción aún mayor de trabajadores autónomos, no están afiliados a ningún sindicato. Las quejas de los huelguistas sobre el empeoramiento de las condiciones salariales y las presiones en el lugar de trabajo reflejan un descontento generalizado. (Andy Becket, The Guardian 24/07/2022).
El régimen institucional sigue de fiesta
Hay una situación inédita en muchos años. Desde el (des)gobierno, los candidatos a primer ministro siguen en su fiesta de designación, sin aportar nada para dar respuesta a los justos reclamos de los trabajadores. Sus preocupaciones están centradas en cómo convencer a los afiliados conservadores (en su mayoría hombres blancos, de alrededor de 60 años y del interior del país) de que son buenos discípulos de Margaret Thatcher. Y, frente a la crisis económica, prometen miles de millones en recortes de impuestos que, por supuesto, favorecerán a las empresas y que terminaremos pagando los trabajadores y los pensionados.
Recomposición de la lucha y la organización.
Históricamente, el movimiento obrero del Reino Unido ha sido protagonista de grandes luchas. Sin embargo, durante varios años acusó los golpes recibidos del gobierno ultraconservador de Margaret Thatcher. Esta situación comenzó a mostrar síntomas de cambios hace tiempo. La huelga del transporte confirmó esa tendencia a la recomposición de la lucha, que debe profundizarse con la recuperación de la organización sindical y la afiliación, con nuevos dirigentes democráticos y combativos. Y la continuidad de los reclamos desde distintos sectores industriales y de servicios plantean una perspectiva en la cual la clase trabajadora podría ubicarse a la vanguardia de la lucha en Europa.
Movilización y huelga general
A finales de los años ‘70 se produjeron una serie de huelgas que movilizaron a alrededor de 4,5 millones de personas. Gracias a esa lucha se consiguieron aumentos que superaban la inflación, el ácido que corroe los ingresos, como otro impuesto que paga el pueblo. Por eso, hace falta la movilización y la huelga general como medio para conseguir una respuesta que respete los salarios, las pensiones, los puestos de trabajo y plantee un plan de emergencia para que la crisis la paguen los capitalistas. Esta responsabilidad recae en el Trades Union Congress (TUC). Es necesario partir de apoyar la lucha de los sindicatos que están haciendo huelgas, para fortalecer la unidad que se necesita para golpear como un solo puño. Todos los sindicatos deben unirse al reclamo y la preparación de la huelga general.
Hay que construir una nueva alternativa de izquierda
El gobierno y el régimen están en problemas. Es el mejor momento para imponer la resolución de las necesidades obreras y populares impulsando la movilización. Sin embargo, la conducción del Partido Laborista sólo está pensando en desviar el descontento hacia las elecciones. Es necesario enfrentar al Partido Conservador en el poder, sin depositar ninguna confianza en el Partido Laborista, que es parte activa del régimen. Los viejos partidos patronales fueron, son y serán gerentes del capitalismo y de la monarquía. El reagrupamiento de los socialistas revolucionarios podría darle impulso al objetivo de poner de pie una nueva opción de izquierda, radicalmente anticapitalista. Que apoye las luchas y plantee la estrategia de un gobierno de los trabajadores y el pueblo con un sistema más justo, sin monarquías anacrónicas, donde la vida valga más que las ganancias, sin explotadores ni explotados, sin opresores ni oprimidos, es decir, un sistema socialista.