Rishi Sunak asumió el cargo de primer ministro en reemplazo de Liz Truss. Es el quinto elegido desde el Referéndum del Brexit en 2016, el primero que no es blanco, el más joven y el más rico que ha llegado a ser jefe de Gobierno. Intentará rescatar al reino del abismo en que se encuentra, con políticas de derecha, neoliberales y al servicio de los privilegiados. Los torys siguen hundiendo al pueblo mientras que el Partido Laborista se derechiza y ofrece sólo parches reformistas a la grave situación social que sufren los trabajadores y el pueblo. Hay que apoyar las luchas, unirlas, exigir movilización y huelga general para imponer un plan de emergencia. Es urgente poner de pie una nueva alternativa de izquierda, rumbo a la estrategia de un gobierno de los trabajadores y el socialismo.
Autor: Julio Santana – LIS Reino Unido
La ocupación del 10 de Downing Street por parte de Liz Truss fue antidemocrática, ya que la ungieron 130.000 afiliados conservadores, sin ninguna consulta popular. Igualmente, los políticos burgueses siempre pueden caer más bajo. A Rishi Sunak lo eligieron como primer ministro porque Boris Johnson no reunió los apoyos suficientes para retornar y renunció Penny Mourdant, que ni siquiera pudo conseguir cien votos de su partido. El millonario Rishi y sus amigos del mercado financiero están felices por la elección, aunque haya sido por descarte, porque quieren cerrar la sucesión de caídas en el poder.
¿Quién es el “Chico de Oro”?
Rishi Sunak es descendiente de inmigrantes indios, uno de sus abuelos recaudaba impuestos para su “Graciosa Majestad” en la India. Entre 2001 y 2004, fue analista al servicio del banco de inversión Goldman Sachs. Luego estuvo en la firma de gestión de fondos de cobertura Children’s Investment Fund Management, convirtiéndose en socio en septiembre de 2006. En noviembre de 2009 se unió a una nueva firma de fondos de cobertura, con antiguos colegas de California. En 2010 fue parte del lanzamiento de Theleme Partners. En ambos fondos de cobertura, su jefe fue Patrick Degorce, acusado de evasión fiscal por intentar proteger millones de libras en un esquema de financiamiento cinematográfico. Toda una vida al servicio de la banca usurera, de los poderosos y de las más rancias posiciones políticas de derecha.
Funcionario multimillonario
Cuando Sunak era joven trabajó un verano de camarero, un detalle que no alcanza para esconder que es un multimillonario. Es el primer ministro más rico en la historia del Reino Unido, con una fortuna compartida con su esposa valuada en 700 millones de libras, superior a la del rey pirata Carlos III. La insultante ostentación de los ricos le permite: comprar cinco casas, pagar 14.000 libras al mes en electricidad para su spa, usar zapatos de Prada de 400 libras y poseer una taza inteligente de 179 libras para que el café tenga siempre la temperatura óptima. Como muestra de la descomposición del régimen, un puñado de conservadores eligió como primer ministro a un rico que lleva una vida de lujo, totalmente alejada de las necesidades más elementales de las grandes mayorías populares. Justo en un momento de grandes padecimientos y desigualdades sociales, en el que a las familias trabajadoras no les alcanzan los ingresos para llegar a fin de mes o para pagar las facturas de los servicios.
Viene a intentar que la crisis la paguen los trabajadores y el pueblo
No nos dejemos engañar. A Rishi Sunak lo eligieron cien personas, pero con el visto bueno de sus jefes de la gran industria, la banca y el comercio británicos. No irá contra los intereses económicos que le permiten vivir como un aristócrata, buscará proteger y aumentar sus ganancias de los poderosos. En un video filtrado, Sunak dijo: «Heredamos un montón de fórmulas del Partido Laborista que empujaron todos los fondos a áreas urbanas desfavorecidas». Y luego se jactó de haber sacado dinero público de «áreas urbanas desfavorecidas» para destinarlo a las ciudades ricas. En imágenes obtenidas por el New Statesman, Sunak alardeó que haber sido quien comenzó a revertir dichas políticas como canciller. (The Guardian 24/10/22).
No hay normalidad
Como si nada malo le pasara al pueblo británico, se frivoliza y se pretende normalizar la crisis del sistema capitalista que sufre el pueblo sobre sus espaldas. Pretender dar la sensación de “normalidad” cuando no la hay. En tal sentido, The Guardian lanzó un artículo superficial y anodino preguntando solamente “Que tan verdes son los candidatos” para especular sobre su compromiso ecológico, dejando de lado los padecimientos sociales y de desigualdad. Quieren desviar la atención popular para esconder que el nuevo gobierno viene a intentar bajar los salarios, aumentar los impuestos que paga el pueblo, defender a las empresas que se han enriquecido, fomentar privatizaciones, despedir en el sector público y quedarse con casas hipotecadas cuyos compradores no puedan pagar la cuota. En definitiva, los conservadores seguirán con medidas económicas para que los millonarios sean más millonarios y los pobres más pobres.
El “adelanto electoral” y el Partido Laborista
Si se adelantan las elecciones y gobierna el Partido Laborista, no habrá cambios de fondo como se necesitan. El líder laborista Keir Starmer dio detalles sobre las políticas que llevarían a cabo alertando que el gobierno entrante debería tomar «decisiones difíciles», que no podrían hacer algunas de las cosas que quieren, ni tan rápido como les gustaría. (programa Sunday with Laura Kuenssberg de BBC One 23/ 10/ 22). También señaló que continuaría con los planes conservadores de sentencias severas para los manifestantes climáticos que bloquean las carreteras, a pesar de reiterar la promesa de los laboristas de no obtener nuevas licencias de petróleo y gas. ¿Y sí no se adelantan las elecciones, habrá que esperar hasta enero del 2025? ¿Quién soportará esto?
Los trabajadores y la independencia de clase
El laborismo está dirigido por una aristocracia que actúa como correa de transmisión de los intereses de la burguesía. Sir Keir Startmer quiere remachar los clavos de la tapa del ataúd del Partido Laborista que se asentaba en los sindicatos. Por este motivo, actualmente, los dirigentes ordenan no apoyar piquetes de huelga, cantan “Dios Salve al Rey” en la conferencia de su partido y expulsan a quienes se atreven a cuestionar seriamente la política que llevan adelante. Es la continuidad del trabajo emprendido en su momento por Tony Blair que eliminó la cláusula IV de los estatutos del partido que mencionaba a la economía socialista, imponiendo una “Tercera Via”.
Las tareas indispensables
Nadie puede aventurar que sucederá en lo inmediato ya que el Reino Unido atraviesa una crisis económica y política profunda y vertiginosa, en el marco de la crisis capitalista mundial. Pero, sí hay algo cierto es que la clase obrera está despertando. Lamentablemente nuestro boxeador está peleando con una mano atada a la espalda, ya que las direcciones sindicales no unifican las luchas. En la prensa mencionan la necesidad de “coordinar las acciones”, pero ni unen las luchas ni convocan a la huelga general. Cuando la mencionan, lo hacen sólo como presión mediática hacia el gobierno y los empresarios. Los principales dirigentes sindicales especulan con la posibilidad de un adelanto electoral que sitúe al Partido Laborista en la cima del poder. A lo largo del tiempo quedó demostrado que la alternancia bipartidista entre los Tory y laboristas conduce al desastre. Lo que hace falta es apoyar y unir las luchas de la clase trabajadora y avanzar en la organización sindical, aunque sus dirigentes no lo hagan. Cada día que pasa se hace más urgente poner de pie una nueva alternativa política de izquierda anticapitalista y antimonárquica. El reagrupamiento de los socialistas revolucionarios, puede dar impulso a las tareas inmediatas en la perspectiva de una salida estratégica por un gobierno de los trabajadores y el socialista.