Autor: Rubén Tzanoff
La corrupción salpica al Parlamento Europeo. Las autoridades se muestran escandalizadas, prometen investigar y castigar. Es imposible creer que lo harán hasta las últimas consecuencias. La corruptela excede los sobornos de Qatar, es estructural e inherente al capitalismo. Sólo una Comisión Investigadora Independiente podría dejar al descubierto la totalidad de la trama mafiosa. Los “europeístas” y los “euroescépticos” protagonizan un nuevo capítulo de disputa, sobre la base de no cuestionar los pilares del capitalismo. Hacen falta fuertes organizaciones de izquierda radical para impulsar cambios de fondo.
Un juez de instrucción belga ha imputado a cuatro personas por corrupción. Las acusaciones apuntan a eurodiputados y otros miembros del Parlamento Europeo. ¿Los motivos?: integrar una organización criminal, blanquear dinero y recibir sobornos para lavar la imagen de “un país del Golfo” que no se especifica, aunque el caso ya se denomina Qatargate. Sería el segundo escándalo de grandes proporciones internacionales que involucra a Qatar ya que el primero tuvo lugar con la compra de votos para que el emirato fuera elegido como sede del Mundial FIFA 2022.
Un escándalo de proporciones
Los cuatro detenidos son: Eva Kaili (Pasok griego), vicepresidente de la Eurocámara, ya suspendida de sus funciones. El eurodiputado socialdemócrata belga Marc Tarabella. El exparlamentario europeo Pier Antonio Panzeri, y el nuevo presidente de la Confederación Internacional de Sindicatos, señalado por haber recibido “sumas de dinero sustanciales” o “regalos importantes” para “lograr influir en las decisiones económicas y políticas del Parlamento Europeo”.
Algunos presos, la trama oculta
Ante la grave crisis institucional, Roberta Metsola, presidenta de la Eurocámara, anunció medidas de “transparencia” y una “investigación interna”. Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, exigió “más ética” a todos los organismos de la UE. Sin embargo, es muy difícil creerles ya que en otras ocasiones la Eurocámara fue cuestionada por contar con “controles financieros laxos” y por las actuaciones de algunos de sus integrantes y esto no tuvo grandes consecuencias. Además, ¿Quién puede creer que semejante corruptela se pueda llevar a cabo sólo con la participación de cuatro personas? Para arrojar transparencia sobre la trama de corrupción, hay que tirar de la punta del ovillo hasta el final.
El cinismo les brota por los poros
En distintas oportunidades hemos denunciado los crímenes a obreros y los sobornos de Qatar a la FIFA en su camino mundialista. Por eso, no es de extrañar que desde ese país también hayan actuado sobre la UE. No es casualidad que la embajada de Qatar en Bruselas haya roto el silencio expresar en un comunicado que «rechaza categóricamente cualquier intento de asociar al país con conductas inapropiadas». «El Estado de Qatar trabaja a través de las relaciones entre instituciones y opera en pleno cumplimiento con las leyes y reglamentos internacionales». Al mismo tiempo cabe recordar que en los últimos meses, Qatar se ha convertido en socio estratégico del bloque imperialista europeo, ya que le está vendiendo gas natural licuado para contrarrestar los efectos del cierre del grifo del gas ruso.
Por una Comisión Investigadora Independiente
Sólo una Comisión Investigadora Independiente podría llevar las averiguaciones hasta sus últimas consecuencias, para castigar a los responsables y al entramado que permite la corruptela. Así y todo, sería un paso parcial, ya que el Parlamento Europeo está basado en las reglas de la UE como institucionalidad imperialista estructuralmente corrupta.
La corrupción es estructural
Lo que sucede con el Qatargate del Parlamento Europeo es de por sí gravísimo. Pero excede por completo a este caso. La institucionalidad del imperialismo europeo la definen ladrones de guante blanco. Personajes sin escrúpulos que fomentan el saqueo de los países más pobres, para garantizar las ganancias de las empresas multinacionales y los bancos. La corrupción tiene muchas manifestaciones, como otorgar préstamos para engordar deudas a condición de aplicar planes de austeridad, liquidar conquistas de los trabajadores, los pensionistas y exigir recortes presupuestarios en salud y educación.
Ni “europeístas” ni “euroescépticos”
La institucionalidad del Club que defienden los dirigentes “europeístas” configura un compendio de fracasos económicos, políticos y humanitarios que se arrastra de crisis en crisis. Por su parte, los modelos que esgrimen los “euroescépticos” de derecha y de ultraderecha, encarnan variantes reaccionarias y desastrosas. Ambos bandos se pelean con matices y diferencia, pero en el fondo coinciden con un objetivo primordial: sostener la explotación capitalista y la opresión de los regímenes institucionales sobre los trabajadores y los pueblos.
Hay una tercera opción
El capitalismo no tiene arreglo, va de crisis en crisis, de guerra en guerra y es corrupto por esencia: Papeles de Panamá, Papeles de Pandora, Qatargate I y II la lista puede continuar hasta el infinito. Mientras los poderosos se enriquecen con sobornos, los trabajadores ingleses, franceses y de toda la UE se ven obligados a hacer huelgas para defender sus salarios de la inflación provocada por la crisis de la economía capitalista y las consecuencias de la guerra provocada por el imperialismo ruso al invadir Ucrania. La UE es parte fundamental del desastre capitalista imperialista. Por eso es necesario romper con el Bloque por el camino de la movilización y la organización independientes de los burgueses, con la conducción de los trabajadores y el pueblo. Con la estrategia de una libre Federación de Repúblicas Socialistas Europeas, en la que gobiernen los trabajadores con sus propias organizaciones democráticas. Para impulsar esta salida de fondo es necesario construir fuertes organizaciones de izquierda revolucionaria y socialista en toda Europa.